En un partido complicado, bastante enredado y donde la pierna fuerte marcó la parada, aspectos que suelen caracterizar los juegos entre la Selección Colombia y Venezuela, hubo un hombre que hizo la diferencia. Se trata de Edwin Cardona, quien, con su magia, intentó algo diferente.
A lo largo de los primeros 45 minutos, fue el encargado de manejar los hilos de la 'tricolor'. Asumió la responsabilidad de armador y cumplió con las expectativas. En repetidas ocasiones, se desmarcó para ser el mejor socio de todos, filtrando balones entre líneas, a los delanteros.
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De igual manera, se mostró activo en materia ofensiva, presionando la salida del lateral derecho de la 'vinotinto', complicándole la vida y recuperando un par de balones importantes, que significaron oportunidades de peligro para el equipo dirigido por Reinaldo Rueda.
Pero eso no fue todo. También tuvo momentos donde priorizó su individualidad. Si bien no es un jugador veloz, con enganches, técnica y maravilloso dominio de balón, generó espacios para perfilarse y sacar dos remates, de media distancia, que fueron controlados por el arquero Wuilker Faríñez.
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Para la segunda mitad, el entrenador de Venezuela, José Peseiro, tomó cartas en el asunto y con marca personal, lo anuló. Razón por la que en la parte complementaria, no figuró de la misma manera, generando que el entrenador Rueda Rivera lo sustituyera.
Al minuto 62, Luis Fernando Díaz ingresó por Edwin Cardona. Desde ese momento, la Selección Colombia perdió claridad en su juego y el desarrollo del partido se tornó rocoso, lento y con mucha pierna fuerte, evitando que otro futbolista destacara en cancha.
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Más allá del 0-0, Cardona se llevó las palmas.