De nuevo bestia negra del Liverpool, un Real Madrid liderado por el brasileño Vinícius firmó este miércoles un plácido acceso a los cuartos de final de la Liga de Campeones y cerró su exhibición de pegada de Anfield con un nuevo triunfo, sin sufrimientos ni necesidad de remontadas al fin en el Santiago Bernabéu y un tanto a puerta vacía de un desconocido Karim Benzema.
Alejado de la especulación, con la determinación del resultado de Anfield y tres goles de ventaja, el Real Madrid saltó a ganar. Con la lección aprendida de un escenario similar ante el Chelsea hace un año. Con su traje de la 'Champions', una identidad siempre especial de un equipo que no necesitó de épica en una eliminatoria europea mucho tiempo después. Su fútbol en el duelo de las 20 Copas de Europa le vuelve a impulsar entre los favoritos.
Atrás queda la Liga de Campeones de las remontadas. En estos octavos le tocó levantarse de la lona en la ida, tras catorce minutos de incertidumbre y dos tantos que desataron la imagen repleta de autoridad del rey de Europa. Con un referente como Vinícius que brilló en toda la eliminatoria. Volcó el campo hacia la izquierda en el Santiago Bernabéu. Determinante en el uno contra uno, castigando con otra noche de frenopático a Trent Alexander-Arnold.
Se ha ganado a pulso 'Vini' ser el líder del equipo mientras el madridismo cruza los dedos para la recuperación de Benzema. Para reeditar el éxito, Ancelotti necesita a su nueve fino. Y no lo está. Con los espacios que presentó la necesidad de goles del Liverpool, sus urgencias, a Karim le faltó confianza en acciones que hace meses no perdonaba. Fallaba en el primer aviso un mano a mano anulado por el colegiado por fuera de juego pero que servía de toque de atención al equipo de Klopp. Si se volcaban, serían castigados con la velocidad ofensiva del Real Madrid.
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Desató el Real Madrid una imagen de poderío con la confianza del marcador de la ida, finura en la posesión y velocidad en su juego. El partido ganó en belleza hasta que los porteros pusieron el freno para evitar los goles en el primer acto. Como no podían faltar los sustos en el Bernabéu, Rüdiger le puso emoción al inicio con un regalo que desaprovechó Darwin Núñez. Con los pies y el disfraz de la última final, Courtois fue decisivo.
Cualquier acción que alimentase la esperanza del milagro inglés, la frenó con firmeza Courtois que amargó la noche a Darwin con una estirada al derechazo ajustado al poste. Entre sus paradas, media hora de una de las mejores imágenes del curso del Real Madrid. Una demostración de que la motivación es un factor clave en la pelea. Con Kroos y Modric brillando al mando, Camavinga robando e incorporándose con criterio en un zurdazo ante el que voló la manopla de Alisson, aliado con el travesaño que repelió el esférico.
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Mantuvo en el partido a su equipo el portero brasileño, con una parada repleta de reflejos a un disparo a bocajarro de Vinícius que no paró de intentarlo todo el partido. Con una velocidad en cada contragolpe que instaló la duda por momentos en el Liverpool. Pero no le quedaba otras a los de Klopp que buscar el triunfo. Ya no por conseguir un imposible, sino por despedirse con un triunfo que curase la mayor goleada recibida en Anfield en competición europea. El testarazo de Darwin y la potencia del disparo de Gakpo no desafiaron la seguridad de Courtois.
Al partido solo le faltaban los goles y el broche lo tuvo en la reanudación Fede Valverde con dos ocasiones de las que no suele personar. Un mano a mano que encaró demasiado acelerado en la carrera para fallar ante Alisson y un testarazo que acarició el larguero.
El Real Madrid no sufrió ni cuando reculó metros. Seguridad defensiva y búsqueda de Vinícius en fase ofensiva ante la sorprendente imprecisión de Benzema. En dos ocasiones le dejó solo el brasileño con el mismo final hasta que ya le sirvió el regalo a puerta vacía a once minutos del final para que el francés convierta al Liverpool en el equipo al que más goles ha hecho en competición europea. Seco de goles en la fase de grupos pero apareciendo de nuevo en los duelos del todo o la nada con tres tantos en octavos de final.