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  • Gol Caracol

    Lo que está pasando con el Depor, que ahora pretende llamarse Atlético Fútbol Club y que lo dejen jugar en la B con reconocimientro deportivo de aficionado mientras la dirigencia del fútbol colombiano pasa de agache y promueve la trampa, me tiene abrumado. Recapitulemos, pues a lo mejor es difícil de entender: la Dimayor (una asamblea en la que están sentados todos los presidentes o dueños de los equipos de la A y la B en Colombia) decidió que no iba a recibir a Tolima Real este año a pesar de que había comprado la ficha del Real Sincelejo y de que tiene reconocimiento deportivo de Coldeportes. A nuestros magnánimos dirigentes no les importó que el Tolima Real hiciera todo en regla, que hubiese invertido más de $5.000 millones o siquiera que el equipo sea del papá putativo de James Rodríguez, pues su cupo se lo dieron al Depor, un equipo de un viejo amigo de la dirigencia como Gustavo Moreno Arango, que había comprado ilegalmente la ficha del Sincelejo y que estaba jugando con ella a pesar de que desde el año pasado el Tribunal Superior de Sincelejo había dicho que la ficha era de los sucreños, quienes por tanto se la vendieron al Tolima Real, y que ese negocio del Depor era trucho. Porque ojo, en este embrollo todo, absolutamente todo, es trucho. En 2005 el representante legal del Real Sincelejo vendió ilegalmente la ficha del equipo a un tal Deportivo Pereira FC. No, no se engañe, no es el Pereira de siempre, este fue un club montado por si ese año el verdadero Pereira quebraba y así aparecer con otro equipo que se hiciera pasar por el de siempre engañando a la hinchada y, de paso, a los acreedores, los trabajadores y la DIAN. Sí, inventarse un equipo es la forma más fácil y vieja de hacer trampa en la Dimayor y este Depor es el último ejemplo de una línea que ya lleva 61 instituciones aparecidas como por arte de magia para dejar las deudas en el pasado. ¿No entiende en qué consiste la trampa? Es simple: digamos que usted firma un contrato con Pino FC, un equipo con reconocimiento deportivo de Coldeportes y aceptado por Dimayor, pero Pino FC quiebra por el pésimo manejo de sus dirigentes y cuando usted va a cobrar el club ya no existe y nadie responde por él pues lo que existe es Atlético Pino, aceptado por Dimayor. ¿Quién responde por las deudas de Pino FC, sus impuestos, su nómina? No importa, lo que importa es que hay un equipo que sigue jugando con otro nombre (Atlético Pino, Deportivo Pino, Pino 20016... póngale como quiera) y dejándole plata a sus dueños. Pero sigamos con el "Deportivo Pereira FC", hoy conocido como Depor. Habib Merheg, parapolítico y excongresista, era la cara detrás de esta trampa, pero el alias de 'Macaco' aparece por todas partes. Lo cierto es que la Corporación Cultural, Social y Deportiva de Pereira, a la que todos conocemos como el Deportivo Pereira, no desapareció y entonces la ficha del tal "Deportivo Pereira FC" se fue para el Valle del Cauca, en donde jugó como Depor Jamundí, Depor Aguablanca y Depor FC, hasta que el año pasado salió el fallo que sentencia la ilegalidad del asunto. Lo patético es que con la excusa de "somos una cofradía" la Dimayor permite que advenedizos convertidos en dirigentes deportivos hagan lo que se les de la gana sin que nadie los controle. Porque sí, Coldeportes es el ente de control, pero estoy seguro de que si Tolima Real no entutela al Departamento Administraivo del Deporte, la Recreación, la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre (qué nombre oficial tan largo... con razón no hace nada), Depor ya estaría jugando con la excusa del cambio de nombre e invención de un equipo, la misma que quiere volver a hacer con el tal "Atlético Fútbol Club". Ahora, hablemos de legalidad. En el parágrafo 1 del artículo 11 de la ley 1145 se estableció un control para que en Dimayor dejen de inventarse equipos para evadir responsabilidades fiscales y laborales; cito: "(Coldeportes) sólo podrá mantener vigentes un número igual de reconocimientos deportivos al número de clubes profesionales afiliados a la federación respectiva. Antes de otorgar un nuevo reconocimiento deportivo el Instituto Colombiano del Deporte (Coldeportes) deberá verificar que el club profesional afiliado y cuyo derecho de afiliación va a utilizar el nuevo club profesional, haya cancelado la totalidad de las obligaciones laborales, fiscales y parafiscales". Por ese parágrafo es ilegal que el Depor juegue y, vea usted, es también ilegal que Orsomarso lo haga pues, si bien tiene la ficha de Uniautónoma, este equipo le debe plata a jugadores y otros empleados. Pero ahí está Orsomarso jugando y, no lo duden, después del 11 de marzo, en la Asamblea citada para definir qué se hace con el Depor, muy seguramente veremos la aberración de que también lo dejen jugar. No ven que es "una cofradía"... Es que en esta "cofradía" la lista de equipos inventados hacer trampa es larga. Como lo dije antes, desde 1991 (año en que nace la B) van 61 y el colega Oswaldo Hernández del diario La Patria, de Manizales, se tomó en 2014 el trabajo de solicitar a Coldeportes la información sobre cuáles de estos eran legales y cuáles no. Como verán en este enlace, el resultado es escandaloso (por supuesto, ahí aparece la ficha del Real Sincelejo en propiedad del Depor pues es una lista de 2014 y el 2015 fue la decisión judicial de que el Depor también era de aire... por eso el Depor es el 61). Pero repasemos por si le da pereza ver documentos legales; ¿se acuerda del Cúcuta 2001? Ese equipo, del que no existe ningún registro en Coldeportes, jugó un arbitrario triangular ese año en el que se determinó qué equipos ascenderían para ampliar a 18 la cuota de clubes en primera división. Pero la cosa tiene detalles aún más ridículos: el Deportivo Rionegro no existe en los archivos de Coldeportes a pesar de ser el equipo más tradicional de la B hasta que se trasteó al Urabá para llamarse Leones, éste sí con reconocimiento deportivo vigente; Lanceros Fair Play, el equipo en el que debutó Falcao García, nunca existió legalmente, así como nunca existieron Dinastía, Atlético Guadalajara, Fiorentina y una notable cantidad de equipos que han competido en las dos últimas decadas de la segunda división. "Cofradía" se hacen llamar en la Dimayor... en Italia hubo una muy famosa, la llamaban "Camorra". En Twitter: @PinoCalad

  • Gol Caracol

    Mucho nos quejamos por estas horas sobre las formas futbolísticas que Rubén Israel le da al equipo en las fechas jugadas en este febrero que acaba de terminar. Ese lamento se complementa con un argumento de enorme relatividad en un sector importante de la hinchada: que este Millonarios anda bien en la tabla de posiciones pero que juega tremendamente feo. La discusión avanza hasta que se llega a algo que no podemos unificar como hinchada, sabiendo que ser hincha del glorioso Millonarios debería definir un estándar satisfactorio sobre la manera de jugar. Algunos dicen que lo lírico debe marcar el juego de Millonarios toda vez que el camino lo abrieron Pedernera, Di'Stéfano y Cia que no eran ningunos tiesos de la cintura; años después fue marcado por "Maravilla" Gamboa, Brand, Willington, Maglioni, Amado, "Gambeta" Estrada y Mayer. Todos los que han poblado con talento puro y duro el mediocampo hacia adelante del azul y blanco. Que el arquero fuera regular (Cousillas, Omar Franco), la defensa dura y patabrava (Prince, Conde, Román Torres), los laterales más bien modestos ("roca" Martínez", Gutiérrez de Piñeres) o los volantes de marca unas motosierras humanas (Segrera, Pimentel, Vanemerack) nunca fue obstáculo para que Millos saliera campeón, jamás. Si por esto pasara la definición de "paladar", sería una cosa más bien tenebrosa. Por eso, el mentado "paladar" siempre pasa por las formas como el equipo se mueve y se vuelve efectivo hacia adelante, no por lo que bien o mal hace atrás. Es decir, el ataque: lo que genera los triunfos y la forma en que lo logra. Dicho eso, es necesario decir que hay una buena parte de la hinchada por un asunto de mera matemática generacional no tiene claro eso del paladar futbolístico; y hay otras fracciones que sí ha visto varias veces campeón a Millos y que ponen sobre la mesa la necesidad- poca, media o alta- de siempre verlo jugar bien y ganar. Yo los divido en cuatro (4) tipos de paladar: 1. PRIMER GRUPO: Los más jóvenes para quienes es posible ganar así sea jugando horroroso, a los trompicones, aparatoso y torpe pero desde que sea ganando, la forma no importa mucho. 2. SEGUNDO GRUPO: Dice que -obvio- el objetivo es ganar y si se puede jugando bien mucho mejor. Pero que es muy relativo eso de jugar bien. 3. TERCER GRUPO: El tercer grupo diría que se debe apostar siempre al buen juego y que por ese camino llegan los triunfos. Si no se puede, pues ganar pero va a quedar un sabor amargo como el mate que se toman Israel y Robatto. 4. CUARTO GRUPO: Ellos se espantan indignados (y con mucha razón) con una apuesta pragmática de ganar a como dé lugar (todo lo opuesto al primer grupo de los más jóvenes). Este grupo es el de los hinchas que pudieron ver de niños al Millos de El Dorado, a los equipos campeones de 1959 a 1964, el del 72, el del 78 y los otros. Tienen el saco de leva y el sombrero como mejor metáfora para el juego lírico, elegante y contundente. Con esa fórmula jamás habrá pierde. --------------- Yo pertenezco al tercer grupo. Pero esto es tan heterogéneo que cada uno opine como la gana le dé. Lo que queda muy claro es que traerle jugadores a Rubén Israel con características de buen pie, cuidadosos de las formas con el balón, veloces y técnicos no es garantía de un juego vistoso ni es una ecuación perfecta entre otras porque creo que Peluffo e Israel son asimétricos. Su forma de ver el fútbol no pueden entenderse como iguales, ni siquiera cercanas si uno se atiene a lo planteado por el DT en varios partidos: un equipo más bien conservador. Recuerdo perfectamente que el Millos de Peluffo en ese Diciembre de 2003 con Mayer y Julián Téllez de centro delantero era ambicioso, buscaba los partidos y no se defendía nada mal. Si Peluffo hubiera sido el Gerente Deportivo cuando de tuvo que buscar el reemplazo de Lunari creo que NO hubiera buscado a Rubén Israel, por lo menos no como primera opción y ni siquiera como descarte porque cobrara menos que otro. Es posible que hubiera buscado un DT más parecido al parecer de los grupos 3 y 4 porque creo que es lo que más se acerca a un patrón de juego que caracteriza a Millonarios y de lo que a él le gusta (Peluffo de jugador no era un tronco, precisamente) Ahora, díganme: ¿El Millos de Hernán Torres jugaba muy bonito? No mucho, pero nos dio un glorioso título. Así que, ¿si Rubén Israel lleva a Millonarios con sus maneras a un título local en Mayo de 2016 y a otro internacional más adelante, no lo celebramos? Ja ! Todo es absolutamente relativo porque los títulos es lo único que queda en la historia. El paladar es otra cosa.

  • Gol Caracol

    Uno escucha hablar de fúbol colombiano a Peláez, a Hernández Bonnet, a Iván Mejía o a Vélez, a Wbeimar o a Giraldo Neira y pareciera que todo se echó a perder en los 90. Todos los jugadores de leyenda, los grandes equipos, los mitos del FPC parecieran quedar, en palabras de los popes del periodismo deportivo colombiano, lejos. Claro, ellos vieron al Millonarios de 'El Dorado' y al Cali de Pancho Hormazábal, ellos disfrutaron a Willington Ortiz en el azul, en Cali y en América, ellos vivieron la llegada de Zubeldía a Nacional, ellos comentaron las campañas tremendas del América de Ochoa, pero ellos también, gracias a esos equipos y figuras míticas del FPC, han logrado que los más jóvenes añoremos esos años que no vimos, que extrañemos a cracks que no pudimos disfrutar y de los que sólo hemos podido leer o con suerte ver en YouTube y, eso sí, escuchar en las anécdotas geniales de nuestros veteranos comentaristas. Por eso hoy, en un arranque de egolatría, rebeldía y la juventud que puede que ya no tenga a mis 36 años, quiero contarle a usted cuáles han sido los once mejores equipos colombianos que he visto. Sólo me puse una condición para hacer esta lista: que fueran equipos de 1990 para acá. Claro, con eso me estoy saltando olímpicamente a cuatro equipazos que alcancé a ver en mi lejana infancia en los 80: al Nacional del 87 al 89 de los 'Puros Criollos', una máquina de demolición de toque y zona, el poderoso y ofensivo Millonarios de 1987, 88 y 89 (Arnoldo Iguarán es mi ídolo eterno y hay un lugar en mi corazón que se llama 'Gambeta' Estrada), al mágico Cali del 85 al 87 con Redín y Valderrama haciendo de cualquier cancha una mesa de billar a tres bandas (nota: 'Gambeta' también pasó por ahí), y al todopoderoso América de toda esa década: un equipo casi que invencible que atacando era una aplanadora (a ver, a lo largo de esos años tuvo a Cáceres, Battaglia, Willington, Cabañas, Gareca, De Avila... ¡qué nómina de por dios!) y en el fondo tenía todo el trabajo táctico de ese maestro que fue Ochoa Uribe y un arquero de leyenda (Falcioni... aunque sumen a Zape). No puedo hacer una lista de equipos que haya visto y me cautivaran sin mencionar a esos cuatro, pero es que, como dije antes, de ellos pueden hablar mejor mis mayores. Hoy quiero que usted, amigo treintón, veinteañero o culicagado, valore lo que ha visto desde que nació. Hoy quiero que hablemos de nuestra era. Ahora, ¿qué hace a un equipo memorable? Por supuesto sus jugadores y su estilo de juego, algo que para la memoria del goloso es incluso más valioso que los títulos. Haciendo una primera lista me di cuenta de equipos que me enamoraron en estos últimos 26 años se quedaron grabados gracias a que era capaz de dar su alineación de un tirón, algo que no me pasa con muchos de los campeones de ese mismo periodo de tiempo. Espero que sonría con esta lista, espero que sienta nostalgia y espero, sobre todo, que me escriba a @PinoCalad o a @GolCaracol con el HT #FútbolDeLaCasa y me diga cuáles son los equipos de su vida. 11: Atlético Bucaramanga 1990-1992 No sé qué me impactaba más, si ver al 'Kiko' Barrios tirándole biblias a los espectadores desde la cancha de juego, o ver el buen fútbol ofensivo que comandaba el religioso (y bravucón) delantero junto a Olalla, ´Piripi' Osma, Héctor Gerardo Méndez y Robert Villamizar. En el 92 regresó Jorge Ramoa y la cosa fue aún mejor: el argentino era un crack y tenía a Bernardo Redín. Sólido en casa y durísimo como visitante, este Bucaramanga que dirigía 'El Tucho' Ortiz alcanzó a ser tercero en 1990 y en 1991 y 1992 fue semifinalista con una fórmula de juego largo, transiciones muy rápidas en ataque, mucho fútbol aéreo y una dinámica que complicaba a cualquiera. Tristemente este buen equipo fue desmantelado para 1993 y en 1994 terminaría descendiendo por primera vez, un mal que por años acosó a una de las buenas plazas futboleras del país. La nómina que más recuerdo es la del 90-91: Van Stralhem (que sí era colombiano); Héctor Polo y Eugenio Uribe en las bandas; Enrique Simón Esterilla y Víctor Espinoza (¡qué par de centrales!); Robert Villamizar, Elías Correa, Héctor Gerardo Méndez y Carlos Araujo en el medio, y arriba con 'Kiko' Barrios y Héctor Manuel Olalla (también me la sé con el 'Piripi' en su lugar). 10: Once Caldas 2003-2004 La memoria es ingrata con el Once campeón en Colombia en 2003 y de Libertadores en 2004; muchos lo acusan de ultradefensivo, otros dicen que era Henao y diez más y la mayoría se olvida de las delicias ofensivas de un equipo muy sólido atrás pero con un derroche de talento adelante comandado por Arnulfo Valentierra y Elkin Soto en el medio campo. ¿Qué equipo con ese par de jugadorazos puede ser tacaño con el espectáculo? Ese Once, además, tenía gol con Sergio Galván, quien se fue en 2004 y le dejó la batuta a un muchachito llamado Dayro Moreno y a un goleador eficiente como Agudelo. Claro, si sólo te acuerdas de Herly Alcázar (que jugó la final y terminó rompiendo la Copa Libertadores) crees que el Once era malísimo en ataque, pero no, no lo era. Lo que más me gustaba de ese Once Caldas, sin embargo, es que tenía el carácter de hierro: no sólo le ganó el título local a un durísimo Junior con mucha más experiencia, sino que en Libertadores se llevó por delante a Vélez Sarsfield, Santos, Sao Paulo y Boca Juniors. El XI que más me gustó de ese muy buen equipo que fue el Caldas de Luis Fernando Montoya es: Henao (¡eterno!); Miguel Rojas, Samuel Vanegas, Edgar Cataño, Mauricio Casierra; Jhon Viáfara (de por dios: ¡se le tiraba a un tren en movimiento! Además, prohibido olvidar que en la final en La Bombonera se cagó, y no figurativamente -eso nunca-), Rubén Darió Velásquez, Elkin Soto, Arnulfo Valentierra; Dayro Moreno y Sergio Galván 9: Santa Fe 2013 Sí, el equipo del 2012 es leyenda porque acabó con una sequía cruel que tenía al primer campeón -sin un título desde 1975-, pero la versión mejorada del 2013 que montó Wilson Gutiérrez para mi es de los mejores equipos que he visto en estos últimos 26 años. Omar Pérez en su mejor momento de madurez, Wilder Medina y Cuero destrozando defensas, Gerardo Bedoya mostrándole a todo el continente cuántos pares son tres moscas... era un equipo bravo, cojonudo, que además pasaba muy rápido al ataque y jugaba muy bien al piso, pero sobre todo con pelotas largas enviadas ya fuera por el 10, por Bedoya o por Anchico desde la banda derecha. Si hoy Santa Fe es un equipo respetado continentalmente se debió en buena medida a lo que hizo esta nómina semifinalista de Libertadores y que, además, ese año fue subcampeona de liga y se llevó la Superliga. Si me preguntan por un XI, el que tengo en la cabeza va con: Camilo Vargas; Yulián Anchico, Carlos Valdez, Pacho Meza (jovencito) y Marino García; Bedoya, Daniel Torres y Luis Carlos Arias en primera línea; Pérez mandando el medio campo y surtiendo a Cuero y Medina. 8: Deportivo Cali 1992 No fue campeón, quedó tercero, pero el equipo de Miguel Company era una delicia. Toninho, un brasileño complicadísimo que anotó el 0-1 que le quitó al Junior un invicto en casa de más de 30 fechas, comandaba el ataque junto a esa fiera que fue Níver Arboleda, y atrás tenían a 'La Bruja' Aredes y al paraguayo Gustavo Sotelo, aparte de contratar al 'Pájaro' Juárez, a Olalla (sí, el del Bucaramanga del 90) y al Willy Rodríguez; pero este Cali, más allá de atacar, le daba manejo a la pelota, era equilibrado y tuvo la mejor defensa de ese año en el que tuvo un invicto de 19 fechas sin perder. Rayo era un arquerazo y ese año vimos el debut de un joven Miguel Calero con la verdiblanca después de haber estado por el Caribe colombiano, así como la consolidación de ídolo azucarero Andrés Estrada en la zona de recuperación. El XI que tengo en la cabeza (y acepto correcciones porque sé que me gana el romance y está muy ofensivo) era con Calero (Rayo); Polo, Sarmiento, Esterilla, Miguel Marrero; Andrés Estrada, Sotelo, Aredes, Juárez; Níver y Toninho. 7: Cúcuta 2007 El Cúcuta campeón del 2006 era un buen equipo, no lo voy a discutir, pero era un equipo de Jorge Luis Pinto, es decir, sólido y eficiente, pero no te va a dar espectáculo. En cambio el que jugó la Libertadores de 2007 llegando hasta semifinales frente a Boca Juniors daba gusto. Macnelly Torres en un momento de gracia infinita, Blas Pérez haciendo una dupla de ataque memorable junto al 'Burrito' Martínez, la media distancia de Rubén Bustos, el medio campo de hierro y con salida de Dumar Rueda, Charles Castro y Del Castillo... fue un equipazo que trataba bien la pelota y salía a buscar el partido en todas las canchas. Tal vez por eso, y por su falta de experiencia, Boca le impidió llegar a la final de esa Copa. El XI creo que todos los colombianos nos lo supimos de memoria a pesar de que varios jugadores no eran precisamente estrellas: 'Rufay' Zapata; Bustos, Walter Moreno, Julián Hurtado, Elvis González; Rueda, Del Castillo, Castro (si quieren poner a David Córdoba, vale), Macnelly, Martínez y Blas. ¡Equipazo! 6: América de Cali 1994-1996 De todos los grandes y buenos equipos que ha tenido el América de Cali (sí, incluyendo al multicampeón de los 80) mi favorito de lejos es el que dirigió Diego Umaña entre 1994 y 1996. Fútbol ofensivo, cantera, talento, velocidad... este equipo atacaba increíblemente rápido con su combo de enanos, De Ávila-Zambrano, y con las asistencias mágicas de Alex Escobar; pero por ahí también alcanzaron a pasar 'Polilla' Da Silva y 'El Diablo' Etcheverry, así como un jovencito Giovanni Hernández. 'Guama' Cardona y Foad Maziri como amos de las bandas, Wilmer Cabrera reinventado como volante acompañando Frankie Oviedo y a Berti o a la 'Pelusa' Pérez, línea por línea el América de esos años derrochaba talento (incluso en el arco pasó de Eduardo Niño a Oscar Córdoba, los dos de Selección), por lo que no deja de ser triste que no ganara nada: fue tercero en el 94, subcampeón en el 95, semifinalista de Copa Conmebol ese año y finalista de la Libertadores en 96, cuando perdió otra vez con River Plate el título continental. Para mi el XI de recitar de ese equipo era con: Córdoba; Cardona, Jorge Bermúdez, Carlos Asprilla, Maziri; Cabrera, Berti, Oviedo, Escobar; Zambrano y 'Pipa'. 5. Deportivo Cali 1999 La nómina la puedo decir como si fuera el Padre Nuestro: Rafael Dudamel; Mario Yepes y Andrés Mosquera en defensa, 'Pelusa' Pérez reinventado como lateral derecho y Gerardo Bedoya en la banda izquierda; Martín Zapata mandando en el medio campo junto a 'Carepa' Gaviria; Mayer Candelo, Arley Betancour y Víctor Bonilla moviéndose por toda la zona de ataque y acompañando a Giovanni Córdoba o Carlos Castillo. Es más, si quieren meter en el medio a Alex Viveros, también vale. Un equipazo que llegó a la final de la Libertadores y la perdió en penales con Palmeiras, pero que venía de ganar el campeonato del 98 y que aprovechó el trabajo de promoción de cantera de Reinaldo Rueda ese año para hacer historia en el 99 bajo el mando de 'Cheché' Hernández. Pocas veces el fútbol colombiano vio tanto talento junto como cuando Mayer, Arley y Bonilla se encontraban en el campo, pero además el Cali de 'Cheché' tenía a 'Carepa', Zapata y Bedoya para hacer el trabajo sucio. El 4-0 a Cerro Porteño en semifinales de esa Copa es de los grandes momentos futbolísticos que le he visto a un equipo colombiano en Libertadores. 4. Atlético Nacional 1991-1992 El Nacional de Bolillo. Así se le conoce a este equipo que dejó para la posteridad la dupla maravillosa de Faustino Asprilla y Víctor Aristizábal, dos sub 23 que se dieron el lujo de sentar al que entonces era el goleador e insignia del club, JJ Tréllez (aunque ojo, cuando jugaron los tres el equipo era una cosa demnete), mandar al Cali a Níver Arboleda, que era otro delanterazo, y dejar como alternativa a esa maquinita del gol que era Rubén Darío Hernández. Hernán Darío Gómez heredó el equipo de Francisco Maturana, campeón de Copa en 1989, y a ese trabajo zonal y de toque/desgaste le sumó intensidad y goles, muchos goles. Fue un equipo tremendo al que sólo logró frenar el América de -irónicamente- Maturana, en el que tal vez sólo dos jugadores no se convirtieron en leyenda. De un tirón el XI era con Omar Franco; Andrés Escobar y Giovannis Cassiani en el centro de la defensa, Diego León Osorio (¡crackl!) y León Villa cubrían las bandas; Gabriel Jaime Gómez y Ricardo Pérez eran los duros del medio campo (ojo, 'Chicho' Serna también estaba pero jugaba más adelante), mientras Alexis García y 'Bendito' Fajardo daban ideas y Asprilla y Aristizábal destruían defensas. Esa base, con otros técnicos y una que otra novedad, sería campeona también de 1994 y subcampeona de Libertadores en 1995. 3. Millonarios 1994-1995 Nunca volví a ver un equipo colombiano que atacara tanto y tan bien. Ese Millonarios, subcampeón del 94 y eliminado de Libertadores por Nacional en los cuartos de final de 1995, era una especie de fuerza de la naturaleza que hizo 83 goles en 46 partidos de la liga en 1994, 13 más que el buen América de Umaña que hizo 70 y 18 más que el campeón verdolaga que hizo 65. En la Libertadores 95 llegó a cuartos y se fue con 16 goles anotados, uno menos que su verdugo que fue subcampeón de América y claro, cómo no si tenía adelante a Freddy León, 'El Pony' Maturana, 'El Piripi' Osma y, por encima de todos ellos y en sus últimos años de gloria, al inmarcesible Arnoldo Iguarán. Pero no se trataba sólo de delanteros; Carlos Rendón generaba juego y definía partidos con sus tiros libres con derecha, mientras Edison Domínguez hacía lo propio con izquierda, Flaminio Rivas atacaba por derecha a placer y Jhon Mario Ramírez exhibía el talento micrero capitalino en el medio quitándole la titular a Marcelo Benítez, que para rematar también tenía gol. Fue el último gran Millonarios que vi, incluso por encima del subcampeón del 96 (que tenía más fútbol pero menos pegada) y del campeón en 2012, un buen equipo, serio, sólido e histórico, pero que no enamoraba de la forma en la que lo hacía el cuadro dirigido por Vladimir Popovic, del que puedo decir su once (bueno, mi once) como si entonara el Himno: Villarraga; Flaminio Rivas, Osman López, Oscar Cortés, Domínguez; Yesid Mosquera, Bonner Mosquera; Carlos Rendón, Jhon Mario; Arnoldo Iguarán y 'Muelas' León. 2. Junior 1993-1995 Si usted, como yo, vio jugar al Junior del 'Pibe' Valderrama entiende a la perfección por qué el samario de rizos rubios es para muchos el mejor futbolista colombiano de la historia. Este equipo, dirigido primero por Julio Comesaña y luego por Carlos 'Piscis' Restrepo, con una que otra variante en nómina, giraba alrdededor del talento del 'Pibe', quien educó bajo su sombra a Víctor Pacheco y Oswaldo Mackenzie para generar junto al uruguayo Héctor Gerardo Méndez una sinfonía de fútbol que, como si fuera poco, tenía el poder goleador de Iván René Valenciano y Miguel 'Niche' Guerrero, quien luego sería reemplazado por Cristian Montesinos. Fue un equipazo campeón de la final más emotiva que haya visto, cuendo en el cuadrangular final de 1993 todos, Medellín, América, Nacional y Junior, acariciaron en algún momento la estrella en una última fecha cargada de drama. El XI memorable para mi es el del 93 con José María Pazo; Góber Briasco, Alexis Mendoza, Francisco Cassiani y Eugenio Uribe; Méndez, Mackenzie, Pacheco y Valderrama, 'Niche' y Valenciano. Con los años Hugo Galeano se quedaría con el lugar de Uribe y Montesinos reemplazaría a Guerrero, pero esa base no sólo dominó el fútbol local durante tres temporadas, sino que en 1994 fue semifinalista de Libertadores y sólo el poderoso Vélez Sarsfield de Chilavert le impidió llegar a una final. 1. Deportivo Independiente Medellín 2002-2003 Seguramente tiene que ver el que durante la Libertadores 2003 cubrí al Medellín y estuve ahí, en la cancha, el día en que Santos eliminó de la final al 'Poderoso' en un partido de locos; es probable que en mi memoria pesen de más las lágrimas de 'Mao' Molina mientras se despedía de su afición (lo que hace que hoy me alegre tanto verlo de vuelta con esa camiseta roja); estoy casi seguro de que en esta elección pesen mis primeras crónicas como periodista cubriendo a ese DIM que acabó en 2002 con una racha de 45 años sin ganar un título, pero lo cierto es que para mi el mejor equipo del fútbol colombiano en estos últimos 26 años, al menos el que más disfruté ver, el que mejores sensaciones me dejó, el que más sonrisas me sacío, fue el Deportivo Independiente Medellín del segundo semestre de 2002 y primer semestre de 2003. Un equipo raro para Colombia, que se defendía con una línea de tres y no con el habitual cuatro, que jugaba con carrileros y que tenía tres volantes 10 y un único delantero, pero que jugaba deliciosamente al piso, que hacía goles de todas partes con Serna, 'Mao', Montoya, Tressor, Vásquez Chacón y hasta con Roberto Carlos Cortés. ¡Cómo jugaba ese 'Poderoso'! David González apenas empezaba su carrera como ídolo rojo en el arco; Amaranto Perea, Felipe Baloy (¡qué central!) y Andrés Orozco en una línea de tres memorable; William Vásquez Chacón y 'el Choto' Cortés (o Ricardo Calle y Robinson Muñoz, porque jugaban los cuatro) en las bandas; Alex 'Conejo' Jaramillo junto a 'Choronta' Restrepo dando equilibrio y salida en el medio campo, y adelante 'Mao', David Montoya o Tressor Moreno (elija dos de tres, yo me quedo con los tres y siento a uno de marca) y Jorge Horacio Serna (o Tressor, si el partido era más para jugar al piso). Ese DIM fue tan fiel a su historia de sufrimiento y fútbol de potrero, que para mi son inolvidables los partidos frente a Boca Juniors en fase de grupos y las dramáticas series frente a Cerro Porteño, Gremio y, por supuesto, Santos: nunca dejó de luchar a pesar de todo, nunca dejó de buscar el arco rival y nunca dejó de darle espectáculo a la tribuna. Tal vez es por eso que lo recuerdo con tal aprecio, porque eso es lo que espero siempre de un equipo de fútbol. ¿Cuáles son sus equipos memorables del #FútbolDeLaCasa? Cuéntemelos en @PinoCalad o en @GolCaracol

  • Gol Caracol

    Tic-tac,tic-tac,tic-tac... Te la doy a ti, me la das a mi, se la devuelvo a él, él se la da al otro, vamos adelante, no, también vamos atrás, la ponemos a un lado, la cambiamos de frente, la movemos, la movemos, la acariciamos, la manejamos con velocidad, metemos cuarta a 160 kilómetros por hora, no, decidimos bajar los cambios y pasar a 60 kilómetros por hora, no hay espacio, hay que encontrarlo. Tic-tac,tic-tac,tic-tac... No se la damos al rival, nos defendemos con ella, hacemos daño con ella, tic-tac, de Armani, a Henríquez, a Sánchez, vamos por izquierda, ok, también está la derecha, salen con Faryd, no hay lío si es con Bocanegra, recibe Álex Mejía, tic-tac, retrocede para Henríquez, entrega a Sebastián Pérez, tic-tac, sigue el toque, recibe el que quiera recibir, abren espacios, tic-tac, el juego va de un lado a otro, es largo, es corto, el ingrediente es tenerla, el menú puede ser con cualquiera, tic-tac, el rival va de un lado a otro, trata de marcar, no encuentra el útil, se abren espacios, recibe Marlos: todo es magia y desequilibrio, recibe Ibarbo: todo es potencia con genialidad, recibe Copete: calla bocas con goles, reciben y recibe y juegan fútbol, es diversión pura, es puro fútbol, tic-tac,tic-tac,tic-tac.. Es Nacional respetando la base absoluta del fútbol: el balón. Jugar con él, para él y demoler un rival a punta de presión, dominación, orden, repliegues, paciencia, cambios de ritmos. Busque cómo se aplica lo correcto en defensa, en fase ofensiva y anda el equipo de Reinaldo Rueda por el camino correcto. Es la Copa Libertadores, esto es paso a paso, el de ayer fue un lindo paso. Pies sobre la tierra, disfrute cada partido de este equipo, tenga paciencia cuando las cosas no salgan bien, deje de exigir por exigir...Vamos bien, falta camino. Tic-tac,tic-tac,tic-tac, goza el buen fútbol. Seguir a @poterios

  • Gol Caracol

    De 1964 a 1985 Brasil vivió en una dictadura militar. Fueron dos décadas en las que la población no tenía la libertad de elegir a sus gobernantes, no tenía el derecho de votar. Mientras tanto, el Corinthians vivía una época difícil en 1981 y se encontraba a punto de descender. Nómina de Corinthians en 1982. Con la llegada del sociólogo Adilson Monteiro y el liderazgo de Sócrates (capitán del equipo y de la selección brasilera), el conjunto de Sao Paulo cambió su directriz de gobierno. “La mayor experiencia de autogobierno colectivo que conoció el fútbol mundial” (1), así lo describe el periodista argentino, Daniel Gatti. Las decisiones ya no solo pasaban por la junta directiva, sino también por los jugadores, el cuerpo técnico y los demás empleados del club. Todo lo que afectara al club era debatido, discutido y finalmente se votaba para tomar una decisión. En una gira en Japón se produjo una de las primeras votaciones: Casagrande, delantero del ‘timao’, había establecido una relación amorosa días antes del viaje y se quería devolver a Brasil. Sócrates, líder del vestuario, estaba a favor que se devolviera porque “estaba viviendo una experiencia única y no la podía desaprovechar” (2), por su parte, Wladimir, quien jugaba de defensor, opinó que Casagrande se tenía que quedar porque “al igual que él y sus compañeros, había dejado a seres queridos en Brasil y que tenía que asumir el rol de un profesional” (3). Finalmente el resultado de la votación dejó a Casagrande en Japón y una demostración de autogobierno dentro del plantel. Además de su exquisitez técnica, Sócrates se caracterizó por ser un futbolista que trasladó sus ideales a la cancha y de la cancha a la tribuna. No hay un mejor símbolo que el puño alzado al momento que marcaba un gol. Varios periodistas, amigos y familiares reconocían el carisma que el ‘Doctor’ tenía frente a la afición y de cómo esto se fue trasladando a las calles. Sócrates elevando su puño, forma en la que celebraba los goles. La gestión de autogobierno como la califica Gatti, comenzó a dar resultados en el plano deportivo. Corinthians se salvó del descenso y ganó el campeonato Paulista dos veces consecutivas (1982 y 1983), que en ese entonces era más importante que el Brasileirao. El triunfo era el mejor argumento para defender a la Democracia Corinthiana que comenzó a incidir en el plano social y político del país. “Cuando en el país nadie podía votar, un conjunto de jugadores de fútbol conquistaba el derecho de decidir sobre su propio rumbo” (4), dijo el politólogo brasilero Emir Sader. Esta afirmación describe el panorama social y político en el que se encontraba el Corinthians que, a medida de los meses, comenzó a participar en protestas sociales y campañas que pedían unas elecciones directas para elegir a los gobernantes de Brasil. El ‘timao’ empezó a enviar mensajes en contra de la dictadura; en su camiseta se impregnaba “¡Día 15 vote!” o “Democracia Corinthiana” acompañada de salpicaduras de sangre evocando las raíces del club. Pero el hecho que más se recuerda fue cuando el equipo saltó al terreno de juego con una pancarta que llevaba la consigna “ganar o perder, pero siempre en democracia”. "Ganar o perder, pero siempre en democracia" El fútbol se convirtió en un escenario predilecto para lanzar pugnas políticas y así era como lo sentía Sócrates. “Yo siempre supe que estábamos haciendo política. El fútbol, creo, es el único medio que puede acelerar el proceso de transformación de nuestra sociedad porque es nuestra mayor identidad cultural. Aquí todos entienden de fútbol y nadie de política” (5). Así como tuvo críticas por parte de un sector de la prensa de Sao Paulo y empresarial del país, también contó con el apoyo de intelectuales, pintores, cantantes y sindicalistas, entre ellos Luis Inácio Lula da Silva. Esto contribuyó a que comenzaran a marcarlos como los “comunistas barbudos” por parte de sus críticos. “Si la enmienda continúa, no abandonaré el país”, fue la frase que Sócrates utilizó ante dos millones de personas en la plaza pública, como si se tratara de un líder político que hace promesas ante sus seguidores. Durante la temporada 1984/1985, ‘Magrao’, como lo llamaban sus amigos, jugó en Florencia, Italia, para la Fiorentina. Allí no se sintió cómodo ni con el fútbol que le tocaba practicar ni en su día a día, puesto que las costumbres eran muy diferentes a las de Brasil. Precisamente en 1985 la dictadura se acabó en Brasil y Sócrates no estaba en el país para presenciar un hecho social del que él hizo parte. Como afirmaba en más de una entrevista el sociólogo Monteiro, la Democracia Corinthiana fue el portavoz del deporte brasileño ante la dictadura. “Conseguimos probarle al público que la opresión no es imbatible, que una comunidad solo puede salir adelante si respeta la voluntad de la mayoría de sus integrantes, que la igualdad es posible. Trascendía en mucho al fútbol y creo que algún sedimento dejó” (6), afirmó Sócrates años después cuando el movimiento se había acabado al mismo tiempo que la dictadura. Sócrates acompañaba a distintas manifestaciones sociales y hasta alcanzó a decir: "si la enmienda continúa, no abandonaré el país" Y es que verdaderamente este movimiento no solo trascendió en la historia del fútbol brasilero y mundial, sino también a nivel político y social. Como bien dice el escritor brasilero Xico Sá: “Hoy muchos brasileros saben lo que es democracia gracias al Corinthians, esa fue la contribución de Sócrates” (7). En definitiva, ponerse una camiseta del ‘timao’ en la década de los ochentas significaba, además de apoyar al equipo, identificarse con una ideología y luchar por la libertad, por un cambio en el país. Sócrates lo soñó y murió el mismo día en el que el Corinthians salió campeón en Brasil. Ese cuatro de diciembre de 2011, los jugadores del ‘timao’ se fueron al centro del campo y levantaron el puño al igual que los hinchas que se encontraban en el Pacaembú para demostrar su admiración al legado que dejó ‘Magrao’ con la Democracia Corinthiana. Fue un día triste muy feliz, como afirmó en más de una ocasión el ‘Doctor’. Twitter: @siperohoyno Notas (1) Revista El Malpensante No. 156. Bogotá. Septiembre de 2014. (2) Pérez, G. y Rog, G. (Productores y Directores). 2012. Rebeldes del fútbol – Sócrates [DVD]. Disponible en Youtube https://www.youtube.com/watch?v=CmqO1Yq7PQI. (3) Pérez, G. y Rog, G. (Productores y Directores). 2012. Rebeldes del fútbol – Sócrates [DVD]. Disponible en Youtube https://www.youtube.com/watch?v=CmqO1Yq7PQI. (4) Revista El Malpensante No. 156. Bogotá. Septiembre de 2014. (5) Revista El Malpensante No. 156. Bogotá. Septiembre de 2014. (6) Revista El Malpensante No. 156. Bogotá. Septiembre de 2014. (7) Espn (Producción). 2013. Destino Fútbol – Sócrates. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=NXq6hUgBvb0

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    Cincuenta millones de Euros. Ese fue el presupuesto asignado para contrataciones en la presente temporada 2015-2016 para los "Foxes", conocidos así por la afición a la caza de zorros de los habitantes de la ciudad de Leicester, Inglaterra. Hoy sus 294.000 habitantes con seguridad tienen otra afición: delirar por su equipo de fútbol, líder flamante de la English Premier League. Ese dinero perfectamente lo puede valer un sólo jugador del Arsenal, Liverpool o Chelsea. De hecho, el Manchester United al inicio de temporada desembolsó 80 millones de Euros por Anthony Martial, promesa del país Galo. Sin embargo esa y otras inversiones no han alcanzado para hacer ver a los diablos rojos como un verdadero equipo. Leicester City hoy disfruta con razones de peso el liderato de la Premier League. Todos lo hemos visto con resistencia y con la incredulidad de que pueda aguantar el ritmo de los grandes Ingleses, pero fecha tras fecha este equipo, que el año pasado prendía veladoras en el vestuario para no volver a descender puesto que venían en el 2014 de ganar la Football League Championship (segunda categoría), con cada partido jugado nos deja con la boca callada. La exhibición dada por el onceno de Claudio Rannieri en el Etihad Stadium ante la hinchada citadina el sábado pasado es la fotografía perfecta de la concepción de juego que tiene el Italiano, muchas veces resistida por los amantes del buen fútbol. Sin embargo nadie, después de ver el partido contra Manchester City, el segundo en la liga, puede dudar de su efectividad. Un 4-4-2 bien organizado, bloques cortos y, eso sí, poca o nula posesión del balón. Ellos sólo usan el balón para una idea clara, la de hacer con él daño al rival con sus mortales contragolpes y rápidas transiciones de defensa-ataque. (Véase el segundo gol). El balón para Rannieri es para meterlo al fondo de la red, no para transportarlo de lado a lado por todo el terreno de juego. Sin embargo, después de analizar varios partidos del líder, lo más llamativo es el sentido colectivo del equipo. Todos, absolutamente todos tienen el overol puesto y jamás dejan de correr, en especial los volantes de marca quienes quitan, roban y corren todo el partido. No hay figuras, no hay egos, no hay marcas, sólo obreros que se convierten en guerreros al saltar a la cancha. Sus goleadores, Jamie Vardy y el argelino Riyad Mahrez, eran unos perfectos desconocidos la temporada pasada. Hoy son reconocidos ya por sus 32 goles y aun así sólo piensan en la gloria colectiva. La fuerza de un buen trabajo en equipo y una filosofía de bienestar colectivo superan la fuerza de los millones. Los 5 puntos de ventaja alcanzados el fin de semana pasado ilusionan a toda una institución, fundada en 1884, y a toda una ciudad. También ilusiona a los que a veces se cansan del mercantilismo futbolero, el mismo que a veces lo hace ver aburrido y sin sentido. Falta todavía mucho por recorrer en la liga, pero creo que muchos estaremos pendientes de este humilde equipo, de este verdadero trabajo en equipo. Por: Iván Darío Liévano M. // Twitter: @ivanlievano

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    Esto reventó, China está ofreciendo sumas de dinero gigantescas para incorporar figuras mundiales a su fútbol que, aunque menos visto y menos competitivo como muchos dicen, tiene todas las posibilidades económicas que atraen a un jugador, que al fin y al cabo vive de eso, de jugar fútbol. Con el traspaso de Jackson Martínez he leído cualquier cantidad de barbaridades, y la típica frase que dice: “prefirió el dinero que la gloria futbolística”. Ahí está el primer error, analizar un traspaso debe incluir todas las variables, decir que “sacando lo económico, fue una mala decisión” es hipócrita, porque el futbolista vive de las ventas de sus derechos deportivos, préstamos y sueldos. Ahora, ¿de qué gloria me hablan, cuál pecado cometió Jackson? Un tipo que a sus 29 años tiene cuatro títulos en su palmarés, uno a nivel local y tres en Europa. Tiene el record como máximo goleador en la historia de los torneos cortos en Colombia, ha sido máximo anotador en tres ocasiones de una de las ligas más importantes del viejo continente como la portuguesa y elegido una vez como mejor jugador de esa liga. Jugó un Mundial con la Selección Colombia, se dio el lujo de marcar y ratificar que debió ser titular en esa competición, fue de lejos el mejor delantero del equipo y aún así nunca fue considerado como primera opción y, después de todo eso, solamente siguió entrenando en silencio y jamás le faltó respeto contra los que lo ningunearon. Si eso no es gloria en el fútbol entonces no sé qué lo es. Yo sí estoy muy contento por él, son de esas oportunidades que se le presentan a una persona entre millones, ¿o qué pensaría usted si fuera la quinta persona mejor paga de la profesión a la que usted se dedica? Juzgar y decir que fue una mala decisión es fácil, sobre todo para el periodista. No quiero que se me malinterprete, este escrito no busca decir que la decisión de “Chachachá” fue acertada, solamente los invito a entender que la decisión moral la tenía él y nadie más, por eso no podemos convenir en que fue una mala decisión. Nadie sabe la sed con la que otro bebe, ahora tiene mucho dinero, pero en su niñez tuvo mucho menos del que usted sí tuvo. Es obvio que el nivel en China es mucho más bajo que el de Europa, creo que en competencia perderá ritmo porque esa liga no está a la altura de sus condiciones, se desaparecerá del radar del fútbol mundial y seguramente en un tiempo se olvidarán de él; pero creo que todo lo anterior lo compensa, ya se dio el lujo de jugar en Europa, ser goleador y participar en los torneos más importantes que un futbolista puede soñar, su nombre ya está plasmado en la historia y lo más importante, amigo lector, Jackson Martínez no se retiró del fútbol para dedicarse a otra profesión, NO, simplemente como un trabajador más, cambió de empresa, y seguirá haciendo lo que ama, solo que ahora se dará el lujo de estar en el top de mejores pagos, ¿en serio fue una mala decisión? jejejeje, no lo creo… Por: Luis Felipe Lucero // Twitter: @FelipeLuceroG

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    Este siempre ha sido un dilema palpable dentro del fútbol. Algunos futbolistas eligen la primera opción, otros la segunda, y unos pocos afortunados y superdotados logran obtener las dos cosas al tiempo. Durante las últimas dos semanas hemos conocido tres casos de jugadores cercanos a nuestros afectos, tres colombianos que han tenido que tomar esta difícil decisión. Sí, hablamos de Fredy Guarín, Fredy Montero y Jackson Martínez. El caso de los tres es muy similar: futbolistas contemporáneos, jugaban en clubes importantes de ligas de peso como la italiana, portuguesa y española, y que decidieron irse a una liga de un escalafón mucho menor como la china, donde tendrán la oportunidad de ganar una cantidad de dinero nada pequeña, de esas que dañan mentes. Es un tema espinoso. Muchas han sido las reacciones en redes sociales y en los medios sobre lo ocurrido con estos tres señores; el caso de Jackson es el que más eco ha producido y el que más llama la atención. Vamos a verlo de la siguiente forma: si a usted en una empresa no lo quieren, además de eso le consiguen contrato en otro lugar en el que va a tener que hacer menos cosas y va a ganar más dinero ¿Usted qué haría? ¿Diría que no?... Esto es más o menos lo que se les puso sobre la mesa a los personajes anteriormente mencionados. En sus equipos no eran tenidos en cuenta de la forma que ellos querían, como es el caso de ‘Cha-cha-cha’ y Guarín, y además les ofrecieron más dinero por menos esfuerzo, porque no nos digamos mentiras, que a mí me marque Sergio Ramos o Mascherano, no es lo mismo a que lo haga “Chung Wang Shu” o cualquier jugador de la Superliga China. Sin embargo, lo que da más guayabo en el caso de Jackson Martínez por ejemplo, es que hace pocos meses era el goleador de la liga de Portugal, es el máximo anotador colombiano en la Champions League y un jugador con un futuro inmediato muy prometedor como para que tirara la toalla tan rápido. Son muchos los argumentos que tenemos en contra de su decisión, pero no conocemos los del chocoano, que tal vez estén alrededor de asegurar el futuro económico de su familia, algo que también es muy loable. Es ahí cuando entra el gran dilema propuesto al inicio de este texto, en el caso de Martínez, él ya eligió y su opción fue la segunda, dinero. Tal vez si hubiera aguantado un poco más habría llegado a tener las dos, pero aún no recibo mi título de profeta como para estar del todo seguro. Amanecerá y veremos, lo que si no podemos negar es que nos queda ese sabor agridulce y la preocupación de tal vez perder a jugadores de selección en un momento tan neurálgico como el que se viene en la eliminatoria. No sabemos que pase por la cabeza de Pékerman y si estando en China se interese por convocarlos, pero bueno esa es harina de otro costal. Por: Andrés Felipe García Franco // Twitter: @siranfega

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    El pasado fin de semana inició la Liga Águila 2016 I, primera fecha en la que sobre el papel costaba encontrar un juego que de entrada llamará la atención. Más allá de los partidos con equipos tradicionales, que cada vez son más pocos, y de un Bucaramanga Vs. Medellín, la parrilla televisiva de nuestro fútbol se veía poco convincente. Sin embargo, y a pesar de los estadios con poca asistencia en sus tribunas (exceptuando El Campín y el Atanasio Girardot) y con pésimas condiciones en sus campos de juego, la jornada entregó más de lo que parecía ofrecer. La primera fecha dejó un promedio de 2,4 goles por partidos, goleadas, triunfos inesperados y tan solo dos 0-0. No obstante, si se excluyen los espectadores de Bogotá y Medellín (25.978 y 30.982 hinchas, respectivamente) el promedio de asistencia aproximado se reduce de 10.600 a 6.130 personas por juego, una falencia común en los escenarios deportivos del país y en el fútbol colombiano en general. [caption id="attachment_42" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"][/caption] La liga local y su sistema de juego son garantía de grandes emociones, a diferencia de algunas de las más prestigiosas competencias a nivel mundial, donde pareciera existir un libreto de principio a fin, con los mismos protagonistas de siempre, definiendo su campeón en apenas dos juegos. Sin embargo, ¿La emoción del FPC es un aval del buen fútbol?... ¡Por supuesto que no!, y este sistema de campeonato ya ha premiado en muchas oportunidades la mediocridad con la que muchos afrontan su primera fase (‘todos contra todos’) y castigado injustamente el desgaste que algunos otros hacen en la misma instancia. [caption id="attachment_43" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"][/caption] Cambiar la forma en la que se disputa la hoy llamada Liga Águila no significa que los estadios se colmen de espectadores, aunque sí es un salto definitivo a una liga, valga la redundancia, de verdad, una competencia en la que el equipo campeón sea aquel que sume más puntos a lo largo de la temporada, no el que remate mejor su último tramo, algo que sin duda levantaría la calidad del juego local. Aun así, es importante reconocer que hoy por hoy son más las cosas positivas que las negativas, que a pesar de que siempre se puede mejorar, en este momento son más los aciertos que las imprecisiones y que el rentado local sigue ganando terreno y reconocimiento a nivel internacional, por momentos, incluso por encima de potencias del continente. [caption id="attachment_44" align="alignnone" width="300" caption="Foto: Colprensa"][/caption] En definitiva, el fútbol colombiano es nuestro, con sus virtudes y defectos, es el que nos emociona y nos mueve (un grito de gol de un hincha del Pasto es mil veces más sincero que el de un 'hincha' criollo del Barcelona o el Real Madrid), el que nos representa y de alguna manera lo que somos. Sea la Liga número 11 en el mundo o la número 100, la seguiremos viendo con los mismos ojos y con el mismo sentimiento. @Crispinllos

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    Hegemonía: Se denomina hegemonía al dominio de una entidad (Equipo de fútbol en este caso)sobre otras de igual tipo. Tranquilo usted, es solo una pregunta, quizás ya la hubo en la época dorada, en la del narcotráfico o simplemente no ha existido. Se viene hablando y por montones de los llamados equipos 'poderosos' en Colombia; Nacional - Santa Fe - Junior (Pido disculpas por los que no menciono) y debemos ser claros se habla de uno en especial Atlético Nacional, porque a diferencia de los otros, no conozco mejor empresa con un músculo económico tan aplastador como al que pertenece 'Los Verdolagas'. Nadie en el país de las múltiples pasiones por el balón, tiene en su estructura los siguientes productos: una marca de bebidas, un canal de entretenimiento, internacional y otro deportivo, un ingenio en el Cauca y varios concesionarios automotriz, por no mencionar más. Lo anterior hace que la cartera se de el gusto de tener diferentes esquemas de alto nivel deportivo en sus filas y que el técnico que las dirige, rechace excelentes oportunidades laborales en el exterior. Con el anterior arsenal económico, porque todos son muy rentables cualquier equipo en Colombia se ubicaría en las primeras planas de sus mismo medios y en los primeros puestos de las estadísticas deportivas, es más, crearía así una hegemonía para organizar eventos y hablar muy bien de sus propios premios. Todos pensaran que nadie en Colombia se da el gusto de tener un equipo de fútbol por diversión y es cierto, Atlético Nacional no es un capricho, hoy el Club es sin duda uno de los mejores activos de la organización por las siguientes acciones, veamos: venta de jugadores al fútbol mexicano, títulos que representan participaciones y premios en torneos internacionales, la taquilla de los estadios llenos mínimo cada 15 días, marca multinacional vistiéndolos y sin duda rating en su canal porque sin duda gente si tiene para encender televisores. Para darnos cuenta y por solo mencionar un buen ejemplo, arranquemos con sus últimas ventas o pases al extranjero: 1- Yimmi Chará (Pertenece a Monterrey) 2- Edwin Cardona 3- Jefferson Duque 4- Oscar Murillo 5- Alexander Mejía (Juega en Nacional pero pertenece a Monterrey) 5- Dorlan Pabon 6- Sherman Cárdenas 7- Estefan Medina 8- Avilés Hurtado Ojo comprar barato y vender al doble o triple está demostrado que también es un buen negocio, o sino miren a los argentinos como sacan prestado para vender a Europa. De esta manera ya es normal ver a Nacional celebrando cada año: 2011 -Campeón torneo Apertura 2012 -Campeón Copa Colombia 2012 -Campeón Superliga Colombiana 2013 -Campeón torneo Apertura 2013 -Campeón torneo Finalización 2013 -Campeón Copa Colombia 2014 -Campeón torneo Apertura 2015 -Campeón torneo Finalización 2016 -Campeón Superliga Colombiana Viendo el anterior listado, ustedes se imaginan donde el sistema del rentado fuera como el de Inglaterra, España o Italia?, ya ven el porqué del titulo de esta columna? De alguna manera sólo veríamos a Nacional con la misma hegemonía que vemos en equipos como el Real Madrid, Juventus, M. City, Chelsea, Barcelona. Aburrido, no? Tranquilos, vamos a darle el crédito correspondiente a equipos como Santa Fe, Cali y Junior, quienes hacen competitivo nuestro fútbol, pues de la misma manera deportiva, mas no económica han luchado por estar en finales ganando títulos y representación. Es cierto no todo lo hace el dinero, pero ayuda o sino pregúntele a Nacional. Finalmente nuestro fútbol se ha vuelto como el niño rico del barrio, quizás no tenga presencia estética en las canchas, pero tiene el dinero con que enchular y hacer rugir la maquina para figurar y codearse entre los mejores, lo más extraño es ver lo opuesto, ver como hay equipos con una inmensa oportunidad (hinchas) de mejorar estructuras y solo ven como pasan en frente de su patio. Twitter: @Macquiato

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