Luis Díaz volvió a demostrar que le gustan los retos. Lejos de esconderse o desaparecer en los partidos importantes, toma la batuta, se muestra y responde como el líder que es. En la final de Copa América , entre la Selección Colombia y Argentina , el guajiro fue pieza clave, aportando en defensa y ataque, siendo una constante opción de pase y causándole dolores de cabeza al contrincante.
Su peligro por la banda izquierda impidió que Gonzalo Montiel, lateral de la 'albiceleste' por ese sector, se convirtiera en una alternativa ofensiva. Y es que, lejos de pensar en proyectarse, siempre tuvo en mente marcar a 'Lucho'. Fue un duelo interesante y que se llevó las miradas. De hecho, por momentos, en el desespero de quitarle la pelota al 'cafetero', su rival acudió a la pierna fuerte.
En el segundo tiempo, Luis Díaz aquejó un duro golpe cerca de su rostro, cayendo al suelo y retorciéndose de dolor. El árbitro Raphael Claus decidió que no había pasado nada, pero al ver al detalle la jugada, se observó que le pegó un codazo en el cuello. No se sancionó falta y, por ende, tampoco amonestación. Sin embargo, fue una muestra de cómo se dio ese mano a mano entre ambos.
Fue el hombre de mayor peligro en la Selección Colombia; no en vano, le hacían doblajes y arrastraba marcas, lo que permitía dejar libre a uno de sus compañeros. Gambeta, velocidad, regate y un desequilibrio impresionante, todo eso y más expuso a lo largo del certamen. Puede que no haya alcanzado, ya que Argentina se impuso 1-0, pero Luis Díaz mostró que está para grandes cosas.
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Eso sí, como un pequeño 'lunar' quedó el abuso del traslado de la pelota, por momentos. Prueba de ello fue una acción sobre el remate del compromiso, donde pudo haberle servido la pelota a Juan Fernando Quintero, quien estaba solo en el área, pero decidió jugársela en la individual y perdió el esférico. No obstante, no hay nada que reprocharle a Luis Díaz, quien fue una gran figura y dejó siempre hasta la última gota de sudor en pro del bien del seleccionado colombiano.