Real Madrid, ¡gigante!: venció 2-1 a Atlético de Madrid, en los 'octavos' de Champions
El cuadro 'merengue' inició con pie derecho la serie frente a los 'colchoneros', venciéndolos por 2-1 e el estadio Santiago Bernabéu. La vuelta será el próximo miércoles 12 de marzo.
Rodrygo en duelo contra el Atlético de Madrid, por Champions League.
Desde la calidad individual en dos zarpazos, en acciones decisivas de Rodrygo
y Brahim, el Real Madrid castigó a un Atlético de Madrid superior como bloque, que empató con un gol para enmarcar de Julián Álvarez, pero no sostuvo su racha de diez partidos sin perder, en una eliminatoria que se decidirá en el Metropolitano.
Hasta la cita que detendrá la capital de España el miércoles próximo, en un derbi que dio el salto en trascendencia para trasladar la rivalidad madrileña al escenario europeo, el Real Madrid presumirá de superioridad en la competición de mayor prestigio. De nuevo derrotando al Atlético, imponiendo sus individualidades en un día de gran añoranza a las ausencias.
Rodrygo abrió la contienda en el Santiago Bernabéu
Rodrygo marcó el primero del Real Madrid sobre Atlético.
AFP.
Cualquier plan de Simeone en un Atlético de Madrid que inició el derbi replegado, lo dinamitó Rodrygo en cuatro minutos. Sobrado de confianza en el uno contra uno retó a Javi Galán, recibió en la derecha para marcharse con tanta facilidad de su marca, como convicción tuvo en su golpeo, preciso y con potencia, para convertir en estéril la estirada de Oblak.
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En los momentos de incertidumbre rojiblanca, impreciso de inicio con balón, cuando Simeone pedía calma a gritos desde la banda, quemando tantas calorías en la zona técnica como cualquiera de sus futbolistas en el partido, el Real Madrid no encontró vías para superar el entramado defensivo del rival. Líneas unidas, generosidad en el esfuerzo. Un bloque con equilibrio. Eso que tanto anhela Ancelotti para su Real Madrid. Una acción con egoísmo de 'Vini', con Mbappé en boca de gol, sin marca, y apenas otro intento más del brasileño. Lejano y sin peligro, a las manos de Oblak. Siempre desde lo individual.
La dimensión que adquiere Julián Álvarez
con una acción de estrella mundial. Traspasada la media hora de un partido en el que había demostrado a Ancelotti que hay jugadores capaces de correr y marcar diferencias a la vez. Lo hizo recibiendo caído a banda izquierda, marchándose con facilidad de Camavinga y, lanzado en su moral, soltando un derechazo nada más pisar área, con una comba al palo largo imposible hasta para la envergadura de Courtois. Once derbis seguidos marcando del Atlético.
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Al Real Madrid le faltaba un futbolista que hiciese jugar al resto. Tchouaméni no es el perfil. Camavinga ya había dimitido. Lo encontró cuando Ancelotti dio paso a Modric. Y su equipo había vuelto a exhibir más pegada que fútbol. Silenciando el enfado del Bernabéu cuando el arranque del segundo acto no modificaba el panorama y el dominio era rojiblanco.
Mbappé había tenido que salir de su zona para mostrar ansiedad con un disparo lejano, fácil para Oblak. Eran momentos importantes en la eliminatoria en los que había que desafiar al miedo de encajar un resultado negativo para la vuelta en ocho días en el Metropolitano.
Y ahí se marcó la diferencia en los metros finales entre De Paul, que perdonó tras un mal control que le alejó del gol, y Brahim, que sacó a relucir su calidad en espacios cortos para sentar a Giménez y poner la definición perfecta para el segundo tanto madridista.