Fenómeno rebelde, delantero completo y moderno, amado y odiado por las aficiones, el sueco Zlatan Ibrahimovic cumple este domingo 40 años, todavía en la élite del fútbol, de vuelta a la Liga de Campeones con el Milan y decidido a seguir compitiendo a altos niveles, pese a los problemas físicos que está complicando su arranque de temporada.
"Ibra" celebra su cumpleaños ultimando su recuperación de un problema en un tendón que le impidió volver a pisar los escenarios de la Liga de Campeones en las dos primeras jornadas, en Anfield ante el Liverpool y en San Siro ante el Atlético Madrid, pero listo para dar su aportación al Milan en la fase clave de la Copa de Europa, tras el parón de selecciones.
Los 31 trofeos conquistados en su larga carrera, vivida con las camisetas de Malmoe, Ajax, Juventus, Inter Milán, Barcelona, París Saint Germain, Manchester United y Los Ángeles Galaxy, además del Milan, no frenaron el hambre ganador de un delantero que sigue capacitado para cambiar los equilibrios cuando está en el campo.
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Un problema de rodilla, por el que se operó en junio, le obligó a perderse el comienzo de campaña y el sueco solo pudo jugar un partido. Estuvo en el campo 31 minutos con el Lazio y tardó menos de siete para estrenar su cuenta goleadora.
Fue un gol cómodo, un remate bajo palos para culminar un contragolpe, pero igualmente espectacular. De hecho, "Ibra" arrancó esa acción de rodilla para acomodarse una bota, se levantó tras ver el comienzo de la transición y llegó a tiempo para sentenciar el encuentro ante el Lazio.
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Un gol particular para un delantero que acostumbró a los aficionados a jugadas espectaculares: logró golazos de tacón, como en la Eurocopa de 2004, cuando su gol eliminó a Italia en la fase de grupos, o ante el Bolonia en la Serie A, de chilena, como ante el meta Joe Hart e Inglaterra, de falta directa, y también desde más de 50 metros, como en su debut con los Galaxy de Los Ángeles.
La pasión por el taekwondo le ayudó en su carrera futbolística y le permitió hacer jugadas y disparos acrobáticos que se quedaron en la historia reciente de este deporte.
Ni la lesión de cruzado sufrida como 35 años, en 2017, con el Manchester United, pudo frenar a "Ibra". Tras recuperarse, firmó por los Galaxy en la MLS, pero pronto regresó al fútbol europeo, de la mano del Milan.
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Su paso por Los Ángeles fue marcado por grandes goles, pero también por cero títulos y grandes polémicas por sus declaraciones al despedirse: "Gracias Los Ángeles Galaxy por hacerme sentir vivo de nuevo. A los aficionados de los Galaxy: queríais a Zlatan y os di Zlatan. De nada. La historia sigue. Ahora volved a ver el béisbol".
De vuelta a Milán, Ibrahimovic marcó diez goles en sus primeros seis meses y anotó quince el curso pasado, para devolver al Milán una clasificación a la Copa de Europa que faltaba desde 2014. Sin embargo, es su liderazgo lo que cambió la cara del Milan.
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El equipo tímido, que no lograba expresar su potencial en las citas grandes, y que no conseguía dar continuidad a los resultados dejó espacio a un grupo que en este momento juega con despreocupación, técnica, velocidad, convicción, y presentó su candidatura para pelear hasta el final para el título de la Serie A.
El veterano delantero sueco mejoró a sus compañeros y siempre está en San Siro incluso cuando se encuentra en períodos de baja, para mostrar su cercanía al grupo.
El técnico Stefano Pioli no duda en definir a Ibrahimovic como el gran líder del vestuario, pero logró construir a su lado a unos compañeros que están guiando al equipo en estos momentos, como el español Brahim Diaz o el portugués Rafael Leao, los mejores en el encuentro del último martes contra el Atlético Madrid en la Copa de Europa.
"Ibra", que ha sido convocado por Suecia para los próximos compromisos de clasificación al Mundial, ya fijó en el calendario su fecha de regreso: se espera que a mediados de octubre esté listo para volver a iluminar los terrenos de juego.