Desde que el pasado 18 de marzo Kai Havertz marcara el 2-1 contra el Everton ha pasado casi un mes y más de seis horas de juego. En ese tiempo, el Chelsea ha rematado 61 veces a portería, ha empatado un partido, perdido tres y lo más preocupante, no ha marcado ni un solo gol.
Los cuatro encuentros sin marcar suponen la peor sequía de los 'blues' desde hace treinta años, lo cual casa bien con una temporada terrible en lo goleador. Solo cinco equipos en la Premier League llevan menos goles que ellos (29) e incluso solo Erling Haaland, que acumula 30 goles en la competición, les supera.
El drama del Chelsea se explica desde la ausencia de un 'nueve' puro, porque dejaron salir a Romelu Lukaku en verano, cedido al Inter de Milán, y al fallón Timo Werner y su reemplazo, Pierre-Emerick Aubameyang, siempre ha parecido más fuera que dentro de la dinámica del equipo. De hecho el gabonés no estará ni siquiera presente en la vuelta contra el Real Madrid, puesto que no está inscrito en la competición europea.
En total, el tridente titular del Chelsea, el formado por Kai Havertz, Raheem Sterling y Joao Félix suma trece goles esta temporada, que se reparten con siete para el alemán, cuatro para el inglés y dos para el portugués. El balance es muy pobre y resalta que el Chelsea no puede continuar otra temporada más confiando en que Havertz aprenda a jugar como un 'nueve'.
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Curiosamente, el problema de los 'blues' con los delanteros puros no es nuevo, sino más bien endémico y se traslada hasta los años de Didier Drogba. Desde la marcha del africano, solo Diego Costa ha convencido en la delantera de Stamford Bridge. El español, ahora en el Wolverhampton Wanderers, anotó 59 goles en 120 partidos, es decir; un gol cada dos partidos.
Desde aquello, Álvaro Morata, Gonzalo Higuaín, Tammy Abraham y Lukaku no han convencido ni han deslumbrado. Sus pasos por el Chelsea han sido paupérrimos y han derivado en que no haya habido un 'nueve' exitoso a largo plazo y a que en el barrio de Fulham se hable de "maldición".
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A esto se suma la desigual inversión en las dos últimas ventanas. Se han invertido 600 millones en reforzar todas las posiciones, menos la del 'nueve'. Especialmente doloroso fue el pasado mercado invernal en el que Todd Boehly desembolsó 330 millones, sabido ya el problema con el gol, y ninguno de ellos se destinó a un delantero.
Para pensar en eliminar al Real Madrid, el Chelsea tendrá que anotar al menos dos goles, algo que solo ha logrado en catorce ocasiones esta temporada, de 41 partidos jugados. ¿Utopía?