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Si hay algo que tiene claro el Real Cartagena para esta temporada, es que su sueño de semifinales pasa por convertir en una fortaleza invencible el Jaime Morón. Por eso las caras largas después del empate 1-1 con Once Caldas: porque las cuentas empezaron a fallar.
De entrada el local hizo sentir al blanco (esta vez de azul oscuro) que iba a correr la misma suerte de Huila. Palomino fue una pesadilla para la defensa visitante con su movilidad y la destreza de Emanuel Molina para controlar el medio campo le sacaba canas a Juan Carlos Osorio en el banquillo.
Alejandro González pudo abrir el marcador, pero le faltó puntería; además, la presencia de 'Neco' Martínez en el arco rival fue el gran obstáculo que encontró Cartagena para irse arriba.
Sin embargo, al minuto 20 Palomino, incontrolable, volvió a celebrar con una de sus piruetas (foto) aprovechando un error defensivo de un Once Caldas que no se encontraba en el campo.
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Es más, el dominio local fue tal en el primer tiempo, que incluso pareció una ironía el empate. Pajoy fue derribado en el área por Alex Anaya al minuto 33, el juez decretó el penal y Ayron del Valle no perdonó a su ex equipo y puso el 1-1.
A esa altura del juego el Once si acaso había llegado a predios de Berbia (precisamente gracias a Del Valle), pero el empate fue como un bálsamo que lo hizo sentirse cómodo en el campo.
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Porque para la segunda parte, si bien Molina tuvo el gol de la victoria al minuto 18, el dueño del partido fue el Once Caldas. Y no porque acorralara al Real, para nada (aunque claro, tuvo sus opciones, especialmente gracias a un Pajoy muy ansioso por definir), sino porque le dio manejo al medio, ajustó líneas y el Real no tuvo más opciones y se vio metido en el juego de faltas y tarjetas amarillas que le propuso su rival.
Con este 1-1 el equipo de Cartagena llegó a 7 puntos mientras Once Caldas se queda en 5 y recupera en algo su derrota como local frente a Millonarios de la pasada jornada.