Nienke Bawa y Robert Kootte encajaban en la idea de la pareja perfecta. Jóvenes, viajeros, con estudios avanzados y empleos en importantes firmas mundiales. Llegaron a Cartagena de vacaciones y hoy, un mes después, las circunstancias desus muertes , que sacudieron la capital turística, siguen envueltas en el misterio. Su agonía comenzó el 22 de agosto.
“Sobre las 19 horas, siete de la noche, es cuando se presenta el hecho, según lo referido por algunos residentes del hotel allí presentes, se presentan algunos gritos que estaban internamente, situaciones de pronto de dolor, y eso hace que llamen a la Policía”, explicó el general Nicolás Zapata, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena.
En una habitación del hotel Casa del Coliseo, en el centro histórico, la pareja vivió horas dolorosas. “El cuadrante llega y lo que inicialmente se presenta son personas aparentemente convulsionando”, agrega Zapata. Los policías montaron a la pareja a un taxi y la llevaron a la clínica Medihelp, a tres kilómetros del hotel.
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En su momento, el doctor Javier Hernández, director médico de esa clínica, explicó cómo encontraron a los holandeses: “Son pacientes que llegan con un cuadro de un choque. Un choque es un compromiso importante del estado hemodinámico, o sea, el estado del equilibrio del cuerpo en el que se encuentra presión baja, varias constantes de cuerpo modificadas y el manejo por cuidado intensivo y reanimación, es tratar de restaurar esas contantes”.
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Los esfuerzos de los médicos fueron en vano. “Allí llegan las personas, la mujer fallece casi de manera inmediata después de que es atendida por los médicos y posterior, en la madrugada, fallece este hombre de 32 años”, contó el general Zapata.
Desde ese día rondan las teorías en Cartagena. Aún no se sabe con certeza qué pasó. La Fiscalía no ha entregado los resultados de los exámenes forenses que expliquen los fallecimientos. La pareja vivía en Ámsterdam. Robert Kootte, de 31 años, tenía un máster en economía financiera y trabajaba para J.P. Morgan, el banco más grande de Estados Unidos, que lamentó la muerte de su trabajador en un comunicado: "Estamos profundamente entristecidos por el fallecimiento de nuestro colega Bob".
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Nienke Bawa, de 29 años, tenía un máster en marketing y trabajaba como gerente de cuenta para Procter and Gamble, una de las multinacionales más importantes del mundo, que también lamentó públicamente su muerte. “Con gran tristeza nos enteramos del repentino fallecimiento de nuestra brillante y talentosa colega Nienke y su socio Bob".
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Hoy, las autoridades tratan de desandar los pasos de la pareja para establecer las causas de su muerte. Se sabe que viajaron de Ámsterdam a Bogotá y llegaron a Cartagena el 10 de agosto. De Cartagena fueron a Santa Marta, donde habrían hecho un recorrido por inmediaciones de la sierra nevada y regresaron a La Heroica un par de días antes de caer enfermos.
El domingo, el día anterior a su muerte, visitaron el mercado de Bazurto. Allí los vieron caminar y una fuente cercana a la investigación le aseguró a Noticias Caracol que comieron mariscos. Pero en Bazurto lo niegan. Sus vendedores no quieren que el mercado sea señalado como el lugar donde enfermaron.
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“Uno aquí toda la comida la tiene a lo público, aquí usted llega al mercado de Bazurto y si le provoca un arroz de mariscos se lo come, si le provoca cazuela, carnero, pescado guisado, pescado frito, lo que le provoque, se lo come aquí, pero aquí no tenemos nada oculto. Aquí todos lo tenemos al público y usted lo que le provoque, eso es lo que le sirve”, dijo Danilsa Marimón, cocinera y vendedora de Bazurto.
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Y allí mismo, en el mercado, ponen la vista en el otro lugar en el que estuvo la pareja ese día: “Según los comentarios, ellos comieron en El Arsenal, allá en un restaurante, ellos aquí gracias a Dios no comieron”.
Se trata del restaurante El Arsenal: The Rum Box, un sitio exclusivo en el centro histórico, de dos pisos, pequeño, acogedor y frecuentado sobre todo por turistas. El restaurante es propiedad de Abraham Dau, hijo de William Dau, alcalde de Cartagena.
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Una mujer cuya identidad no ha sido revelada públicamente hizo una primera reserva para las nueve de la noche en ese sitio. Luego, Nienke Bawa escribió al restaurante para cambiarla. La reserva fue para cuatro personas. En este punto aparece un dato clave para la investigación. Los holandeses no comieron solos… otra pareja los acompañó. De hecho, fueron sus acompañantes los que llegaron primero al restaurante.
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“Ellos llegan, se sientan, esperan un buen tiempo fuera del lugar. Se sientan y esperan cerca de diez minutos. Luego es que llegan las otras dos personas, cuando llegan, se abrazan, se saludan perfectamente, o sea, se nota que se conocen, se les hace pasar”, explicó Grace Rincón, gerente de The Rum Box.
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Se sentaron en las mesas del fondo del primer piso sobre las ocho y media de la noche. “Para compartir, sé que pidieron albóndigas, carimañolas. De plato fuerte había chuleta, había pescado”, agregó Rincón.
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También tomaron cocteles. “Nuestras cámaras captan desde que la persona entra hasta que la persona se va. Llegaron muy contentos, se sentaron, pidieron, compartieron, todo eso lo puedes alcanzar a ver en la cámara. Se van contentos. La cámara te muestra eso”, dijo la gerente.
Las dos parejas estuvieron casi dos horas en el restaurante. Salieron sobre las 11:20 p. m., cuando las cámaras externas registraron la última imagen que se conoce de ello.
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La Fiscalía no ha dicho públicamente quiénes eran los acompañantes de los holandeses. Ha circulado la versión de que estaban desaparecidos, pero en el restaurante dicen que eran extranjeros también y que, desde el comienzo, la Fiscalía tiene claro el nombre de al menos la mujer acompañante, pues ella hizo la primera reserva en The Rum Box.
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Lo concreto es que, a la mañana siguiente, Nienke Bawa y Robert Kootte amanecieron enfermos en su hotel. En primer lugar, cancelaron un viaje a la isla de San Andrés, programado para ese día, y pidieron atención médica a domicilio.
“Ellos, en la mañana, según lo que se nos dijo también, habían requerido los servicios de una empresa de medicina que llegó al lugar, los atendió de manera básica”, dijo el general Zapata.
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Les pusieron suero y los trataron como si tuvieran una intoxicación leve. La pareja permaneció en su habitación hasta la noche, cuando sus dolores alertaron a la gente del hotel y la Policía llegó a llevarlos a la clínica Medihelp, donde murieron.
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Una fuente cercana al caso, que alcanzó a ver a Robert Kootte instantes antes de su muerte, asegura que tenía problemas para respirar, y que en la clínica pidió ver a Nienke. Desde entonces se habla de una intoxicación, pero la incógnita es qué pudo haberla causado.
“Lo que inicialmente se verificó, lo que estableció eran unos síntomas aparentemente de intoxicación. Al hablarlo con los integrantes del establecimiento hotelero, lo que dijeron fue que, según la versión de estas personas, el día antes, el domingo, habían estado consumiendo algunos alimentos y le atribuían esos síntomas precisamente a la ingesta de algún alimento”, dijo el general Zapata.
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En The Rum Box niegan cualquier responsabilidad, dicen que los holandeses comieron lo mismo que el resto de comensales de esa noche y que nadie más reportó haberse enfermado. Ni siquiera la pareja desconocida que estuvo sentada con ellos.
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“La cantidad de platos que nosotros tenemos es bastante reducido y los clientes piden lo mismo y beben lo mismo, entonces es muy raro que solamente a dos personas les haya sucedido eso, a dos personas que compartieron la comida con los otros dos que estaban ahí, y por qué los otros no”, dijo la gerente Rincón.
Aseguran que, al día siguiente de las muertes, enviaron sus alimentos a un laboratorio para que los examinaran. “La contramuestra es para ver si encuentran bacterias o microorganismos que puedan hacer daño a las personas que están consumiendo esos alimentos. Y eso salió totalmente negativo”.
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Y agregan que al tema le han dado un vuelo político en una ciudad que se deja envolver fácilmente en la controversia. “El hecho de que el dueño del lugar sea el hijo del alcalde es lo que ha hecho que la noticia haya sido tan grandilocuente, tan exagerada”, agregó Rincón.
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Un investigador del caso dijo que la mirada está puesta en el restaurante, en el mercado de Bazurto, pero también en los lugares donde estuvo la pareja, incluso en Santa Marta. También le contó a Noticias Caracol que los primeros exámenes descartaron presencia de drogas en los cuerpos. Pero todavía se esperan los resultados definitivos de los exámenes forenses.
Los cuerpos de Bawa y Kootte fueron devueltos a Países Bajos una semana después de los fallecimientos. En la sede de Medicina Legal en Bogotá analizan las muestras que quedaron. Por su parte, las familias de los holandeses contrataron a una firma internacional para que haga sus propias necropsias.
Mientras tanto, en Cartagena siguen las especulaciones sobre este caso y las personas que tuvieron algún tipo de contacto con la pareja se preguntan por qué la Fiscalía tarda tanto en esclarecer sus muertes.
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