Al aficionado del Manchester United casi le importaba más frenar el triplete del Manchester City, del Pep Guardiola, que ganar la FA Cup. El trofeo simbolizaba simplemente una copa más, fastidiar el posible triplete a sus vecinos significaba mantener uno de los logros más preciados de los 'Diablos Rojos', los tres títulos conquistados en 1999 bajo la varita de Alex Ferguson.
Siete equipos han conseguido la santísima trinidad del fútbol, ganar la liga y copa doméstica y la Champions League, pero solo uno de ellos es inglés. El United, en la temporada 1998-1999, con Ferguson en el banquillo, David Beckham, Ryan Giggs, Paul Scholes y Roy Keane en el campo, se impuso al Arsenal en la Premier, al Newcastle United en la FA Cup y al Bayern de Múnich en la final del Camp Nou, la que remontaron en el descuento con los goles de Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solskjaer.
Como le ha pasado al Manchester City, les quedó el lunar de la Copa de la Liga, donde perdieron en la quinta ronda. Pero eso no evitó la temporada más gloriosa de la historia del United, que valió una coronación como caballero a Ferguson, el premio de mejor futbolista de la UEFA para Beckham y el recuerdo perenne de que es el único equipo inglés en conseguirlo.
Un logro que puede quedar opacado este sábado, cuando Guardiola y su imparable City se enfrenten al Inter de Milán en Estambul. "Estamos en una posición en la que posiblemente no volvamos a estar nunca", aseguró el técnico español, que nunca había llegado tan lejos con el City. Sí con el Barcelona, con el que ganó el sextete en 2009, lo que le permite estar a un partido de convertirse en el único entrenador en la historia en ganar dos tripletes; además, con dos equipos distintos.
Publicidad
Desde que el Celtic de Glasgow en 1967 lograra por primera vez el triplete, hasta el Bayern de Múnich, que fue el último en conseguirlo en 2020, Ajax de Ámsterdam, PSV Eindhoven, Manchester United, Inter de Milán y Barcelona, en dos ocasiones, han emulado esta gesta.
"Sería un sueño conseguirlo", admitió Erling Haaland, la última pieza del puzle que ha convertido a este City en campeón de todo.
Publicidad
Porque este sábado puede culminar un viaje que comenzó en 2008, cuando Emiratos Árabes Unidos puso su interés en este club y lo compró, y que siguió con el primer gran fichaje, Robinho (2008), la primera clasificación para la Champions (2011), el primer título (FA Cup 2011), la primera final en Europa (2021) y, sobre todo, la llegada de Guardiola en 2016.
Alejado del ruido que tanto le desgastó en España y de la imposición de estilos que sufrió en Múnich, en el City Guardiola ha encontrado la comodidad que debería haber tenido en la ciudad condal si José Mourinho no le hubiera llevado al hastío. Siete años en el mismo club, su periodo más largo. Siete años llenos de éxitos.
Nadie le habría podido dar la estabilidad y confianza que sí ha podido aportar el City, un club con paciencia y que ha sabido surtir a Guardiola de los mimbres necesarios para construir un equipo campeón. Jack Grealish (100 millones), Riyad Mahrez (70 millones), Rodrigo Hernández (70 millones) y Rubén Dias (72 millones) son solo algunos de los ejemplos que han permitido a Guardiola desarrollar el fútbol que quería y necesitaba.
Recordadas son sus lágrimas tras la marcha de Sergio Agüero y su famoso "no podremos reemplazarle", pero entonces llegó Erling Haaland, el destroza récords de la Premier. Su dominancia no se explica solo desde el dinero, como demuestran otros proyectos fallidos como el del PSG o el de sus vecinos del United, que han gastado cantidades similares desde 2013 sin replicar sus éxitos, pero ha ayudado a jugar a lo que Guardiola quiere.
Publicidad
El triplete, se consiga o no, puesto que solo estar en esta posición ya es de por sí histórico, como cuando Novak Djokovic se quedó a un partido de completar el 'Grand Slam' en 2021, es consecuencia de haber dotado a Guardiola de la atmósfera adecuada y de tiempo para avanzar. En Barcelona, deberían de tirarse de los pelos de haber tenido al mejor entrenador en la actualidad y uno de los mejores de la historia y que sean otros, en una norteña ciudad de Inglaterra, los que le disfruten.