Se encontró con un poste, con el larguero, con Manuel Neuer... pero Neymar , desafortunado de cara al gol, halló el partido que le faltaba para entrar en el corazón de los aficionados del PSG, en la clasificación de su equipo a semifinales de la Champions.
El número diez fue el más destacado de su equipo pese a la derrota el martes en el partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Bayern Múnich en el Parque de los Príncipes parisino (1-0), pero valió el triunfo en la ida una semana antes en el templo alemán del Allianz Arena (3-2), donde el brasileño dio dos asistencias.
"Me faltó poco para marcar, pero lo más importante es que estamos clasificados", resumió el brasileño.
A imagen de su equipo, que no está forzosamente brillante esta temporada, terminó el partido con una gran sonrisa, visiblemente emocionado, y las piernas cansadas.
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Neymar está amañado en París: "Estoy más feliz que antes, me siento en casa aquí en el PSG"
"Bailó alrededor de David Alaba, pasó delante de las narices de Jérôme Boateng. Solo Manuel Neuer le opuso su clase mundial", constata el diario alemán Spiegel.
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Neymar no marcó, afirma la revista germana Kicker, "pero marcó el partido con su sello (...) habría podido anotar cuatro goles".
"El grito del corazón", tituló el diario francés L'Equipe, con una foto de Neymar exultante. En páginas interiores, el diario saluda la noche "casi perfecta" del brasileño.
- Objetivo: Estambul -
El Daily Telegraph inglés se rindió también al brasileño: "Pese a toda el cine que hace Neymar (...) ¡qué control de bola tiene! Con sus pies danzantes como los de (el bailarín Vaslav) Nijinski, fue un peligro constante para una defensa del Bayern diezmada por las lesiones".
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Y tras este buen partido, la final de Estambul, el objetivo del club, sigue en el punto de mira para Neymar.
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El brasileño, que negocia para ampliar su contrato que expira en 2022, como Kylian Mbappé, sueña con ganar con el PSG su primera Champions.
"No tienen excusas par querer partir, ya que tenemos todo para ganar ahora la Liga de Campeones aquí", sonrió el presidente Nasser Al-Khelaifi, al micrófono de RMC Sport, sobre sus dos estrellas.
"Para mí no hay discusión, es obvio que me siento muy cómodo, en casa, aquí en el París Saint-Germain. Me siento más feliz de lo que estaba antes", dijo con convicción Neymar a TNT Sports Brasil.
Con su cómplice Mbappé, Neymar intentó prolongar sobre el terreno los fuegos artificiales que algunos habían lanzado fuera del estadio, al inicio del partido.
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Sus primeras acciones, con un regate a Joshua Kimmich en su primer balón (minuto 2), dieron el tono al inicio de un partido controlado del equipo parisino.
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El festival que siguió, a mitad del primer período, sacudió a la defensa del "Rekordmeister" como nunca antes en esta doble confrontación.
Fueron necesarias intervenciones decisivas del portero Neuer y la ayuda del poste y del larguero para detener a Neymar.
Servido por Mbappé, el exjugador de Santos y Barcelona perdió un primer duelo (minuto 29) frente al portero, y después un segundo (34), tras haber superado a Lucas Hernández. En ese disparo, el guardameta alemán desvió el balón a un poste.
Tres minutos más tarde, fue el larguero el que despejó su tentativa (37), y después otra vez el poste (39), cuando Neuer estaba batido en cada ocasión.
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Y en el contragolpe que siguió, Eric Maxim Choupo-Moting abrió el marcador en la primera oportunidad peligrosa de los alemanes (40).
- Neuer decisivo -
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Tras la pausa, Neymar lo intentó de nuevo, lanzándose para rematar un centro de Angel Di Maria, pero no llegó por centímetros a empujar la bola a puerta vacía (47).
La última media hora, con nervios, se prestó mejor a la brillantez de Neymar, que adaptó al método de gestión de su equipo.
Su capacidad para conservar el balón enloqueció a los defensas bávaros, que cometieron muchas faltas. El número diez intentó explotar los raros espacios y cuando encontró uno, para pasar a Moise Kean, el italiano lanzó su disparo alto (77).
Al final del partido, se encontró solo frente a Neuer, pero el guardameta logró quitarle el balón antes de disparar. Pero la gloria la tenía ganada.