El sentimiento cuando juega la Selección Colombia es algo único. De hecho, no existe una palabra que abarque todo para describirlo. Lo que corre por las venas es una mezcla de amor, pasión, locura, 'enfermedad', en fin, es un 'no sé qué' que te lleva a hacer cosas impensadas. Lo único que importa en ese momento es alentar y transmitirle eso a los jugadores.
Este miércoles 11 de octubre fuimos testigos de un hecho que puede explicar a la perfección lo que se dijo anteriormente. Corrían las 5:00 de la tarde, en Barranquilla, y, poco a poco, se iban acercando aficionados a la entrada del hotel donde se está hospedando la 'tricolor'. A muchos los sorprendió, mientras que para otros fue normal; lo veían como el día a día.
Sin embargo, conforme pasaban los minutos, la masa de personas crecía de manera exponencial. Fue allí donde se dieron cuenta de que algo iba a pasar o se traían entre manos. Y efectivamente, el 'sexto sentido' no falló. Se había convocado un banderazo para las 7:00 p.m., con el fin de apoyar a la 'tricolor' y hacerles saber que no están solos y hay respado.
Instrumentos, camisetas, 'trapos', música, cánticos, mucho color se veía a las afueras. Recordemos que el equipo nacional se verá las caras este jueves 12 de octubre, a las 3:30 de la tarde y en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, frente a Uruguay, por la tercera jornada de las Eliminatorias Sudamericanas. Será un duelo clave para nuestras aspiraciones.
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Entendiendo esto, cientos de hinchas no dudaron un segundo en prender la fiesta y hacerle saber a Néstor Lorenzo y sus dirigidos que no están solos y, por el contrario, cuentan con el respaldo del país. Ver esas escenas era impactante. Razón por la que los futbolistas no se pudieron resistir y salieron para agradecer ese gesto. Ahí, se dio el climax del asunto.
Tan pronto se asomó el primer jugador, 'llovió' pólvora. Todo era de locos y los futbolistas se dejaron contagiar. Con buena onda, se acercaron a la zona de los seguidores del combinado patrio y les cumplieron sus sueños. Fotos, autógrafos y uno que otro abrazo, lo que causó que se vieran lágrimas de alegría. Fue un marco excepcional y digno de nunca olvidar.
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Luego de unos cuantos minutos, decidieron reunirse en el centro y aplaudir, con el fin de reconocer el esfuerzo de todos los presentes. Volvieron al interior del hotel y se invirtieron los roles: ahora fueron los aficionados quienes los despidieron entre aplausos. Hay unión y se siente. Todo está listo para un nuevo reto. La Selección Colombia va con toda por el triunfo.