Rafa Nadal construyó una carrera de leyenda a golpe de gestas y lesiones, mientras que Novak Djokovic penó durante la primera etapa de su trayectoria hasta que encontró el equilibrio físico.Carlos Alcaraz, llamado a sucederlos, debe dar con la tecla para que el cuerpo acompañe su impresionante tenis.
En Madrid, donde completó en mayo por segundo año consecutivo el 'doblete ibérico' tras ganar antes en Barcelona, preguntaron al fenómeno de 20 años cuál podía ser la trampa en su meteórica carrera. No dudó.
"Las lesiones, tengo que intentar prestar atención al máximo. La parte mental, cansarme de ganar, de viajar o de jugar al tenis, no me preocupa, sé que no me pasará. Lo único que podría preocuparme entre comillas en el futuro son las lesiones", confesó.
En el paso de adolescente a adulto, en los dos últimos años, el chico de oro del tenis transformó su cuerpo, esculpiendo su delgadez natural para ganar volumen y músculo.
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Mala racha desde el US Open
Desde que ganara el US Open en septiembre, la gran explosión que le llevó a convertirse en el número 1 más joven de todos los tiempos, los contratiempos se han acumulado.
En noviembre, en el Masters 1000 de París-Bercy, sufrió un desgarro en un músculo abdominal que le obligó a retirarse ante Holger Rune. Terminó su temporada sin poder jugar por primera vez el Torneo de Maestros.
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Al comienzo del curso 2023, cuando preparaba el Abierto de Australia, se rompió un músculo del muslo derecho que le privó del primer grande del año.
El rosario continuó en febrero, en Rio de Janeiro, donde perdió la final ante Cameron Norrie con molestias en la misma zona.
Ya en la temporada de tierra europea, se bajó de Montecarlo para dar descanso a su muñeca izquierda y debido a problemas dorsales.
Todo esto no le impidió ganar en Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona y Madrid, un botín que en Roland Garros le situó como favorito, hasta que se dio de bruces con la realidad de toparse con una leyenda en las últimas rondas de un Grand Slam.
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"Lo de hoy ha sido mental, he entrado al partido más tenso de la cuenta, no he sabido relajarme", reconoció en rueda de prensa tras caer en semifinales ante Djokovic, un partido en el que, tras igualar 1-1, no pudo correr en los dos últimos sets debido a que su cuerpo colapsó por los calambres.
La exigencia mental y física, los pilares que sostienen el talento tenístico, fueron el peaje que pagó 'Carlitos', como le ocurrió a Djokovic, que protagonizó algunas sonoras retiradas por lesión en los inicios de su carrera (Roland Garros 2005 y 2006, Wimbledon 2007 y Australia 2009).
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"Es parte de la curva de aprendizaje, su carrera será muy exitosa si se las arregla para mantenerse saludable porque el juego está ahí", dijo 'Djoko' sobre el español.
Gestionar la energía
Su reto pasa por completar con éxito el puzzle de la preparación, recuperación e hidratación para estar en las mejores condiciones.
En este sentido Djokovic se convirtió en un maestro. "Ha jugado más de 40 semifinales en los 'grandes'. Sabe cómo prepararse, cuándo ir a cambiarse y en qué momento hay que comer... Es una máquina", dijo el extenista francés Jo Wilfried Tsonga.
Durante Roland Garros, el equipo de Alcaraz optó por dosificar al máximo y no entrenar el día que tienen los jugadores entre cada partido, decantándose por un trabajo de recuperación en el hotel, algo muy poco frecuente en los Grand Slams.
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En la semifinal, tras ceder el segundo set, Djokovic se fue a los vestuarios siete minutos. Alcaraz se sentó en la silla en lugar de mantener el cuerpo el movimiento. Al volver a la cancha, su cuerpo dijo basta.
Dominar un duelo de alto nivel en un Grand Slam significa gestionar los descansos, las pausas entre puntos, la hidratación y la energía.
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Y ante Djokovic, Alcaraz se llevó una buena lección.