En Colombia, el reclutamiento forzado de menores de edad es una práctica cruel que realizan los grupos armados ilegales. La ONU advierte que el año pasado 123 niños fueron reclutados para la guerra. Esta es la historia de un joven de 19 años que pasó casi la mitad de su niñez en el ELN y que logró desertar.
"Este es el arte de la guerra, matar o que lo maten", dice el excombatiente sobre el entrenamiento que recibió por parte de los criminales.
Recuerda que ingresó a las filas de la guerrilla cuando tenía 13 años. "Yo quería ser militar, pero se me desvió un poquito el camino", afirma.
En menos de una semana, en las selvas del nororiente del país, recibió su primera instrucción con armas: "Me fui como adiestrando y haciéndome amigo de ellas".
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Estuvo en múltiples combates y hasta ascendió hasta convertirse en uno de los mitos de los gripos ilegales, los llamados 'pisa suave'. "De mando de escuadra ascendí a radioperador. De radioperador pasé a una escuela de fuerzas especiales o pisa suave que les llaman".
Los 'pisa suave' son hombres, o en este caso niños, entrenados bajo las más crueles condiciones para desplazarse en la selva sin ser descubiertos y son prácticamente letales para los otros grupos, una amenaza para la fuerza pública. "Es un entrenamiento fuera de lo normal, casi inhumano".
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Este joven incluso tuvo a su cargo a otros menores que, igual que él, fueron reclutados por el ELN. Pero, finalmente, consiguió desmovilizarse y hoy busca reiniciar su vida.
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