Kelly Andrea Eslava se cansó de hacer maromas para ocultar los hechos de corrupción que protagonizó durante años y por los cuales dice sentirse arrepentida.
Esta mujer se cansó “de estar corriendo, tapando, cuadrando, eso es supremamente desgastante. Tratar de cuadrar historias, tratar de seguir engañando a la Fiscalía, tratando de justificar mentiras. Nooo. Llega un punto en el que eso es un desgaste emocional, cognitivo, no te deja vivir”, dice.
Por primera vez, desde que fue capturada en 2019, aceptó contarle a un medio de comunicación sus verdades sobre la corrupción judicial que se habría negociado en el despacho del exmagistrado del Tribunal Administrativo de Cundinamarca Carlos Alberto Vargas Bautista, hoy en juicio ante la Corte Suprema de Justicia.
“O sea, mira, la haces y la empiezas a regar toda y empieza una cadena de mentiras, de malos actos, vas poco a poco entregando trocitos de tu alma y de tu naturaleza y allá va regándose y despojándose. Y cuando menos te das cuenta no solamente estás hasta aquí, es que están hasta aquí él, él, él, todos”, cuenta.
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Tras purgar un año en prisión por los delitos que cometió entre 2012 y 2017, Eslava emprendió la ruta de las confesiones. Según ella, fue su exjefe y expareja sentimental Vargas Bautista el verdadero responsable de torcer expedientes y amañar procesos a cambio de jugosas comisiones. Hoy esta abogada rememora su pasado turbio para exorcizar de una buena vez las tinieblas que la devoraron hace una década.
“A mí me duele mucho lo que hice, me duele pensar en el fraude tan berraco que cometí, que cohonesté, en el que participé y que hoy en día tiene tan en tela de juicio a la administración de justicia. Porque así yo haya participado del lado de los villanos, cierto, hay gente buena, hay gente honesta, hay gente que no se vende. Sí, no fui yo de esas, pero de ahora en adelante espero ser así”, continúa.
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Su historia arranca en 2007 cuando llegó a hacer la judicatura al despacho de Vargas Bautista. Pronto entablaron una relación sentimental y Eslava se convirtió en alguien de toda la confianza de Vargas. En 2010, sin embargo, ella dejó el despacho y se aventuró a litigar. Y fue allí, al otro lado de la baranda, según Eslava, que Vargas hizo moñona con ella.
Con el propósito de seguir sosteniendo la relación personal, el magistrado Vargas empieza a contarme y a proponerme negocios de su despacho. Casi que el pegante emocional vienen a ser los temas laborales: ‘Oye tú que piensas de esto’, ‘oye cómo te parece que me llegó un caso de estos’, o ‘por qué no me das una miradita de este proyecto que me llegó’. Y hasta ahí dice uno la cosa es muy sutil, sí, conceptuar, pensar, y así fue llegando hasta que aparece el caso Jaboque
De acuerdo con la testigo, el magistrado Vargas Bautista la llevó a un desayuno con el entonces contralor de Cundinamarca Néstor Leonardo Rico, quien hoy es congresista, y un particular que oficiaba como emisario de quien reclamaba la propiedad de un terreno ubicado en el humedal Jaboque, en Bogotá. Allí se habría pactado todo: el manejo del proceso, los roles de cada actor en el fraude y la comisión del 20 por ciento de la condena al distrito, cerca de 13 mil millones de pesos.
Según Eslava, el exmagistrado Vargas era el director de la orquesta.
“No había proceso y ya se estaba repartiendo los resultados. Eso es ilógico, pero ahí está lo lesivo de lo que sucedió. Entonces le digo (a (Vargas) cómo es la cosa. Me dice: ‘No, tienes que trabajar el caso, revisas los papeles, ves la viabilidad, presentamos la demanda y la cesión de derechos litigiosos es para garantizar nuestros resultados’. ‘¿De quiénes?’. ‘De Leonardo, tuyo y mío’”, confiesa.
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Kelly Eslava se puso al frente del caso y metieron la demanda, pero necesitaban que esta le llegara al entonces magistrado Vargas Bautista por sorteo. No obstante, las dos primeras veces le correspondió a un despacho distinto, por lo cual la demanda era inmediatamente retirada.
“Pero como el que es necio insiste, entonces la tercera es la que le da la titularidad en la dirección del caso al magistrado Vargas. Y ahí es donde suena ‘tatatatannnnn’ y todo empieza”, cuenta.
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De acuerdo con su relato, desde entonces lo cuadraron todo y poco después el magistrado Vargas Bautista condenó al Acueducto de Bogotá a pagar más de $64.000 millones por un predio que en realidad era del Distrito.
“Era un caso que era tema de conversación de nosotros. O sea: ‘Oye, cómo va’, ‘ya notificaron’, ‘están los papeles’, ‘ya libraron los oficios’, ‘verifica si ya llegaron las pruebas’, ‘oye, vamos a hacer la inspección judicial’, ‘habla con el abogado para el tema de las pruebas’, ‘hay que estar pendientes de esto’. O sea, el cuido era conjunto, él desde allá, adentro de la baranda, y yo fuera de la baranda. Era un bloque de protección que tocaba hacerle al caso”, añade Eslava.
El caso Jaboque está hoy en manos del Consejo de Estado, pero hay suficientes evidencias del fraude monumental. Además, en julio pasado la Corte Suprema de Justicia declaró nulas las escrituras del predio en disputa.
“Uno no dimensiona el daño que provoca, cierto, en terceros, en instituciones, en credibilidad, en confiabilidad. Oye, qué fuerte es no poder confiar en la institucionalidad, y todos criticamos eso, pero yo fui un factor de pena, de tristeza y de fraude en todo esto”, reflexiona.
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Pero vendrían más casos. El segundo fue un millonario pleito entre el Hospital Salvador de Ubaté en Cundinamarca y la firma Soporte Vital. La operación fue igual: Vargas manejaba el caso, su pareja Eslava representaba al contratista demandante y la comisión para ellos era del 25% de la condena contra el Estado.
“La modalidad fue exactamente la misma. Esta vez no fue un desayuno, fue un almuerzo. Entonces fue el magistrado Vargas quien asistió a un almuerzo, negoció esas condiciones y posteriormente yo me reuní con el representante legal para ratificar los acuerdos, formalizarlos y suscribir los poderes y los contratos”, relata.
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En noviembre de 2016 Vargas Bautista condenó al hospital a pagar $9.296 millones. En teoría, más de $2.300 millones les corresponderían a Vargas y a Eslava, pero esa condena no se ha hecho efectiva porque el proceso está en revisión por parte del Consejo de Estado. En todo caso, como anticipo, William Rojas Mazo, representante legal de Soporte Vital, le hizo llegar al magistrado Vargas Bautista $206 millones. Rojas Mazo fue condenado a tres años de prisión en mayo de 2021.
Sobre estas sumas exorbitantes de dinero, Kelly Eslava dice lo siguiente:
Es que fui formada viendo procesos de grandes ceros, sí; o sea, cuando uno tiene la escuela de la Rama Judicial que es buenísima, cierto, uno se acostumbra a no deslumbrarse por tantos ceros a la derecha. ¿Por qué? Porque los casos son en grande”, dice Eslava. “Sí, pero en este caso los que iban a cobrar parte de esos ceros eran ustedes”, le contesto. “De acuerdo, pero para mí era lógico que finalmente eran los recursos del magistrado
El siguiente expediente supuestamente manipulado fue el de la firma Protección Agrícola S.A. (Protag), investigada en su momento por la Superintendencia de Sociedades. De nuevo, según Kelly Eslava, se repitió la operación y Vargas Bautista condenó a la Supersociedades a pagarle a la compañía más de $30 mil millones. Por cuenta de esta vuelta llegaron algunos pagos.
“Él me pide que le reciba unos bienes con ocasión de ese caso. Un apartamento en Mosquera y un Mercedes Benz”, narra. “Es decir, ¿él cumplió y le pagaron?”, le pregunto. “Sí, pues tan le pagaron que por eso me tocó recibírselo a mí, o sea él no los podía recibir por un tema de imagen patrimonial y me pide el favor que se los reciba”. “¿Tú le dijiste esto a qué corresponde o algo o no?”, le insisto. “Sí, claro. Que eso correspondía a la negociación del caso de Protag”.
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Documentos en poder de este noticiero revelan que el apartamento está avaluado catastralmente de $242 millones y el Mercedes Benz en $86 millones. Kelly Eslava se los entregó a la Fiscalía para reparar a las víctimas de esta organización criminal. De acuerdo con ella, la relación íntima que sostenía entonces con Vargas era el seguro del magistrado de que ella no se le iba a torcer a él. Al final se le torció, pero para enderezar su camino y ajustar sus cuentas con la justicia.
“Es que toca limpiar la casa. Es que uno no se da cuenta lo mugroso que está hasta que se ve en un espejo confrontado y se da cuenta de lo mugroso que es. Yo te puedo decir que mi espejo fue mi familia y la zozobra por qué va a venir al futuro”, afirma.
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Entonces Eslava cuenta un cuarto episodio de presunta corrupción. Se trata de una condena de $18.400 millones que profirió el despacho de Vargas Bautista en febrero de 2016 contra el Hospital Militar y el Ministerio de Defensa. En ese caso, Eslava representaba los intereses de la Unión Temporal Medisan, contratista del hospital. Según Eslava, el exmagistrado del Consejo de la Judicatura Angelino Lizcano tuvo un rol esencial en este episodio, pues había fallado una tutela favoreciendo a Medisan.
“Angelino Lizcano es muy amigo del magistrado Carlos Alberto Vargas y después lo invita a que él se haga cargo del proceso ordinario y es así como me entregan a mí la documentación para el respectivo estudio”. “¿Y el negocio era cuál?”, la interrogo. “El negocio era obtener un 25% distribuido, eso sí me lo manifestó Vargas, que el proceso lo tomaría yo y era un 25% que debía de repartirse entre Angelino Lizcano, Kelly Eslava y el magistrado Vargas Bautista”.
Este expediente, sin embargo, fue archivado en noviembre de 2021 por la Comisión de Acusación del Congreso al considerar a Eslava como una testigo de oídas. Lo mismo ocurrió con el constructor Mario Huertas, a quien Eslava salpicó en sus confesiones, pero cuyo proceso la Fiscalía también archivó hace poco con el mismo argumento.
Más allá de esos episodios, según Eslava, la corrupción judicial en Colombia casi siempre logra ser impune porque hay un trabajo detrás, sofisticado y minucioso, para tapar cada hueco en cada caso y así darle apariencia de legalidad a fallos que fueron torcidos desde el día uno.
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Kelly Eslava recoge el cinismo de los corruptos de esta forma tan cruda: “Detrás de toda esa serie de excusas en el ámbito de la corrupción hay otra excusa: es que igual se está trabajando. Otra excusa repetitiva desde el punto de vista de los funcionarios: la estoy viendo toda pasándome por el frente, todos esos millones y nada me toca a mí. Si es que el que trabaja y decide soy yo. ¿Entonces qué hay conmigo? Es como se dice, estar muy pendiente de cómo reverdece el pasto ajeno sin concentrarse en el propio”, remata.
Además, critica esa frase hecha que asocia el cáncer con la corrupción porque, a diferencia del enfermo, el corrupto es corrupto porque eligió ese destino.
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“Es una elección, la gente es corrupta porque lo elige, claro que sí. Detrás de qué: de un espíritu narciso, de lo codiciosos, de lo ambiciosos, lo eligen. A mí no me digan ‘ay, qué sorpresa’. No, yo lo elegí, yo lo elegí y quien lo hace también lo eligió”.
Hoy Kelly Andrea Eslava Montes levanta su cabeza porque dice sentirse tranquila. Pero tuvo que atravesar varios infiernos para alcanzar esa paz. Su hijo intentó quitarse la vida mientras ella estaba tras las rejas, por ejemplo. Liberarse de esos escenarios de mentira y corrupción la han ayudado a transitar esos pantanos. Ya ella confesó su pasado e hizo su parte, dice. Es tiempo de que la justicia haga la suya.
La respuesta de los salpicados
Noticias Caracol buscó a todos los mencionados por la testigo Kelly Eslava en sus confesiones a la justicia. El exmagistrado Carlos Vargas, por ejemplo, señalado por ella como el jefe de esta organización criminal, aceptó reunirse con este noticiero y durante dos horas y media dio sus explicaciones sobre cada denuncia en su contra. Sin embargo, se negó a dar una entrevista en cámara. Eso sí, ratificó su inocencia y declaró que todos sus fallos se ajustaron a la ley y que así lo probará al final.
Tampoco quiso dar su versión el actual representante a la Cámara por Cundinamarca Néstor Leonardo Rico, quien enfrenta una investigación ante la Corte Suprema por estos hechos. Su equipo jurídico alegó que el proceso tenía reserva y que por eso preferían no pronunciarse ante los señalamientos de Eslava y su presunto interés en el negocio del predio del humedal Jaboque.
A su turno, el exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura Angelino Lizcano Rivera se abstuvo de dar una entrevista sobre los hechos que lo vincularon al proceso. En conversación telefónica simplemente dijo que su inocencia fue ratificada por la Comisión de Acusación del Congreso, su juez natural.
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Este noticiero tiene en su poder esa decisión de la Comisión de Acusación de apenas 17 páginas que tiene varias particularidades: para empezar el caso se archivó en apenas seis meses y ni siquiera fue llamado a declarar el propio Lizcano.
De acuerdo con Kelly Eslava, Angelino Lizcano como ponente del caso favoreció ilegalmente a la unión temporal Medisan al otorgarle una tutela que tumbó una millonaria multa que le había impuesto a ese contratista la Dirección de Sanidad Militar del Ejército.
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Eslava, además, contó un detalle clave: que la hija de un directivo de la Caja de Compensación de Cundinamarca, que integraba la unión temporal Medisan, coincidencialmente había ingresado a trabajar al despacho de Lizcano por esa época en la que se habría pactado el acuerdo ilegal. La Comisión de Acusación, sin embargo, desestimó esas acusaciones y concluyó tajante: “La señora Kelly Eslava técnicamente funge como una testigo de oídas”.
La única persona que quiso hablar para esta investigación periodística fue el abogado Majer Abushihab, en representación del constructor Mario Huertas.
“Lo más importante para Mario Huertas siempre ha sido limpiar su nombre de estos señalamientos y afortunadamente la justicia hoy le ha dado la razón. Eso es lo importante para él, que se restablezca su nombre, que se reivindique a un empresario que no ha hecho sino construir país, que siempre ha sido un empresario ejemplar”, sostuvo.
Por cuenta del ventilador de Kelly Eslava, el constructor Huertas terminó enfrentando un proceso penal.
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“¿Exactamente cuál es caso del constructor Mario Huertas que tú le has declarado a la justicia?”, le pregunto a Eslava durante la entrevista. “Bueno, el caso de Mario Huertas es también la participación que tuve en un desayuno en el cual el magistrado (Vargas Bautista) le presenta a los asistentes, dentro de los cuales estaba Mario Huertas, el proyecto de sentencia que iba a ser aprobado en sala”. “¿Un proyecto de sentencia a un interesado en qué caso?”, le insisto. “En el caso de la concesión Bogotá-Girardot”.
Según Eslava, dicho encuentro se dio en noviembre de 2012, pocas semanas antes de que Vargas le diera la razón al constructor Huertas en una millonaria demanda contra el Estado porque el consorcio suyo había perdido de forma irregular la concesión de la vía Bogotá-Girardot que el gobierno Uribe le había adjudicado al grupo Nule. Un negocio por un valor de $882 mil millones.
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“Es que la discusión de ese desayuno era que, a pesar de que se pudiese acreditar que el consorcio de Mario Huertas era quien debía de haber ganado todo ese contrato de concesión, lo cierto es que el estudio técnico frente a los valores económicos a indemnizar estaba difuso, y lo que se conversó en ese desayuno era que lo procedente era entonces reconocer una suma equivalente al amparo de la garantía única que eran $60 mil millones”, dice Eslava.
En efecto, el fallo determinó el 5 de diciembre de 2012 que debía pagársele ese dinero al consorcio de Huertas. Aunque prosperó tiempo después una nulidad, en 2019 el Tribunal confirmó esa sentencia, pero el Consejo de Estado, en sede de revisión, tumbó esa indemnización millonaria.
De acuerdo con Eslava, tras ese encuentro, el magistrado Vargas cambió de carro a una Mitsubischi Nativa modelo 2009 que era de propiedad del ingeniero Fernando Góngora. Según la testigo, Góngora había estado en la mencionada reunión con el magistrado Vargas y además era muy amigo del constructor Huertas. Aunque Eslava no tiene cómo señalar que ese carro era una coima por el fallo, sí le contó a la Fiscalía de estas coincidencias y reprochó que un interesado en un proceso como Huertas pudiera reunirse con el magistrado a cargo de su caso.
“¿Qué pasó en ese desayuno, él le comunica y el señor Huertas dice: ‘Ah, bueno, ya está’ o qué pasa?”, le pregunto a Eslava. “Ah, bueno, ya está. Sí, realmente no hubo mayor diálogo en ese desayuno”, añade.
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No obstante, el pasado 16 de septiembre la Fiscalía archivó el caso en favor de Mario Huertas. Según el documento en poder de este noticiero, no se acreditó ese desayuno, pues Huertas, Góngora y el exmagistrado Vargas lo negaron. Además, no se encontraron registros de ingreso al apartamento de Góngora, ubicado en este conjunto residencial en Bogotá, donde dice Kelly Eslava que se llevó a cabo el encuentro.
“Insisto, la señora Eslava solo especula, ella no hace un señalamiento directo, ella nunca ha dicho que esa camioneta es producto de un soborno, por ejemplo; la señora Eslava presume y asume que porque el magistrado Vargas unos meses después tenía una camioneta que pertenecía a Fernando Góngora, pues eso obedecía a un pago de alguna suerte de coima. Eso se cae de su peso”, agrega el abogado Abushihab.
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En el archivo del proceso, la Fiscalía sostuvo que el exmagistrado Vargas sí cambió de carro, pero no por un soborno sino por un negocio legítimo con su amigo Fernando Góngora. En el expediente ambos explicaron que este último le vendió la camioneta a Vargas por $50 millones y Vargas le pagó con dos carros de su propiedad por igual valor.
“Quienes transitamos en este mundo del derecho sabemos que los testigos que buscan algún tipo de beneficio y van a declarar con esa promesa de beneficio, pues sus dichos muchas veces pueden resultar parcializados”, cuenta el abogado.
Y concluyó: “Si el desayuno hubiese existido en gracia de discusión, que está acreditado que no existió, pues indudablemente habría podido ser reprochable. Pero también le digo otra cosa: es que quienes no estuvieron en una circunstancia de esa naturaleza no tienen por qué ir a decir que sí estuvieron, ellos fueron a declarar y los tres al unísono señalan que ese desayuno no ocurrió”.
Consultada por este noticiero, Kelly Eslava se ratificó en que ese desayunó sí existió y además reveló que con posterioridad a ese encuentro terminó asesorando a Huertas en varios asuntos de contratación. También indicó que no hay registros en el edificio donde se habría llevado a cabo la reunión porque ella llegó a ese desayuno en el vehículo oficial del magistrado Vargas, y que era obvio que los tres interlocutores negaran el encuentro. Eso sí, indicó que no le consta nada más allá de esa reunión. "Es lo malo de no tener todos los detalles del negocio”, resalta.
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Más allá de la controversia pública, los casos judiciales de Mario Huertas y Angelino Lizcano ya están cerrados. En los demás expedientes, sin embargo, los señalamientos de Kelly Eslava han sido cruciales para abrir investigaciones, adelantar juicios y proferir al menos dos condenas.