La idea de la FIFA de celebrar el Mundial cada dos años y un nuevo calendario internacional podría hacer caer los ingresos de las federaciones europeas entre 2.500 y 3.000 millones de euros en un ciclo de cuatro años, según un estudio de una consultora independiente solicitado por la UEFA.
El organismo hizo públicas este viernes las conclusiones del documento elaborado por la consultora Oliver & Ohlbaum, que evalúa el impacto económico en las federaciones, tanto para el fútbol masculino como para el femenino, y que muestra "un panorama profundamente negativo para el fútbol de selecciones europeas, en caso de que se aplique el plan de la FIFA".
Según el estudio, si se suman las pérdidas de los ingresos centralizados (derechos de los medios de comunicación de los clasificatorios europeos masculinos y de la Liga de Naciones, repartos de la Eurocopa) y de las fuentes individuales, como la venta de entradas y los patrocinios, los ingresos de las federaciones europeas podrían caer entre 2.500 y 3.000 millones de euros a lo largo de un ciclo de cuatro años, en función del número de ventanas de clasificación disponibles (dos o sólo una).
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La UEFA señaló que el informe ofrece "alarmantes conclusiones", que "suscitan serias dudas sobre la sostenibilidad del plan para las federaciones europeas" y que el objetivo de suavizar la carga del calendario para los jugadores "choca con la duplicación de las fases finales, que haría que haría terminar cada temporada con un Mundial o un campeonato de confederaciones".
- AGOTAMIENTO MENTAL Y FÍSICO DE LOS JUGADORES
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"Torneos de tal intensidad no pueden repetirse cada año sin que aumente el agotamiento mental y físico de los jugadores, que de hecho se encontrarían jugando incluso más de un torneo por temporada, si todos los partidos de clasificación se celebraran en uno o dos bloques largos", apuntó.
También que el aumento de torneos finales y la reducción de las eliminatorias haría que los jugadores con los calendarios más ocupados jugaran aún más, igual que ocurriría con sus selecciones nacionales, y los equipos que no lleguen a las fases finales no sólo jugarían menos partidos en total, sino que perderían el contacto regular con su afición debido a los largos periodos de inactividad.
"Un calendario que no se ajusta a las necesidades técnicas de las selecciones nacionales, que no ofrece la posibilidad de probar e introducir gradualmente a nuevos jugadores y que puede exponerlas a jugar todo un ciclo de clasificación sin jugadores clave lesionados, repercutiría al mismo tiempo en las ligas, exponiéndolas a pausas excesivamente largas, lo que sería perjudicial para todos, especialmente para los que juegan la temporada de verano y los que deben suspender sus campeonatos en invierno por razones climáticas", insistió.
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Igualmente destacó que un mes de actividad de las selecciones nacionales dejaría a los jugadores no internacionales sin competición mientras sus compañeros internacionales jugarían intensamente y los clubes cargarían con las consecuencias de esta incoherencia.
- EL FÚTBOL FEMENINO TAMPOCO SE SALVARÍA
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Para la UEFA, el fútbol femenino "tampoco se salvaría, a pesar de la anunciada intención de duplicar el número de Mundiales, ya que los principales torneos dejarían de gozar de la exclusividad del calendario y de todo el protagonismo, con el consiguiente impacto negativo garantizado en términos de exposición e interés de los aficionados y los medios de comunicación".
La idea que defiende la FIFA y que será abordada el próximo lunes día 20 en una cumbre con sus 211 federaciones tendría consecuencias a su vez para los campeonatos de selecciones juveniles, cuyo sistema "tendría que ser revisado y probablemente reducido, como efecto de la reducción de las ventanas disponibles para el fútbol de selecciones".
La UEFA recordó que, como señaló el COI, el plan de duplicar la frecuencia del Mundial tendría efectos preocupantes sobre muchos otros deportes, cuyos eventos clave se enfrentarían a choques de calendario sin precedentes y verían sus espacios invadidos por un poderoso competidor.
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"Haciéndose eco de las claras objeciones expresadas por las partes interesadas europeas en varias ocasiones y de la firme y motivada oposición anunciada por las organizaciones de aficionados, la UEFA considera que sólo deben proponerse cambios radicales si se traducen en beneficios claros e incuestionables para el juego y sus actores, añadió.