Muchas veces, las cosas no llegan cuando uno quiere, sino cuando tienen que llegar. Por eso, en ciertos casos, aparece la frustración. Y es que al ver que tanto esfuerzo, dedicación, entrega y sacrificio no da frutos, es normal. Sin embargo, es en esas situaciones donde más fortaleza se debe tener porque tarde o temprano se dará cumplirá todo, ¿o no, Kevin Mantilla?
El protagonista de nuestra historia, en la previa del segundo partido de la Selección Colombia Sub-20 en el Mundial de la categoría, frente a Japón, es justamente el defensa central bogotano, de 20 años recién cumplidos (22 de mayo) y que se ha cansado de brillar en Independiente Santa Fe, su segundo hogar. Allí, donde se formó y, ahora, da pasos de gigante.
No es ninguna casualidad que, a tan corta edad, ya incluso haya portado la cinta de capitán en el león. Su jerarquía, gran madurez y calidad, le han permitido esto y lo que falta. De hecho, fue lo que le permitió llamar la atención del entrenador Héctor Cárdenas y ganarse un lugar en los convocados para la cita orbital, que se está disputando en territorio argentino.
En la actualidad, solo 'llueven' elogios y todo es 'color de rosa', pero detrás de esto hay muchas vivencias por contar y en Gol Caracol las conocimos. El encargado de dar a conocer detalles de esto fue Franciso 'Pacho' Delgado, quien fue uno de los técnicos del joven defensor, trabajando en las divisiones menores del 'león'. Allí, pasó de todo.
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Pensó en retirarse, pero el acompañamiento desde el equipo capitalino, junto con el respaldo de su familia, lo impidió. De igual manera, su crecimiento fue evidente y hubo anécdotas imperdibles, las cuales llevaron a que se ganara el apodo de Cafú porque, en un punto, quiso ser lateral derecho. De esto y más, pudimos conocer sobre Kevin Mantilla.
Como formador, ¿Qué sentimiento hubo al ver que Kevin Mantilla había sido convocado al Mundial?
"Orgullo, de saber que los sueños sí se cumplen cuando van acompañados de disciplina y humildad, dos valores que traté de recalcarle. Todo el mundo tiene el sueño de ser futbolista, pero solo los que más se esfuerzan son los que van a llegar. Así que verlo donde está ahorita, me llena de felicidad, orgullo y estoy seguro de que va a hacer un muy buen Mundial".
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¿Cuál fue ese pensamiento que se vino a la cabeza al confirmarse ese llamado?
"Cuando lo conocí, alrededor de los 13 o 14 años de edad, recién llegado a las divisiones menores de Independiente Santa Fe, le dije que un día lo iba a ver triunfar, pero que el camino no iba a ser nada fácil, al ser un trayecto lleno de obstáculos, altibajos, en fin, pero era ahí se hizo fuerte y resiliente. Eso fue lo que pensé porque el proceso no ha sido nada sencillo".
¿Cómo veía a Kevin en los inicios?
"Cuando lo conozco, vi unos indicadores de rendimiento y desempeño muy notorios, como era su altura, inteligencia de juego, era un jugador con buena talla, buenos índices de velocidad y fuerza, entonces vi unas estructuras que me hacían creer que si se sabía llevar, iba a marcar diferencia. Además, tenía carácter para jugar y esas fueron señales importantes".
¿Por qué él es especial?
"Lo diferencia de los demás, su carácter y liderazgo. Esto último siempre lo tuvo, en cada uno de los grupos que conformó y, de hecho, ahorita también se ve al portar la cinta de capitán en el club. Donde estaba, resaltaba, marcaba diferencia y lo que llevaba a pensar era que si se hacía un buen proceso en Independiente Santa Fe, iba a llegar muy lejos en el fútbol".
Anteriormente hablaba de que el camino no es fácil, ¿Qué dificultad recuerda que haya vivido Mantilla?
"En este largo camino, y en estos procesos formativos, siempre hay dificultades, como el tema económico, lo psicológico, lo familiar, el apoyo de las diferentes partes, en fin. Afortunadamente, con Kevin tuvimos esos inconvenientes porque eso lo volvió más resiliente y fuerte. Recuerdo que, en algún momento, Kevin quiso retirarse del fútbol y fue algo complejo".
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¿Cómo lo ayudaron a salir de esa situación?
"En mi caso, fui un guía, más que un entrenador, intenté ser formador. Le dije que tuviera paciencia y recordara que no era fácil, que las cosas puede que se sintieran fuertes, pero que íbamos a sacar todo adelante y vendrían cosas positivas. Para fortuna, fue receptivo, aceptó consejos, entendió todo como era, es muy humilde y eso le permitió crecer y ser mejor".
¿Cuál fue ese trabajo clave que se hizo para salir adelante?
"Como formadores, cumplimos un rol determinante en la vida de ellos, ya que somos consejeros y guías. Ahora, en Santa Fe no fui el único que llevó ese proceso, estuvieron Jorge Rojas, Eduardo Cañón, Léider Preciado, entre otros entrenadores de muy alto nivel y una calidad humana impresionante que aportaron mucho. Es un trabajo conjunto que dio sus frutos".
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¿Qué le dice Kevin al ver donde está?
"De pronto porque los tuve más tiempo y estuve un poco más presente en el proceso deportivo, siempre me agradecer y es receptivo con los consejos, entendiendo que había una persona que siempre quería lo mejor para él. Cumplimos, junto a un staff importante, para que creciera en su parte deportiva, en su calidad humana y, ahora, muestren todo lo que es".
¿Cuál cree que ha sido el mejor consejo que le ha dado?
"Son jugadores que, afortunadamente, tienen su objetivos claros. Como entrenadores, siempre les armamos un proyecto deportivo y se tiene presente que hay que alejarlos de las tentaciones de la vida; por eso, se les aconseja que cuando uno quiere ser un profesional del fútbol, se tiene que alejar de las tentaciones, todo de la mano de la responsabilidad".
¿Cómo es el día a día de Kevin, entre el fútbol y su cotidianidad?
"Tiene una madurez tremenda, la cual la adquirió rápido por todo lo que esto conlleva, así que eso lo convierte en alguien muy centrado. Ha asumido su responsabilidad como jugador profesional e íntegro, no solo como futbolista. Tal y como se ve, muy humilde, de casa, entregado, así es siempre. Además, si cumple en la cancha, afuera también lo hace con toda".
¿Qué papel ha jugado la familia en este camino?
"El entorno social siempre será muy importante. De la mano con los padres, llevar el proceso del jugador ayuda y en caso de Kevin no fue diferente. Han ayudado, apoyado, guiado, se sienten parte del trabajo que se hace día a día. No es fácil el hecho de llevarlos, pero gracias a ese respaldo, se les ve crecer y eso es maravilloso y se siente bien para todas las partes".
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¿Dónde se lo imagina en un futuro?
"Afortunadamente, ahora, dan el salto muy rápido. Ya está preparado para hacerlo porque lo conozco como persona y sé de las condiciones como futbolista, con ese carácter y madurez que tiene, da para pensar que va a triunfar. Espero y aspiro que pueda tener su oportunidad en Europa. Para mí, después de este Mundial, va a dar de qué hablar y será beneficioso".
¿Han podido hablar en los últimos días?
"Él es una persona muy humilde, pero, en especial, agradecida, así que siempre está pendiente del celular y cuando uno le escribe, responde, me saluda, en fin. Me ha dicho que está feliz y contento por representar al país, estar en un Mundial y lograr un sueño. Suele darme las gracias por cada consejo que uno le dio y que, de pronto, pudo ayudar a este proceso".
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¿Cuál es la anécdota que más recuerda con Kevin?
"A él, le digo Cafú y muchos me preguntan por qué y lo que pasó fue lo siguiente: siempre se ha caracterizado por ser un buen central, debido a su talla, y un día me expulsan al lateral derecho y no tenía a nadie en el banco, así que le digo que ocupe esa posición. Anota un golazo, yéndose por la banda, y nos da la clasificación. De ahí el apodo que se ganó".
¿Y le quedó gustando jugar por la lateral?
"Ahí viene la otra parte de la historia (risas). Con su inmadurez en aquel momento, me dijo que ya no quería volver a ser central, que quería seguir jugando como lateral derecho. Eso me puso de mal genio porque eso solo había sido como por el momento y ya, pero él no lo entendía. Se me reveló y que jugaba como lateral derecho y eso fue un problema".
Entonces, ¿Cómo lo convenció?
"Siguió diciendo que ya no le gustaba la posición de central, que solo quería ser lateral, que se había sentido bien, en fin. Finalmente, se habló y todo se resolvió, entró en razón, pero son cosas que uno entiende y que hay que saber llevar en el momento. Ahora nos reímos de eso porque yo lo digo Cafú y todo quedó como una divertida anécdota y nada más".
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