Sergio Ramos se despidió entre lágrimas del Real Madrid, en un emotivo acto de homenaje donde tras las palabras de cariño del presidente Florentino Pérez y escoltado por los 22 títulos que ha conquistado en 16 temporadas, admitió que "uno nunca está preparado para decir adiós" al club blanco y que es un "hasta luego".
"Ha llegado uno de los momentos más difíciles de mi vida, uno nunca esta preparado para decir adiós al Real Madrid. Llegué de la mano de mis padres (rompe a llorar), de mis hermanos, con 19 años, era solo un niño y hoy tengo una maravillosa familia con mi mujer y cuatro hijos", inició en un discurso de despedida muy emocionado.
Ramos mostró agradecimiento al club, a la afición madridista y todos los empleados que le han acompañado en el camino. "Añado 22 títulos con mucho esfuerzo, sacrificio, dedicación y profesionalidad que requiere el Real Madrid".
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"Se cierra una etapa maravillosa en mi vida, nada volverá a ser como lo que he vivido aquí. Se abre una nueva con mucha ilusión para demostrar y añadir a mi palmarés algún título más. Esto, más que un hasta siempre es un hasta luego, porque tarde o temprano volveré".
En la Ciudad Real Madrid, en un lugar habilitado para el acto de homenaje, junto a Ramos compartieron un momento duro su mujer, Pilar Rubio, vestida de blanco, sus cuatro hijos, sus padres y hermanos, a los que agradeció todo el esfuerzo que hicieron por él desde que cambió Sevilla por Madrid.
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"Llegué estando muy unido a ellos y me voy con esta grandeza de familia que siempre me ha apoyado. Quiero agradecer a mi familia que son los actores principales que siempre han estado conmigo, gracias por aguantarme, respetarme y vivir mi carrera conmigo", dijo.
Sin reproche alguno por unas negociaciones que no fructificaron para su continuidad, Ramos mostró cariño por el Real Madrid en cada palabra y por su presidente Florentino Pérez, y recordó a entrenadores y compañeros con los que consiguió éxitos.
"Quiero agradecer a mi club, al presidente por todo su cariño, a mis entrenadores, compañeros que sin ellos nada habría sido posible, a los empleados del club que considero familia, es inevitable no emocionarme al mirar las caras de todos tras muchos años aquí", afirmó mostrando mucha emoción.
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Por último, tuvo un recuerdo especial al madridismo y lamentó no poderse despedir en el césped del Santiago Bernabéu. "¡Cómo no agradecer a la afición que me llevó en volandas en los momentos buenos y en los malos!. Me hubiese gustado despedirme en nuestro estadio, el Santiago Bernabéu, pero gracias al Real Madrid. Os llevaré siempre en mi corazón".