Con el Nápoles a punto de proclamarse campeón de Italia, algo que podría incluso darse matemáticamente este domingo, el sur de Italia, tradicionalmente a la sombra de las potencias del norte del país, encuentra un inhabitual motivo de orgullo futbolístico.
Desde hace veinte años, el 'Scudetto' ha estado monopolizado por tres clubes del norte, los más ricos del país: la Juventus, el Inter de Milán y el AC Milan.
En la historia más que centenaria del campeonato italiano de fútbol, los únicos títulos que han escapado a los clubes del norte fueron para formaciones de la capital (tres para la Roma, dos para la Lazio), el del Cagliari de Gigi Riva en 1970 y los dos del Nápoles de Diego Maradona (1987, 1990).
El rendimiento del Nápoles en esta Serie A es por tanto todo un acontecimiento y la fiesta lleva tiempo preparándose en Nápoles, en la región de Campania y, por extensión, en otros lugares del sur de Italia. Un sector de napolitanos nostálgicos, eso sí, subrayan que su club, que en 2004 pasó a manos del productor de cine Aurelio De Laurentiis, ya no es muy diferente a los grandes del norte en términos de organización y gestión de los recursos.
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El título en el 'Calcio' será conquistado por el Nápoles este fin de semana, a seis jornadas del final, si gana a la Salernitana el sábado en el derbi de Campania y si la Lazio, segunda, no vence el domingo ante el Inter de Milán.
"Ganar es difícil"
"Para nosotros, ganar es difícil, por razones económicas, sociales, políticas, culturales...", subrayaba el pasado enero en Nápoles un hincha, Pasquale Esposito, un profesor jubilado de 68 años.
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La rivalidad norte-sur sigue estando muy presente en Italia y las diferencias continúan percibiéndose en los indicadores socioeconómicos oficiales: ingresos, tasa de empleo, acceso a la sanidad, educación o cultura... El PIB por habitante es aproximadamente del doble en Lombardía o Emilia-Romaña en relación a Calabria, Campania o Apulia.
"Existe un sentimiento muy fuerte en los habitantes del sur de tener un origen desfavorecido. Algunos elementos simbólicos como un Scudetto pueden ser, para el pueblo, un signo de revancha", explica a la AFP Lucio Lamberti, profesor de la Escuela Politécnica de Milán.
Para este experto en estrategia económica, el 'Scudetto' del equipo de Luciano Spalletti será "un caso aislado de éxito, ampliamente merecido por parte del Nápoles, pero que no cambiará nada en el abismo que existe", salvo el posible aumento del turismo a una ciudad ya conocida por muchos por sus murales dedicados a Maradona.
Más allá de Nápoles, el sur y centro de Italia han hinchado su orgullo esta temporada con el rendimiento en las divisiones inferiores.
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En la Serie B, el Frosinone (región del Lazio) podría validar el lunes su ascenso a primera y el Bari (Apulia), club que pertenece también a Aurelio De Laurentiis, está luchando también por subir a la élite.
Sin fiesta en Salerno
En la Serie C, la tercera categoría italiana e igualmente profesional, un club de Calabria, el Catanzaro, ha sido la sensación del curso, asegurando el ascenso ya en marzo.
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"El fútbol en las divisiones inferiores es una actividad difícilmente viable en la actualidad, y aún más en el sur y en Calabria, que no cuentan con muchas empresas que puedan invertir en los patrocinios", explica a la AFP su propietario, Floriano Noto, patrón de una cadena de supermercados de la región y que tomó las riendas del Catanzaro en 2017.
"Somos una región pobre, así que el deporte tiene para nosotros una dimensión social importante", añade. "El Scudetto (del Nápoles) es también para nosotros, los calabreses, un motivo de orgullo", asegura.
Pero no todo el sur de Italia apoya al Nápoles. Los ultras de la Salernitana han invitado a los hinchas del líder de la Serie A a no festejar el posible título en su ciudad, situada a cincuenta kilómetros de Nápoles. "Es algo que no nos atañe", señalaron en Facebook el pasado mes.