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Gol Caracol Mourinho

Mourinho

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    Barcelona, Bayern Munich y el Dortmund acabaron con el Real Madrid de Mourinho en las semifinales de las últimas tres Ligas de Campeones. El técnico portugués no logró el trofeo para el que lo contrataron y tendrá que irse. Los millones de euros que pagaron por él dejaron de ser una inversión. Mourinho es pasado. Y un pasado doloroso. Barcelona, en cambio, no tiene por qué sentir una explosión en sus entrañas. Algunos hablan del fin de su ciclo, pero se debería hablar más bien de una transición con Buscapina. Es así porque saldrán varios jugadores para la próxima temporada. Valdés partirá y Puyol pronto se despedirá, pero seguirán los que han marcado esta historia fascinante. Messi, Xavi e Iniesta son tinta indeleble en este equipo. La base y la idea permanecerán, incluso a pesar de la reciente y vergonzosa eliminación. Tal cual dijo Iniesta, “Es muy injusto hablar de un fin de ciclo del Barcelona” porque falta tiempo para probarlo. También porque esta escuadra lleva seis años seguidos llegando mínimo a las semifinales de la Liga de Campeones; porque ha ganado dos de ellas en el último lustro, además de dos mundiales de clubes, dos Copas del Rey y porque pronto volverá a ganar la Liga local, la cuarta de las últimas cinco. Eso no es ningún declive. Al contrario. Y nadie puede asegurar que el Barcelona del mañana se quedará con las manos vacías. No hay pruebas que lo demuestren. Eso es lo que tal vez quiere el Real Madrid, un equipo que invirtió muchísimo dinero para opacar a su archirrival. Pagó así por Mourinho, que logró lo que en un momento parecía imposible: hacerle frente a un Barcelona en éxtasis permanente. Consiguió arrebatarle la Liga con un rendimiento histórico de 100 puntos y emanciparse del yugo catalán con el consuelo de la Copa del Rey y la Supercopa. Sin embargo, no pudo conquistar la Décima, el gran objetivo. Se quedó en tres semifinales, al igual que le pasó a Leo Beenhakker en la década del ochenta, cuando el equipo blanco cayó de manera consecutiva ante el Bayern, el PSV y el Milan. Típico de su gran personaje, Mourinho alegó tras la eliminación que el Real no era ni siquiera cabeza de serie cuando él tomó las riendas y que el Madrid recuperó su prestigio en el mundo. Es verdad. Tampoco se puede negar la imprenta que deja el entrenador portugués. Mourinho le dio bríos a un merengue que se estaba derritiendo en verano y en invierno. Fue él quien pudo cambiar algo del rumbo. El problema es que todo le salió muy caro al Real Madrid. En números y en moral. “Cuando el Madrid le contrató en 2010 tuvo que compensar al Inter con el mayor traspaso jamás pagado por un entrenador: unos 18 millones de euros. A ese gasto el club añadió el sueldo más cuantioso abonado a un técnico madridista, cerca de 15 millones brutos, más los emolumentos de sus numerosos ayudantes. En total, hasta ahora la operación ha supuesto para el Madrid más de 60 millones de euros”, cuestionó el diario El País. Allende de esta situación, Mourinho se ensimismó en el Real. Hizo que su figura fuera más importante que el mismo club, lo que es absolutamente imperdonable para los madridistas. Del juego prístino de la historia blanca, con el técnico portugués llegaron manchas, insultos, provocaciones, pellizcos, quejas de niño contra los árbitros, la malsana soberbia y el 5-0 que le propinó el dream team culé. El “puto amo”, como lo llamó Guardiola, borró a Iker Casillas, peleó con Sergio Ramos, con Valdano y acabó con Kaká, por quien se habían pagado 60 millones de euros. Cruel ironía: con dos millones menos, la actual plantilla del Dortmund alcanzó la final. Desde que Real Madrid ganó su última Copa de Europa, en 2002, el club ha gastado casi 1.000 millones de euros en jugadores. Lo de Mourinho se suma a la larga cuenta. Tanto dinero sin vuelta olímpica es una completa pérdida. En fichajes se fueron 180 millones de euros en las tres últimas temporadas. Una barbaridad deportiva y social mientras España llora su economía. El ciclo de Mourinho finalizó, sin duda. “Aquí hay gente que me odia”, dijo el propio entrenador. Y es que él se ha encargado de producir esos sentimientos, incluso entre la gente que lo rodea. En la otra orilla, la gente se pregunta si el ciclo del Barcelona finalizó. Y aunque el cuadro catalán fue un hazmerreír contra el Bayern, no es así. Barcelona tiene un libreto claro que seguir con el recambio natural de su plantilla. Eso le ha traído éxito, no tiene por qué cambiarlo. Es muy triste que ahora el Real Madrid sienta consuelo en el pésame actual de su archirrival. Ambos quedaron en deuda, ambos fracasaron en su intento de ganar esta Champions. Es tiempo de pasar la página. Siempre hay revancha en este juego. El quid es el futuro y en eso el equipo con el mejor jugador del mundo cuenta con la fortuna del ahorro y el terreno abonado. El Madrid casi que tiene que empezar de cero, otra vez. En Twitter: @javieraborda

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    La prensa británica dio por segura la vuelta el entrenador portugués a Chelsea al final de temporada después de que Mourinho declarara en el Bernabéu que quiere estar "donde se le quiera".

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    El técnico del Real Madrid afirmó este lunes que el central portugués es "duda" para jugar el partido de vuelta de cuartos de final ante los turcos, por un problema muscular.

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    El de Barcelona acusó al técnico del Real Madrid de "condicionar" a los árbitros con sus quejas, como a su juicio se vio con Wolfgang Stark en el partido de ante PSG (2-2), ida de los cuartos de final de Champions.

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    La hija del DT se matriculó en una universidad inglesa y el portugués en sus declaraciones deja ver que volverá... la pregunta que todos se hacen es: ¿cuándo?

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    Se rechazaron las acusaciones hechas por el técnico del Real Madrid sobre la desviación de votos en la elección del mejor entrenador del mundo. La FIFA afirmó que el proceso fue limpio.

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    La denuncia del portugués sobre irregularidades en la votación a mejor entrenador que ganó Vicente del Bosque, llegaron a la concentración de la selección española y el jugador recordó los méritos su técnico.

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    El técnico del Real Madrid, viajó a Turquía para presenciar en la ciudad de Kayseri el triunfo del Galatasaray ante el Kayserispor y ver de cerca las cualidades de su próximo contrincante en Champions.

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    Hay demasiados periodistas montados en el bus de la moda, haciendo eco al mezquino duopolio que, con o sin intención, están creando los equipos más poderosos de España. Es fácil identificar a los acomodados. Son aquellos que se la pasan pregonando alabanzas, haciendo juicios de lo que ven a miles de kilómetros por TV. Son marionetas de esa rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona que cobija al mundo. El gran Barcelona, el que hizo una primera vuelta casi perfecta en la Liga española (55 de 57 puntos posibles), perdió la eliminatoria contra el Real Madrid en la incipiente Copa del Rey, cayó en un clásico ante el Real que con suplentes pareció más un amistoso y falló en el juego de ida ante el Milan en la Liga de Campeones. Entonces manifestaron que todo se había acabado. Dijeron, gritaron, que había llegado la baja previsible del cuadro catalán, su gran era, y que faltaba motivación al interior del grupo. Pero no solo eso, de nuevo hablaron de Messi, de su dizque bajo nivel, de la necesidad de que sea extraordinario para que su equipo también lo sea. Advenedizos, aseguraron que faltaba técnico. Que faltaba recambio. Menospreciaron a Xavi e Iniesta. Con Tito Vilanova en Estados Unidos recobrando su salud, quedó Jordi Roura y a él lo calificaron como un entrenador sin la “experiencia necesaria” ante tremenda responsabilidad. Casi todos daban por eliminado al Barcelona en los octavos de final de la Champions. No nos digamos mentiras. Fue allí cuando Barcelona goleó al Milan, para desatino de tantos que lo daban por muerto. Y, tristemente, de tanta invención se pasó otra vez a la apología exacerbada. Messi volvió a ser Dios y Barcelona, a lo mejor de lo mejor. Todo en un santiamén. En la otra esquina (como si no hubiera otras) hemos visto al Real Madrid, que en unos pocos días se jugó la vida y pudo guardar el ataúd que ya varios armaban. Antes de eso, se escuchó que el camerino estaba desbaratado. “La salida de Casillas le jugó en contra a Mourinho”, se dijo en tono de sentencia anticipada. El portugués estaba prácticamente por fuera del Real si no conseguía lo que al final consiguió (por ahora, nada, vale decirlo). Pero luego de su renacer, todo es perfecto, todo cambió. “¡Qué gran equipo es el Real!”. “¡Qué velocidad la de Cristiano!” “¡Qué gesta ante el Manchester United!”. Todo lo anterior es cierto. Barcelona y Real Madrid son dos de los mejores equipos del mundo y da gusto verlos cuando están en plenitud. Pero también es verdad que nosotros los periodistas somos unos acomodados del resultado. Fastidia así, y de gran manera, la adulación desmesurada que se le presta a estos conjuntos, como si los demás no existieran. Y, además, los juicios positivos y negativos que se hacen a lo lejos, desde Colombia, con base en lo que se ve y poco que se lee a la distancia. Lo que publican Marca, As, Sport y Mundo Deportivo, por si acaso, es pura pasión acomodada, aunque bien escrita. Roura lo ha dicho. Barcelona no era favorito en la Champions después de perder en Italia ante Milan y tampoco lo es ahora después de golear a su rival. Mourinho apunta lo que se le venga en gana. Hace un año, después de quedar eliminado, aseguró que si no había ganado la Champions en 2012 lo haría el año entrante. Pero "Mourinho no desgasta; lo que desgasta es ganar tanto", dijo hace unos meses Guardiola, elegido técnico del Bayern Munich, otro gran equipo del planeta, como también lo es Juventus. Véase que el universo es mayor, que no tiene únicamente dos estrellas. El hincha está en su derecho de vitorear y sufrir por la camiseta que se le antoje. Aquí en Colombia o cruzando el Mediterráneo. Sin embargo, el periodista deportivo no debería permitirse enamorarse tan fácil y desenamorarse tan rápido. En nuestro país, varios de ellos ya declararon su fanatismo por el Barcelona o el Real Madrid, son hinchas al micrófono que, desde luego, también hacen fuerza por su equipo en Colombia. A quien llegó hasta esta línea le propongo un ejercicio: guarde en su mente algún juicio de valor que haga un periodista en el triunfo del Barcelona o el Real Madrid y confróntelo con otro que haga después en la derrota. Entenderá de sobra de qué estoy hablando. Twitter: Seguir a @javieraborda

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    El técnico del Real Madrid manifestó que en caso de no ganar este año el torneo no se sentiría frustrado y elogió a Cristiano Ronaldo, de quien dijo "es un jugador de otro planeta y el mejor que he dirigido”. 

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