Los aficionados del Fenerbahçe, uno de los clubes históricos de la Superliga turca, no podrán acudir al próximo partido que se disputa a domicilio contra el Kayserispor el 4 de marzo, después de que sus simpatizantes pidieran la dimisión del Gobierno tras los terremotos que han dejado casi 45.000 muertos.
La decisión de no permitir la entrada de aficionados del club de Estambul al partido Kayserispor-Fenerbahçe, que se celebrará el sábado ha sido anunciada este martes por la Junta Provincial de Seguridad de Kayseri.
"No podemos aceptar esta decisión. Es una decisión extraña que no tiene nada que ver con criterios deportivos. Invitamos a los responsables a revertir este error", indicó el club en un comunicado.
Seguidores del Fenerbahçe pidieron con cánticos la dimisión del Gobierno turco, criticaron la falta de coordinación y su gestión deficiente tras los terremotos, durante el partido contra el Konyaspor que se jugó en Estambul el 25 de febrero.
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"¡Mentira, mentira, mentira, engaño, engaño, engaño, han pasado 20 años, dimisión!", corearon el pasado sábado los aficionados del Fenerbahçe, a los que siguieron el domingo los del Besiktas, que también pidieron la renuncia del gobierno en un acto en el que recogieron miles de juguetes para los niños víctimas del sismo.
Algunos aficionados del Besiktas fueron detenidos tras las protestas y Devlet Bahçeli, líder del Partido de Acción Nacionalista (MHP), aliado del presidente Recep Tayyip Erdogan, pidió que se jugaran los partidos sin aficionados si continuaban las protestas.
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Erdogan, que lleva en el poder 20 años se enfrenta en mayo a unas elecciones presidenciales en las que tendrá un papel crucial la gestión de los terremotos de magnitud 7,7 y 7,6, que han dejado hasta ahora casi 45.000 muertos en el país.
Por ahora, el Fenerbahçe también tiene el reto de los octavos de la Europa League en donde tendrá que enfrentarse al Sevilla. Empezará de visitante y tendrá que ir a España a jugar al Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.