Con el marcador abajo por dos goles, y un partido complicado para Francia, el extremo francés, Saimon Bouabré, se puso el equipo al hombro y comando a su selección a anotar el primero del compromiso para apretar el partido y soñar con un triunfo histórico.
A los 52' minutos de la segunda parte, Nhoa Sangui, hizo una jugada por la banda derecha, se la entregó a su compañero, que sin pensarlo, enganchó hacia el centro y sacó un remate cruzado al palo derecho del arquero alemán, Konstantin Heide, para poner el primero de los suyos.
Con este gol, Francia apretó el partido para buscar el empate que los lleve a una definición por penales.