Los Angeles Lakers y los Brooklyn Nets, con algunas de las estrellas más lujosas de la NBA en sus plantillas, no han estado a la altura de sus propias ambiciones en las dos últimas temporadas, lastrados por lesiones, falta de cohesión y problemas extradeportivos.
La nueva temporada que arranca el martes puede ser el examen definitivo para ambas franquicias, últimos exponentes del modelo de 'superequipo' en la NBA.
Los
Lakers
: Defensa, salud
y
Westbrook
Un año atrás, los Lakers se presentaban como uno de los grandes favoritos para el campeonato, impulsados por la contratación de Russell Westbrook, el rey del triple-doble en la NBA y ganador de un premio MVP.
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Westbrook debía formar un temible 'Big 3' junto a LeBron James y Anthony Davis, líderes del equipo campeón en 2020, pero el proyecto descarriló pronto y los Lakers ni siquiera alcanzaron el repechaje a playoffs ('play in').
Todos los focos se colocaron en los problemas de adaptación de Westbrook, un expansivo base que sufre en ataque si no es protagonista del juego y con graves carencias en el tiro exterior.
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Con un salario de 47 millones de dólares por temporada, los Lakers no han logrado colocar a Westbrook en la temporada baja y, en una jugada arriesgada, contrataron al polémico base Patrick Beverley, que tiene un largo historial de enfrentamientos en pista con Westbrook.
Al aterrizar en Los Ángeles, Beverley aseguró que sus rencillas con Westbrook son cosa del pasado e incluso le consideró su "mejor amigo" dentro de los Lakers.
Esta relación personal, sin embargo, tendrá que pasar la prueba de la pista y de la competencia entre ambos por el puesto de director de juego, al que también aspira el alemán Dennis Schröder, otro de los nuevos fichajes.
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Beverley parece contar con ventaja en esta pugna ya que Darvin Ham, el técnico novato que sustituye a Frank Vogel, tiene la mira puesta en mejorar el nivel defensivo del equipo.
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"Los equipos que saben ser disuasorios cuando es necesario son los que ganan. Si defendemos bien, si obligamos a los rivales a realizar tiros difíciles, si limitamos sus oportunidades de anotar, si estamos presentes en el rebote, eso nos pondrá en el camino del éxito", aseguró Lebron James antes de comenzar su vigésima temporada en la NBA.
El alero, de 37 años, puede superar durante el curso al legendario Kareem Abdul-Jabbar como máximo anotador histórico de la liga pero su gran ilusión es conquistar el quinto anillo de su carrera.
Para ello "lo más importante es estar disponible para el equipo", aseguró 'King James', que solo jugó 56 de los 82 partidos de la última temporada regular.
El pívot Anthony Davis tampoco se ha librado de las lesiones en los dos últimos años, hasta el punto de ser criticado por su supuesta fragilidad, y el veterano James ha advertido públicamente que es su hora de liderar el ataque del equipo.
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Nets
: un
verano
tormentoso
En Brooklyn, el verano fue todavía más turbulento que la pasada temporada, en la que perdieron casi toda la fase regular a Kyrie Irving por su negativa a vacunarse contra el COVID-19 y se vieron forzados a traspasar a James Harden a los Philadelphia 76ers a cambio de Ben Simmons, que no llegó a debutar por lesión.
La cadena de infortunios derivó en una bochornosa derrota por marcador global de 4-0 contra los Boston Celtics en la primera ronda de playoffs.
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Frustrado, la tercera superestrella del equipo, Kevin Durant, trató durante semanas de ser traspasado a otro equipo.
Cuando ninguna franquicia aceptó pagar el elevado precio que pedían los Nets, Durant reclamó al menos la destitución del entrenador, Steve Nash, y del mánager general, Sean Marks, y acabó aceptando quedarse para un nuevo intento de salvar el proyecto junto a Irving y Simmons.
"Sé que es una historia interesante, el drama vende, lo entiendo. Pero no me he perdido ningún partido, no me he perdido ningún entrenamiento, sigo aquí. Así que espero que podamos superar eso", dijo Durant.
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"Todas las familias tienen problemas. Sucede, es una situación común en la liga. Pero ya ha quedado atrás", afirmó Nash, que tendrá más presión que nunca para crear una identidad de juego y construir por fin un equipo de éxito.
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