El reloj marcaba las 9:16 de la noche. En las afueras del hotel de concentración de la Selección Colombia se sentía expectativa, entre los hinchas que se ubicaron allí con la ganas y la ilusión de ver a sus ídolos de cerca.
Y con ese panorama y al llegar el moderno y confortable bus en el que se transportan en Barranquilla las figuras que dirige Reinaldo Rueda, se dio un momento de euforia y alegría para algunos aficionados.
Todo porque ante los gritos y vítores de la gente, Juan Guillermo Cuadrado decidió caminar hasta las vallas de contención y ahí llegó la locura total.
Publicidad
El volante de la Juventus de Italia no duró en ese lugar más de cinco minutos, pero ese tiempo fue suficiente para que Francisco, un enardecido seguidor proveniente desde la ciudad de Pasto, se quedara con una firma en su camiseta del seleccionado colombiano y una foto, que guardara para siempre.
Entre tantos hinchas, no todos pudieron acercarse mucho a Cuadrado, pero los que corrieron con suerte pudieron sonreír junto al de Necoclí, quien hasta pancartas levantó para dejar recuerdos inolvidables en la mente y retina de los aficionados de la ‘tricolor’.
Publicidad
Niños, mujeres, personas de todas partes de Colombia se hicieron sentir en el hotel de concentración, y aunque el clima, las aglomeraciones y la espera pareció eterna, definitivamente, todo el que tiene paciencia, obtiene su recompensa, esta vez, llegando en forma de una estrella del fútbol mundial: Juan Guillermo Cuadrado.
La locura se desató, la seguridad cuidaba al jugador colombiano, pero él se mostró amable y abierto para cumplirle a sus fans, horas previas al partido entre la Selección Colombia y Brasil, de este domingo a las 4 de la tarde, en el estadio Metropolitano.
Al final, Cuadrado dejó un momento único en Barranquilla, que tuvo un día pasado por la lluvia. Sin embargo, eso no fue impedimento para que los jugadores del seleccionado colombiano sintieran desde ya ese cariño y admiración.
Publicidad