El presidente del PSG, el millonario Nasser Al-Khelaïfi, tenía reflejada la derrota en su rostro en la ceremonia de entrega de medallas, consciente de que se le había escapado la oportunidad de oro para lograr su ansiada Champions, pero supo dar la cara y mantener el tipo pese a su abatimiento y al de todo su equipo .
Tuvo, además, la obligación moral de consolar a todos sus jugadores, especialmente a su estrella Neymar, a la que le ofreció el abrazo más especial cuando éste se encaminaba a recoger la medalla de subcampeón en un mar de lágrimas.
Además, Nasser Al-Khelaïfi, con gran deportividad, felicitó uno a uno a toda la plantilla del Bayern de Múnich, que esté sábado se proclamó campeón de Europa por sexta vez en su historia.