Acostumbrado a ver las celebraciones de otros compañeros, Dan Burn marcó su primer tanto en dos temporadas para desatascar un partido igualado frente al Leicester (2-0) y clasificar al Newcastle a las semifinales de la Copa de la Liga de Inglaterra.
El defensor del cuadro dirigido por Eddie Howe no se ha distinguido a lo largo de su carrera por marcar muchos goles. De hecho, sólo dos, los que firmó en el Brighton, figuran en sus estadísticas de los últimos cinco cursos.
Sin embargo, Burn apareció cuando su equipo necesitaba a alguien capaz de romper un empate con el que ambos equipos parecían destinados a la prórroga. El choque, igualado hasta el segundo acto, se rompió definitivamente con una aparición fugaz del lateral del Newcastle, que a los sesenta minutos entró como una exhalación por la banda izquierda para culminar su incursión con un derechazo inapelable, que abrió a su equipo la puerta de la victoria.
Joelinton, el encargado de asistir a Burn en el primer tanto, se apuntó a la fiesta pocos minutos después. El jugador brasileño no desperdició un servicio de Miguel Almirón y sentenció el choque en el tramo final del duelo.
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El 2-0 final dejó al Newcastle al borde de un registro histórico. Sólo ha disputado una final de la Copa de la Liga en toda su historia. La perdió frente al Manchester City en la temporada 1975/76. Hace casi cinco décadas de aquel encuentro y los hombres de Howe, inmersos en una temporada espléndida, no querrán dejar escapar una oportunidad única.