El marcador se abrió rápidamente en el estadio Ulsan Munsu. Recién se jugaba el minuto 10 de partido, cuando llegó el gol de Son Heung-Min, lo que significó el 1-0 parcial a favor de Corea del Sur sobre la Selección Colombia. Fiesta en las gradas, ante la presencia de miles de aficionados surcoreanos, que llegaban con la ilusión de un triunfo de su equipo, el cual se estaba dando.
Esta anotación llegó luego de una mala salida del equipo colombiano. Y es que, en su afán de salir jugando con Mateus Uribe, el lateral izquierdo Johan Mojica no tuvo precisión en su pase y regaló el balón al delantero y capitán del combinado asiático, quien no perdonó y menos ante el arco solo, ya que el arquero Camilo Vargas había salido del arco para ofrecerse como receptor.
Al ver lo sucedido, las caras de los integrantes de la defensa 'cafetera' eran de incredulidad. Los regaños y señalamientos no faltaron, pero tampoco la voz de aliento, ya que no era momento de buscar culpables y bajar la cabeza, sino que, por el contrario, alzar los brazos, dar lo mejor y buscar la manera de revertir la situación, en pro del empate y darlo vuelta.