El tenista ruso Daniil Medvedev avanzó la noche del sábado a los octavos de final del Abierto de Estados Unidos derrotando a Sebastián Báez, el último representante argentino en este Grand Slam.
Medvedev, número tres de la ATP, acabó con la racha ganadora de Báez (32º) por marcador de 6-2, 6-2 y 7-6 (8/6) en dos horas y 40 minutos.
El duelo concluyó a la una y media de la madrugada de Nueva York y se detuvo brevemente por la lluvia cuando el argentino estaba en su mejor momento.
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"Cuando empiezas a jugar a las once de la noche ya se siente duro", aseguró el ruso, que volvió a discutir con la grada neoyorquina y en especial con uno de los espectadores que apoyaba a Báez.
"Si el tipo tiene esposa no sé como ella va a poder dormir porque está tan animado que por la noche solo va a gritar: 'Vamos, vamos, vamos'. Lo siento por él", afirmó.
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"Creo que los dos jugamos bien en los dos primeros sets, yo solo fui un poco mejor en los momentos clave", dijo sobre el partido. "Luego él subió el nivel e hizo el partido más difícil. Fue bueno cerrarlo en el tercer set para no terminar a las cuatro".
Para Báez era su primera presencia en una tercera ronda de Grand Slam y llegaba pleno de confianza gracias a una racha de 12 partidos seguidos ganados, con la que alzó los títulos de Kitzbühel y Winston-Salem.
El menudo y fornido tenista de Buenos Aires, de 22 años, tardó en asentarse en la cancha bajo el bombardeo de 'aces' de Medvedev (un total de 12 por ninguno de Báez).
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El ruso, líder de victorias este año en pistas rápidas, se hizo con un cómodo colchón de dos sets pero Báez no arrojó la toalla y le forzó a pelear para cerrar el partido.
El argentino encontró su deseado quiebre en el cuarto juego con un espectacular último globo y tomó una distancia de 1-4.
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Medvedev demandó entonces a la jueza que interviniera para expulsar a un espectador y se llevó el dedo a la boca para pedir silencio en la mayor pista del mundo.
Cuando el juego se reanudó 10 minutos después, Báez fue quebrado y luego perdió una pelota de set.
Las ocasiones perdidas dieron alas a Medvedev para forzar el 'tiebreak' en el que, tras varios espectaculares intercambios, necesitó cuatro pelotas de partido para finiquitar el choque.
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Báez era el último representante del equipo argentino y del tenis latinoamericano que seguía en liza en Nueva York.