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Así intentan los violadores colarse en la JEP

Con argumentos indignantes e inverosímiles, varios protagonistas de aberrantes agresiones sexuales contra menores de edad trataron de meterse en la Jurisdicción Especial para la Paz. Noticas Caracol conoció sus expedientes.

Así intentan los violadores colarse en la JEP

Desde las celdas más tenebrosas de Colombia, en donde depredadores sexuales de niños pagan sus condenas, se han escrito una decena de solicitudes para acceder a los beneficios de la Jurisdicción Especial para la Paz .

Exmiembros de la fuerza pública, exfuncionarios y algunos que ahora se quieren hacer pasar como guerrilleros, han intentado justificar con toda clase de argumentos cómo la guerra es la culpable de haber violado a niñas menores de 14 años, niñas que en varios de los casos eran sus propias hijas.

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Entre las historias más escalofriantes está la de una pareja que aceptó cargos por los abusos sexuales a los que fue sometida la pequeña hija de la mujer. La sentencia por acceso carnal violento, acto sexual violento y pornografía infantil fue de 29 y 25 años de prisión, respectivamente. La pareja ahora intenta lavar su largo dossier ofreciendo a la JEP una verdad increíble.

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"El juicio y posterior condena obedeció a una persecución de algunos miembros del Ejército Nacional y la Fiscalía General de la Nación, razón por la cual tuvimos que aceptar los cargos para evitar más daño dentro del núcleo familiar”, decía la solicitud a la JEP.

La Justicia Especial para la Paz los rechazó de plano con este argumento: “Fue en la privacidad de su casa que el hombre, con la tolerancia y participación de su cónyuge, cometió los reprochables hechos. No es procedente tan siquiera considerar que el victimario podría contribuir a la verdad, a través de relatos que, sin duda, constituirían una nueva revictimización".

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Al igual que este caso, otros antiguos miembros de la fuerza pública lo han intentado. Así justificó el abogado de un exsoldado por qué su cliente debía obtener la boleta de ingreso a la JEP y la de salida de la cárcel, aun cuando tiene una condena a 12 años por abusar de una de sus tres hijas.

"Fue condenado por un hecho delictivo derivado de una conducta demencial porque precisamente eso es la guerra, un acto demencial (...) Esa actuación (la violación de su hija) no puede obedecer a resultado diferente a los trastornos propios de la guerra cuando se está subsumido en ella como lo estaba", aseguró en su petición.

Desde la cárcel de Cómbita, un expolicía buscó esquivar su condena a 29 años señalando que la violación a su hija es consecuencia de los traumas de la guerra. Ante el rechazo de la JEP, cuestionó a los magistrados por admitir casos como la bomba al club el Nogal o los falsos positivos, pero no este crimen contra su hija.

Eduardo Cifuentes, presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz, aseguró a Noticias Caracol que esta tarea de depuración ha llevado en algunas ocasiones a la congestión de las salas de justicia. “Hemos rechazado varias peticiones en razón del número de personas que deseaban y desean ingresar a la jurisdicción sin que concurran los requisitos competenciales: que los delitos deben ser anteriores al 2016 y estar directamente vinculados al conflicto armado interno”, indicó.

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No solamente exintegrantes de la fuerza pública han intentado convertir la JEP en una piñata de beneficios. También hay civiles que han optado por hacerse pasar por guerrilleros para salir de prisión.

Un hombre que ofreció ayuda a una familia de Granizal, una vereda de Bello, Antioquia, terminó llevando a trabajar a su supermercado a una menor, que resultó embarazada de él. Aunque el aceptó los cargos en la justicia ordinaria, pidió ante la JEP su amnistía y reclamó su libertad. ¿Cuál fue su argumento? Que por ser un supuesto colaborador de la guerrilla la niña decidió tenderle una trampa.

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"No fue en ningún momento porque yo quise o porque lo hubiere planeado, sino quizás un montaje planeado de la señora madre de la niña, al enviármela precisamente a donde yo trabajaba que era mi tienda", señaló el hombre.

Escritos como este se caracterizan por señalar con frialdad a las menores para exculparse. De hecho, en otra solicitud enviada desde Bogotá, el victimario usa la cadena de violencia y agresiones sufridas por una niña que se desvinculó de las FARC para culparla por lo ocurrido.

"Ella se comunicaba con guerrilleros que aún reprochan mi regreso a la vida civil y ellos hicieron que ella mintiera diciendo que yo la había violado en 2011, ella le comentó esto a las doctoras del ICBF y me denunciaron y condenaron sin una sola prueba”, indicó.

El rechazo que recibió esta petición fue el mismo que el de un antiguo auxiliar judicial, quien señaló que los traumas de 15 años de servicio lo llevaron a engañar y violar a una menor testigo de Jehová que estaba predicando sus creencias religiosas en Socorro, Santander.

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“En mi caso patético nací en el año de 1965 y por tanto de manera abrupta e indirecta vine al mundo y a la sociedad colombina (sic) en medio de la guerra o del conflicto (...) tengo varias secuelas en mi salud mental, lo cual terminó por afectarme aumentando mis capacidades para cometer los delitos”, señaló.

La violencia sexual cometida por excombatientes contra niños en el marco del conflicto fue uno de los puntos más difíciles del acuerdo de paz con las FARC.

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Varios exguerrilleros y exmilitares condenados por hechos atroces contra menores de edad han conseguido recuperar su libertad. Precisamente, por la magnitud de lo ocurrido, la Procuraduría ha pedido que se abra un macro caso que investigue y sancione estas conductas a profundidad.

“Mujeres reclutadas siendo menores de edad que fueron agredidas sexualmente en el conflicto y muchas de ellas huyeron o fueron expulsadas, o cuando se volaron fueron ejecutadas porque eran sometidas a juicios internos por desacato. Las agresiones sexuales, en medio del conflicto, que siendo numerosas son por sobre todo impactantes. Y necesitamos que además se reivindique el género y la libertad en medio del fragor de la guerra con verdad, que no va a ser fácil”, aseguró Jairo Acosta, procurador delegado ante la JEP.

Pero como si esta realidad no fuera lo suficientemente perturbadora, hechos totalmente ajenos a las dinámicas de la guerra siguen intentado pasar el filtro de la JEP.

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