James Rodríguez está de vuelta. Muchas fueron las críticas y señalamientos que sufrió por un buen tiempo y, de hecho, el volante 'explotó' en un momento. Sin embargo, sabía que con fútbol iba a convertir eso negativo en aplausos. Pasaron meses, partidos y, finalmente, el pasado jueves 12 de octubre, en el 2-2 frente a Uruguay, tuvo su revancha. La 'rompió', fue la gran figura de lejos.
Por la tercera jornada de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026, el mediocampista se lució. Razón por la que cuando se retiró del terreno de juego, los miles de hinchas que acudieron al estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en la ciudad de Barranquilla, no dudaron un segundo en reconocer que el cucuteño no había negado ni una gota de sudor. Lo dio todo.
A partir de ahí, surgieron rumores y especulaciones relacionadas con una posible ausencia para el duelo con Ecuador, de este martes 17 de octubre. De hecho, en rueda de prensa, el entrenador Néstor Lorenzo no dio muchas luces al respecto. No obstante, una vez salió la nómina titular, todo quedó aclarado. Fue titular, volvió a portar la cinta de capitán y no defraudó en ningún minuto.
Confirmando que lo hecho en el 'Metro' no fue ninguna casualidad, James Rodríguez tomó la batuta del equipo nacional, se lo 'echó' al hombro y de sus pies nacieron las mejores ocasiones. Una de las más claras fue el pase filtrado a Luis Díaz, quien quedó mano a mano e infló las redes. Infortunadamente, el delantero estaba en fuera de lugar y el gol no fue válido, pero lo del '10' fue bueno.
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Ese fue tan solo el primer aviso, o sino que lo digan sus estadísticas. Según publicó 'SofaScore', registró dos pases clave, protagonizó dos quites, ganó cuatro duelos y tuvo una precisión del 88% en sus pases. Esto le permitió recibir una calificación total de 7,2. Además, en su mapa de calor se observa que estuvo en varios sectores de la cancha, incluso retrocediendo metros para arrancar.
Este es el James Rodríguez que los millones de colombianos queremos ver y, poco a poco, se reencuentra con su magia, calidad, técnica y visión. Como si fuera poco, su liderazgo fue evidente. Una vez, 'Luchito' falló su penalti, corrió hacia él para abrazarlo, cobijarlo e intentar consolarlo. No era hora de bajar los brazos, sino de mantener arriba el ánimo. Así lo entendió y lo ejecutó.
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