Del resplandor en el histórico verano eterno de Qatar al duro invierno del Angers, colista del campeonato francés. Será el contraste que experimentarán en unos días los marroquíes Sofiane Boufal y Azzedine Ounahi, pero antes amenazan a los 'bleus' el miércoles en semifinales del Mundial.
Frente a un equipo francés copado de jugadores en las mejores escuderías europeas -del once que derrotó 2-1 a Inglaterra solo Kylian Mbappé, del PSG, juega en la Ligue 1-, dos representantes del modesto fútbol galo de provincias.
Boufal y Ounahi dejaron el Angers con dos victorias en 15 partidos para disputar el Mundial con los 'Leones del Atlas', donde no conocen la derrota y solo han encajado un gol en cinco partidos, dejando por el camino en octavos a España y en cuartos a Portugal.
El presidente del Angers Said Chabane adelantó en la radio francesa 'RMC' la dificultad que tendrán los jugadores para gestionar su regreso.
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"La vuelta va a ser complicada. Cuando has vivido un evento así, cuando vas a las semifinales del Mundial, cuando vuelves ya no eres el mismo", señaló.
"Tienen que reelaborar sus cabezas, el físico, el ambiente... Todo ha cambiado para ellos", añadió.
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¡De dónde ha salido ese muchacho!
"Me ha sorprendido gratamente el número 8. No recuerdo su nombre, lo siento. ¡De dónde ha salido ese muchacho!", había confesado el seleccionador español Luis Enrique tras la batalla de 120 minutos en la que las largas piernas de Ounahi fueron un tormento para 'la roja'.
El centrocampista de 22 años ya es parte de la lista de jugadores anónimos que explotaron a lo grande en un Mundial. En mayo de 2021 jugaba en la tercera división francesa y hoy es un intocable en el once de Walid Regragui.
Ligero, con un físico de mediofondista, 1,82 metros y poco más de 60 kilos, Ounahi ofrece calidad y resistencia a un centro del campo que justo antes del Mundial perdió por una grave lesión de rodilla al jugador del Marsella Amine Harit.
"Cuando lo miras físicamente, te dices que no va a llegar muy lejos, pero corre mucho, tiene un toque de balón excepcional y una buena visión de juego", le definió su presidente.
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Regate y experiencia
Con más experiencia llegó al Mundial Boufal, nacido en París hace 29 años y que terminó su formación en el Angers, club al que regresó en 2020. En medio, un año en el Lille y cuatro en el Southampton, con un curso cedido al Celta (2018-19).
"Sería un placer volver a jugar en España, es la liga que mejor se adapta a mis condiciones", señaló el atacante diestro antes del Mundial.
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En Qatar todavía no ha celebrado un gol, pero brilla en el regate, una de sus principales características, como demostró frente a España ante Marcos Llorente, al que dejó atrás moviendo únicamente su cuerpo.
A medida que avanzaban los partidos en la cita orbital, muchos se preguntaban quién era el número 17, se extendió por las redes un gol 'maradoniano' que metió con el Southampton en 2017 ante el West Bromwich Albion: Recogió el balón en su campo y sorteó a todos los rivales hasta llegar al área y marcar.
En un equipo marroquí que se cierra herméticamente, su capacidad para romper líneas es clave en los contraataques en una delantera que comparte con Youssef En-Nesyri, autor del cabezazo ante Portugal (1-0) que metió a Marruecos en semifinales.
Tras la gesta en el estadio Al Thumama, Boufal invitó a su madre al césped para celebrar bailando que los 'Leones' son el primer equipo africano en la penúltima ronda. Están a dos partidos de la gloria.
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