El Real Madrid mantiene el pleno de victorias en LaLiga Santander , cinco de cinco, tras una goleada al Mallorca (4-1) en la que el uruguayo Fede Valverde y el brasileño Vinicius Junior fueron, con sus tantos, los desatascadores de un encuentro trabado en el que Rodrygo y Rüdiger culminaron la fiesta de un conjunto blanco que encuentra su gran fortaleza en su superioridad en las segundas partes.
La hora a la que arrancó el partido (14:00 local) y los primeros treinta minutos no invitaron al optimismo en el Santiago Bernabéu. La ocasión de Muriqi en el primer minuto fue un espejismo que, eso sí, más tarde se convirtió en aviso, de un Mallorca que esperaba atrás las acometidas de un conjunto blanco que no conseguía darle ritmo a su juego.
Unos tibios avances que se producían mayoritariamente por una banda izquierda en la que se acumulaban demasiadas piernas. Vinicius, Mendy, Hazard, Ceballos e incluso a veces Rodrygo se juntaban en dicho lugar, facilitando la resistencia visitante. La solución, unos disparos lejanos que no pusieron en aprietos a Rajkovic.
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Típico partido en el que un balón parado se convierte en alivio y más para el equipo que opta por resistir. Y así le pasó a un Mallorca que en el primer contragolpe de verdad que pudo armar se encontró con una falta en el lateral derecho de su ataque que acabó valiendo oro.
Centro de Lee Kang In al segundo palo y Muriqi, quien se peleó sin éxito con Rüdiger y Miltiao todos los minutos anteriores por ganar un balón largo, encontró en Mendy un aliado perfecto. Le ganó la posición con facilidad y abrió el marcador en el minuto 35.
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Un tanto que reforzó el plan del equipo entrenado por el mexicano Javier Aguirre, pero su ventaja le duró solo 12 minutos, hasta que Fede Valverde hizo gala otra vez de que siempre tiene una marcha más que el resto.
Siendo Vinicius el único futbolista que antes del tanto provocaba reacciones de alegría en los aficionados madridistas, destacando un caño que le tiró a Lee Kang In en tres cuartos de campo y con sus continuas intentonas de desbordar, tuvo que ser Valverde, con un fútbol menos vistoso, pero igual de descarado, el que igualó el marcador.
El uruguayo recibido el balón a unos 10 metros del área del Real Madrid, arrancó directo a la portería contraria y cuando llegó a la frontal puso el balón en la escuadra izquierda de la meta de Rajkovic. Dejó a cinco rivales por el camino, como si estuviera en fútbol formativo y jugase en una categoría inferior a la que le corresponde, para firmar el que será uno de los goles de la temporada justo antes del descanso.
Sin embargo, el partido siguió el mismo guion en la segunda parte. Pasados 15 minutos, Ancelotti recurrió a Luka Modric para frotar la lámpara, quitando a un Eden Hazard gris que puede haber dejado escapar otro tren para ganarse minutos, y colocó a Alaba en el lateral izquierdo tras sacar a Mendy.
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Sin embargo, la solución la tenía ya sobre el césped. Vinicius pasó de los ‘uy’ al gol en el minuto 72 en otra acción en la que una conducción rompe la monotonía de la posesión. Rodrygo enfiló la portería del Mallorca aguantando entradas y el choque de un rival para ponerle el balón a su compatriota, que dejó otra acción que demuestra, por si hiciera falta, que tiene la pausa dentro del área que le coloca en la élite del fútbol.
Control orientado hacia la izquierda para salvar la defensa de Valjent y picada con la zurda para superar la salida del guardameta visitante. Quinto partido seguido marcando y, con la lesión de Karim Benzema, líder indiscutible del ataque madridista.
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Y líder también de las emociones de la afición blanca. Con el partido 2-1 y bajo control en los últimos minutos, el brasileño fue protagonista por su fútbol, que desesperó a Maffeo y Valjent en dos entradas de impotencia, sensación que aumentó con el 3-1 final.
Rodrygo, hombre clave del 2-1, quería ser también protagonista principal con un gol. Y se lo fabricó. Condujo, se coló entre dos defensas en el área, aguantó un agarrón, recortó para dejar sentado al central y cruzó el balón para sentenciar un partido en el que el alemán Antonio Rüdiger tuvo tiempo de estrenarse como goleador con el Real Madrid en una jugada a balón parado en el último minuto del tiempo añadido.