Si el Gobierno australiano decide cancelar el visado de Novak Djokovic por no estar vacunado contra el COVID-19, el tenista número uno del mundo puede volver a los tribunales a defender su caso, pero en el peor de los escenarios deberá abandonar Australia y el Abierto.
Los organizadores del torneo incluyeron este jueves a Djokovic en el sorteo de los grupos, pero el ministro australiano de Inmigración, Alex Hawke, aún puede cancelar el visado del tenista y expulsarlo por suponer un riesgo para la salud pública.
Hawke también está sopesando las circunstancias en las que el jugador serbio reconoció haber dado información falsa en su declaración de entrada en el país y haberse saltado las normas de la pandemia en Serbia.
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A su llegada a Australia, Djokovic dijo que no había viajado en los últimos 14 días previos, pero lo cierto es que se había desplazado de Serbia a España, mientras que en su país de origen concedió una entrevista a un medio francés sabiendo que era positivo de COVID-19.
Djokovic llegó el 5 de enero a Melbourne con una exención médica que le permitía jugar en el Abierto de Australia sin estar vacunado, aunque después las autoridades de Aduanas le cancelaron el visado y lo detuvieron hasta que un tribunal dio la razón al tenista el pasado lunes.
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POSIBLE VUELTA A LOS TRIBUNALES
El culebrón mediático dio otro giro el pasado miércoles cuando Djokovic admitió en sus redes sociales que sus representantes cometieron "errores humanos" en su declaración de viaje y también un "error de juicio" al acudir a la entrevista con L'Equipe el 18 de diciembre en Belgrado.
Estos incidentes aumentaron la probabilidad de que sea deportado, aunque sus abogados podrían recurrir esta decisión ante los tribunales, que pueden fallar a favor o en contra del jugador.
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El periodista y locutor de radio australiano Neil Breen indicó en Twitter que si el ministro aprueba la deportación, el caso podría dirimirse en los tribunales la semana que viene.
"(...) podría ser expulsado a mitad del torneo si el tribunal confirma la decisión del ministro. Se avecinan tiempos divertidos", agregó Breen al referirse a Djokovic, quien aspira a ganar el Abierto, que se juega entre el 17 y 30 de enero de Melbourne.
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El tenista serbio, conocido por sus críticas a las vacunas obligatorias, podría comenzar a jugar el torneo mientras se celebra en paralelo el proceso judicial, pero no podría terminar el campeonato si un tribunal llega a confirmar la hipotética cancelación del visado.
LOS ESCENARIOS DEL ABIERTO DE AUSTRALIA
Según las normas del torneo, si Djokovic tiene que abandonar el Abierto antes de que se publique el orden de juego del próximo lunes, su lugar en el cuadro será ocupado por el quinto cabeza de serie, Andrey Rublev, que a su vez será reemplazado por Gael Monflis, y este por Alexander Bublik.
En el hipotético caso de que se retirara después de la publicación del orden de juego prevista el domingo, entonces su puesto en el cuadro será ocupado por el jugador que haya perdido en la última ronda de clasificación.
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Si debe abandonar el Abierto cuando ya haya disputado algún partido, el que fuera a ser su siguiente rival pasaría de ronda sin jugar.
La presión que lleva sobre los hombros Hawke es grande debido a que una demora perturbaría aún más el Abierto de Australia, en donde Djokovic busca conquistar su décimo título y consagrarse como el tenista con mayor cantidad de Gran Slams de la historia (21), por delante de Roger Federer y Rafael Nadal.
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El fallo del tribunal de Melbourne del lunes que permitió la puesta en libertad de Djokovic fue un gran revés para el Gobierno de Scott Morrison, quien defiende a rajatabla la dura política de inmigración del país y aspira este año a la reelección.
Australia lucha contra un repunte de casos de la covid-19, que han pasado de menos de 2.000 contagios diarios en diciembre a casi 150.000 en esta semana, en medio de la escasez de productos por los contagios entre trabajadores esenciales.