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Camila Osorio y el problema a resolver para convertirse en tenista de talla mundial

La tenista colombiana Camila Osorio reveló en una entrevista cuál es el aspecto en el que debe mejorar, para ganar títulos en los torneos más importantes del circuito WTA.

Camila Osorio, tenista colombiana.
Camila Osorio, tenista colombiana.
Jam Media/Getty Images

Sin el servicio venenoso de Aryna Sabalenka, la devolución punzante de Iga Swiatek, ni la sangre fría de Elena Rybakina, la colombiana Camila Osorio compite en el tour de la WTA con un sello muy latino: su alegría de fuego artificial.

"Obviamente hay presión, pero yo disfruto lo que hago. Amo viajar, amo jugar torneos; en la pista cumplo mi sueño de niña y es importante no olvidarme de eso", aseguró este lunes Osorio en entrevista con EFE.

Su alegría está en los gestos, en cómo le brillan sus ojos en forma de almendras si convierte un 'ace'. Aunque no se puede explicar con palabras, estar contenta es el punto de partida de la sudamericana, quien asume el tenis como una manera de celebrar estar llena de vida.

Aun así, su inocencia tiene un lado humano, biológico; el gen ganador heredado de su abuelo Rolando Serrano, uno de los buenos futbolistas colombianos de la segunda mitad del siglo XX, seleccionado de su país en la Copa Mundial de Chile 1962.

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"Fue una leyenda, pero aparte del futbolista, yo disfruté a la persona. Era especial conmigo y ahora que no está siento tener un angelito aumentando mi fuerza. Me entrego a él en los momentos difíciles, nos comunicamos mediante la oración", confiesa.

Camila Osorio, tenista colombiana, en acción de partido en el Abierto de China 2024
Camila Osorio, tenista colombiana, en acción de partido en el Abierto de China 2024
Getty Images

Quedarse con la mentalidad de su héroe, fallecido hace un par de años, le ha permitido a Osorio tutear a varias de las mejores. En el 2024 le ganó un set a Madison Keys, reciente campeona del Abierto de Australia, donde en enero pasado Camila venció a la griega María Sakkari y perdió por poco margen con la tunecina Ons Jabeur, dos de las mejores del mundo en las últimas temporadas.

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"Siento tener el nivel para enfrentar a todas esas rivales con tanta trayectoria. He estado cerca de dar el paso y espero que pronto se dé eso para lo que tanto he trabajado. Me siento cerca de estallar como tenista", asegura.

Camila, de 23 años, cree tener el tenis para saltar al exclusivo club de las 20 mejores, aunque para conseguirlo necesita no lesionarse tan a menudo y ser más consistente con su saque. "Si resuelvo eso, creo tener juego para enfrentarme a cualquiera de las grandes".

La colombiana está en México para jugar el Abierto de Mérida, torneo 500 de la WTA en el que debutará este martes contra la rumana Jacqueline Cristian, raqueta 85 del mundo. De ganar, irá contra la española Paula Badosa, segunda favorita.

"Es un torneo fuerte con rivales muy buenas. Cada partido va a ser una batalla; sólo pienso en el primero, confiada en mostrar un buen nivel para seguir avanzando", asegura.

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La colombiana es todo lo contrario de la tenista con instinto depredador, que rompe raquetas si la superan. En su caso, agradece también cuando pierde, no por masoquismo, sino porque gracias a eso está escalando en el ránking mundial en el que llegó al lugar 33 en abril del 2022.

"Hay derrotas duras, recuerdo una aquí en México contra Emma Navarro, hoy novena del mundo. Iba por 'match point' y con el revés estrellé la pelota en la red. A partir de ahí dudé, tiré menos la derecha y se me fue el partido. Uno aprende de todo eso y da gracias, porque crece", explica.

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Como toda tenista del tour, Camila desea ganar los torneos grandes y estar muchos años entre las mejores. Quiere todo, pero sin apagar el fuego y el sonido musical de sus golpes.

¿Tanto tiempo después en qué se parece a la niña que fue?
2Hay cosas que siguen; el sueño, la alegría de disfrutar el juego y, claro, el hambre de ganar".