"Disputar un Sudamericano Sub-20 te cambia la vida y lo marca a uno para bien o para mal", fueron las palabras de Edixon Perea, quien hizo historia en la Selección Colombia al ser tercero en un Mundial de dicha categoría, para explicar lo que tal vez estaban viviendo los dirigidos por el entrenador Héctor Cárdenas. Y dicha frase sí que encaja para lo que sucedió con Ricardo Caraballo.
Lo que empezó como una ilusión y un sueño, aquel jueves 19 de enero en Cali, para el delantero de 19 años, nacido el 9 de febrero de 2004 y que milita en las filas del Barranquilla Fútbol Club, terminó siendo un dolor de cabeza. Y es que, pese a su trabajo, entrega, esfuerzo, sacrificio, dedicación y preparación, las cosas no salieron como esperaba y las críticas no tardaron en 'llover'.
Desde el principio, el estratega del combinado patrio se la jugó por él en el once inicial, siendo el referente en el frente de ataque. Y no era para menos, ya que los números lo respaldaban. Venía de hacer bien las cosas en su equipo, la Selección Atlántico y, como si fuera poco, en la Selección Colombia Sub-15, con la que marcó siete goles en seis partidos disputados, grandes registros.
Luego, el cambio y salto a la Sub-20, parecía no 'pesarle'. Si bien no eran las mismas estadísticas, no la hacía nada mal, ya que, en ocho compromisos, infló las redes en tres ocasiones y registró una asistencia, entre preparatorios y en los Juegos Suramericanos. Todo eso, sumado a su aporte colectivo, hizo que la esperanza goleadora para el reciente torneo estuviera puesta en él.
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Fueron 83 minutos contra Paraguay, 76' frente a Brasil, 60 minutos en el duelo con Argentina y 53' cuando chocaron con la selección de Uruguay. Infortunadamente, en ninguno de estos duelos, pudo 'mojar' y, para colmo, erró unas opciones de gol claras. Razón por la que las críticas y señalamientos, por momentos despiadados, se hicieron presentes, afectando su confianza.
Manejar esta clase de situaciones no es fácil y menos para estos jóvenes. Pero entonces, ¿Qué le pasó a Ricardo Caraballo? Es imposible que, de la noche a la mañana, se le haya 'mojado la pólvora', como se dice coloquialmente, o que se le haya olvidado ser ese 'killer' que venía siendo. Por eso, en Gol Caracol nos tomamos la tarea de ir más allá para saber cuál era el verdadero problema.
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Hablamos con Richard Garcés, entrenador que conoce al atacante desde que tenía siete años, lo ha apadrinado y ha sido fiel testigo de su crecimiento en lo personal y deportivo. En esta entrevista, contó todo lo que padeció el delantero en los últimos meses y que, tal vez, no le permitió figurar como se esperaba en el Sudamericano Sub-20, que finalizó recién este domingo 12 de febrero.
¿Qué pudo haber pasado con Ricardo Caraballo?
"Es complejo. Él tuvo una lesión grave de casi dos años y eso complicó las cosas. Además, los hinchas, la prensa y demás personajes del fútbol casi lo acaban a punta de críticas. Durante el Sudamericano, hablamos con él, de la mano del grupo interdisciplinario porque no fue nada fácil lo que vivió, entonces se le hizo un seguimiento detallado de ese día a día".
La duda de algunos era si en verdad era goleador...
"Junto con unos amigos, armamos una fundación y él cae ahí porque vivía en el barrio, entonces llega a ser parte del club que se llamaba Cambiando Vidas. Allí, se convirtió en goleador, demostrando su calidad. De hecho, la 'rompió' en dos años consecutivos, luego hace lo mismo en la Selección Atlántico y lo repite en la Selección Colombia, en una categoría menor".
¿Y ahí que sucede?
"En ese trajinar, nos dimos cuenta de que no hacía trabajo funcional y se empezó a debilitar, entonces deciden pararlo por un año y medio desde el 2021. Por eso, él vuelve a jugar hasta el segundo semestre del 2022 con el profesor Arturo Reyes, porque en el 2021 se la pasó recuperándose y fortaleciendo esa debilidad, así que claro eso no ayudó mucho en su nivel".
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¿Hubo ofertas por él, en algún momento?
"Claro, recuerdo que cuando llegó de brillar con la Sub-15, hubo ofertas desde Brasil para querer comprarlo y llevárselo, y dijeron que no. Sin embargo, Arturo Reyes se lo lleva y se inicia un trabajo puntual, ya que empezaron las convocatorias de la Selección Colombia y no lo tenían en cuenta, lo cual complicó su estado de ánimo, la parte mental y demás cosas".
¿Cuáles son las decisiones que toman?
"Ahí es cuando se da inicio al trabajo con el equipo de fisioterapia, también con el psicólogo y logramos recuperarlo hasta que fue llamado a la 'tricolor'. Empezó a coger ritmo, confianza y cuando va a las convocatorias, le va bien. Por eso, es que el profesor Héctor Cárdenas lo pone de titular pero desafortunadamente no estaba pasando por ese buen momento".
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Recayó en esa poca confianza y demás...
"Puede ser. Esa larga para que vivió, sumado a los momentos duros que superó y al ver que no estaban saliendo las cosas de la mejor manera, llevaron a que pasara lo que pasó. El muchacho tiene momentos. Hay un tema que es el bioritmo de las personas y otra que es la curva de rendimiento, y la gente como no sabe de eso, le queda fácil señalar y criticar".
Además llega Jorge Cabezas y no desentona, ¿no?
"Conozco a Tomás Ángel y no es mal jugador, pero el profesor Héctor Cárdenas no se equivocó en su decisión. Respecto a Jorge Cabezas, tuvo dos partidos flojos al inicio y no la metió; lo que pasa es que en torneos cortos, lo que importa son los objetivos y remató bien. Ahora, si Ricardo vuelve a tener la confianza del D.T., va a responder porque ha sufrido mucho".
En conclusión, fue una serie de factores del pasado y presente...
"Fueron muchas cosas, pero créanme que nadie hace las cosas pensando en hacerlas mal. Son seres humanos y se puede perder la confianza. Uno debe creer en uno y, por eso, le recalco tanto a Ricardo que él es su propia empresa y tiene que aprender a fortalecerla mental, física, técnica y tácticamente para que esto no vuelva a suceder y demuestre su potencial".
Al inicio de la entrevista dijo que "casi lo acaban a punta de críticas", ¿Qué mensaje envía o qué reflexión hace?
"Estos muchachos son muy buenos y estamos bien representados ahorita y para el futuro. Solo les digo que debemos es apoyarlos, que no hablen mal de ellos, ni los maltraten de esa manera. Entiendan que esto es un proceso; hay que saber cómo expresarse de los demás, investigando, conociendo su historia y antes de juzgar, conozcan, piensen en la persona y vean qué hay detrás".
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