Las miradas de los millones de amantes del fútbol se centraron en lo que pasaría en el estadio Olímpico de Montjuic y con justa razón. Allí, se llevó a cabo el partidazo de la jornada, entre el Fútbol Club Barcelona y PSG. Solo uno clasificaría a las semifinales de la Champions League y ese fue el club parisino. Ganó 1-4, se impuso 4-6 en el global y dio vuelta a la serie.
El juego de ida había quedado en manos de los españoles, que ganaron 2-3, en el estadio Parque de los Príncipes. Esto les permitía llegar con ventaja a casa. Por eso, desde la previa, hubo fiesta por parte de los aficionados 'culés'. Pero todo eso se derrumbó con el paso de los minutos. Y es que no sabían lo que se vendría. Sufrirían una goleada y la eliminación.
Lo increíble del caso es que el conjunto 'blaugrana' empezó ganando, por intermedio de Raphinha . Una excelente acción individual de Lamine Yamal permitió que entrara al área, enviara un pase atrás y apareciera el brasileño para el 1-0 parcial. Todo era alegría. No obstante, la película dio un giro inesperado, de 180 grados y a raíz de una situación en particular.
Al minuto 29, Bradley Barcola comandó un contragolpe del PSG. En su afán de detenerlo, el central Ronald Araújo no vio más alternativa que derribarlo y, al ser el último hombre y teniendo en cuenta que el oponente estaba mano a mano con el arquero, le significó la expulsión. Los dirigidos por Xavi Hernández se quedaron con 10 hombres y eso afectó mucho.
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A partir de ahí, los comandados por Luis Enrique se creyeron el cuento, aceleraron y encontraron sus recompensas. Como suele suceder, hubo 'ley del ex', por intermedio de Ousmane Dembélé, poniendo el 1-1 y llenando de ilusión a su afición. Así culminó el primer tiempo, sin saber que la noche se le venía al Barcelona, en la parte complementaria. Duro golpe.
Recién arrancaba el segundo tiempo, cuando apareció Vitinha. Potente remate de media distancia y 1-2. Los 'culés' vivían una jornada de terror. Como si fuera poco, las decisiones arbitrales no gustaban para nada y, en medio de esa frustración y molestia, Xavi Hernández se molestó'. Una infracción que para él no fue, desató su furia y, por eso, vio la tarjeta roja.
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Y seguían los baldados de agua fría para el local. Se jugaba el minuto 59, cuando Ousmane Dembélé entró al área y João Cancelo, en su afán, de arrebatarle la pelota al rival, lo derribó. El árbitro no dudó un segundo en sancionar infracción y decretar penalti a favor del cuadro visitante. Hubo reclamos por parte de los 'blaugranas', pero la decisión se mantuvo.
Al cobro fue Kylian Mbappé, quien asumió ese reto, se hizo cargo y respondió a la perfección. Muy buena ejecución, como suele suceder, clavando el balón en el ángulo. Fue imposible de atajar para Marc-André ter Stegen, quien adivinó el palo, pero no pudo hacer mucho más. Fue el 1-3 y PSG empezaba a ilusionarse con la clasificación a 'semis' de Champions.
Barcelona lo intentó, se animó y eso hizo que dejara espacios atrás. Esto fue aprovechado por los franceses que pusieron la estocada final. Contragolpe y anotación de Kylian Mbappé. Fue el 1-4 definitivo, 4-6 en el global y cupo a la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Sueñan con 'la Orejona'. Eso sí, en semifinales, chocarán contra Borussia Dortmund.