El tiempo avanza rápido y este jueves ya se cumple un año de la toma posesión en la tribuna del Camp Nou de Joan Laporta como presidente del FC Barcelona, un período de tiempo en el que han sucedido muchas cosas en clave azulgrana y en el que no todas las intenciones que se anunciaron esa tarde se han cumplido.
La más evidente es la continuidad de Leo Messi en el club de su vida. "Haré todo lo posible para que se quede", sentenció Laporta ante el jugador argentino, que estaba sentado entre los 300 invitados. El 5 de agosto la entidad catalana oficializó su marcha en un comunicado.
En el aspecto sentimental, sin duda ha sido el hecho más doloroso para la masa social azulgrana en los primeros 365 días del segundo mandato de Laporta.
Durante la primavera se dio por hecho que, con el nuevo presidente, Messi estaría mucho más abierto a seguir en el Barça que con Josep Maria Bartomeu. Y así fue. Pero todo se rompió de forma irreversible a principios de agosto.
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La justificación de Laporta fue que lo único que hubiese permitido la continuidad del futbolista de Rosario hubiese sido que el Barça aceptara el acuerdo con CVC propuesto por LaLiga. Pero el club lo rechazó porque no estaba dispuesto a ceder parte de los derechos audiovisuales durante los siguientes 50 años.
Así, Messi acabó marchándose al París Saint-Germain, algo que aparentemente ni el club azulgrana ni el jugador habían deseado. De hecho, en ese momento en las filas del Barça acababa de llegar Sergio 'Kun' Agüero, un fichaje para contentar al seis veces Balón de Oro.
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Más allá de Messi, el gran tema protagonista de la toma de posesión de Laporta fue la grave situación económica de la entidad. "Nuestra prioridad es que el Barça vuelva a ser sostenible económicamente. Por eso tenemos preparado un plan de choque y crearemos nuevas fuentes de ingresos que ya tenemos preparadas. Lo haremos con respeto, pero con valentía", anunció el mandatario.
Desde entonces la entidad ha impulsado diferentes medidas para aligerar la presión económica. La más importante fue la operación de financiación de 595 millones de euros conducida por Goldman Sachs que se consiguió a finales de verano de 2021 y que le permitió coger aire en un momento de ahogo.
Además de Leo Messi, durante el mercado estival el Barça se desprendió de otro jugador con una ficha muy alta, Antoine Griezmann, algo que permitió reducir la desorbitada masa salarial.
Por otro lado, los capitanes Sergio Busquets, Gerard Piqué y Jordi Alba adecuaron su salario a la situación y en el mercado de invierno se logró la salida de Philippe Coutinho y la renovación a la baja de Samuel Umtiti.
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De todas maneras, estos esfuerzos se demostraron aún insuficientes el pasado lunes, cuando LaLiga anunció que el tope salarial actual del Barça es de -144,353 millones de euros.
Uno de los grandes problemas es que hasta este martes, cuando se anunció el acuerdo de patrocinio con Spotify por un total de 70 millones de euros anuales, Laporta aún no había conseguido cerrar ninguna gran operación de ingresos.
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La empresa sueca se anunciará en los frontales de la camiseta del primer equipo masculino y el femenino, y en la ropa de entrenamiento, además de tener los 'title rights' del Camp Nou.
Pero el club necesita más ingresos para seguir revirtiendo la situación económica. En este sentido, hay tres opciones que están encima de la mesa: aceptar la propuesta de CVC, vender el 49% de Barça Studios (productora audiovisual) o hacer lo mismo con Barça Licensing & Merchandising (venta al detalle).
"Si hace falta cogeremos la maleta, nos arremangaremos y volveremos a explicar la historia del Barça por el mundo. Y para eso contamos con la ayuda de los jugadores", dijo Laporta durante la toma de posesión haciendo referencia a la captación de patrocinadores. En la práctica no está siendo tan sencillo.
En 2019, el Barça alcanzó los 42 patrocinadores. Actualmente tiene 29. Y la cifra aún podría ser menor a final de temporada teniendo en cuenta que Rakuten y Beko ya es seguro que no continuarán y Stanley, que también finaliza contrato el 30 de junio, de momento no ha renovado como patrocinador global (el frontal de la camiseta del femenino se lo quedará Spotify).
Mientras tanto, el principal encargado de reconducir la situación económica del club, el director general Ferran Reverter, dimitió el pasado 8 de febrero argumentando motivos familiares. Pero fuentes del club explican que hacía meses que la relación entre Laporta y Reverter era tensa porque tenían formas alejadas de entender la gestión.