"Kylian Mbappé tiene una misión". Didier Deschamps despacha con esa frase las preguntas sobre la estrella francesa. Su delantero persigue la leyenda con un apetito insaciable, convencido de que puede situarse a la altura de "O rei" Pelé .
Para convertirse en "le roi" del fútbol, no hay tiempo que perder y Mbappé es consciente de que las estadísticas no dan tregua. Siempre hay una nueva que superar. Por ahora, ataca las de precocidad y lo hace por la puerta grande.
Los números, por ahora, le dan la razón. Con los dos tantos que consiguió ante Dinamarca lleva ya siete en Mundiales, los mismos que marcó el brasileño antes de cumplir los 24, tres más que el también brasileño Ronaldo y el alemán Frank Beckenbauer.
El francés, que no cumplirá los 23 hasta dos días después de la final del Mundial de Qatar, es ya la estrella que más partidos ha disputado antes de cumplir los 24, 9, uno más que Lionel Messi, dos más que Ronaldo y tres más que Cristiano, Beckenbauer y Pelé.
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También en la selección francesa tiene cifras de leyenda. Suma ya 31 goles en 61 partidos internacionales, los mismos que Zinedine Zidane, que alcanzó esa cifra con 34 años y 108 duelos con la "bleu".
"Todos sabemos lo que tiene en la mente", asegura Aurelien Tchouaméni, que quiere aprovechar el impulso que da el francés al equipo.
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El atacante ha sido decisivo en los dos primeros partidos de Francia, que le han colocado en octavos de final y le ha permitido encadenar seis triunfos consecutivos en Mundiales, la mejor racha histórica del país.
En los últimos doce partidos ha acertado en 14 ocasiones con el gol y en su punto de mira está hacerse con todos los récords.
En la selección francesa, Solo Just Fontaine tiene más goles que él en Mundiales, 13, pero con todo el recorrido que tiene por delante, ese récord también parece a su alcance.
Incluso está en buena trayectoria para convertirse en el máximo anotador histórico del país, récord que comparten ahora Thierry Henry y Olivier Giroud con 51 dianas.
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LÍDER POR LO QUE HACE
Por ahora, el atacante del PSG ha conseguido que la campeona del mundo sea ya "la Francia de Kylian Mbappé" y que el seleccionador, Didier Deschamps, le haya designado como "la locomotora" del equipo.
El jugador, criado en las afueras de París y formado en la cantera del Mónaco, no busca ser el líder del equipo, pero como asegura su técnico, el liderazgo viene de su influencia en el juego.
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El delantero es una amenaza constante para las defensas y Francia utiliza ese pánico para desequilibrar a los rivales.
Australia lo comprobó en el primer partido y Dinamarca acabó sucumbiendo en el segundo a su potencia, tras un primer tiempo en el que el francés estuvo algo desacertado.
Asociado a Theo Hernandez, el lateral izquierdo de Francia tras la baja por lesión de su hermano Lucas, Francia cuenta con un carril de fuego, porque el jugador del Milan tiene más proyección ofensiva que el primogénito.
"Es un jugador fuera de lo normal, tiene esa capacidad a marcar la diferencia", asegura el seleccionador (...) Es un líder del equipo, no por lo que dice, su liderazgo reposa en lo que hace, es una locomotora", señala.
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Así lo reconocen sus compañeros, que saben que Francia tiene la oportunidad de marcar la historia con un segundo Mundial consecutivo y que son conscientes de que toda gesta necesita un rey. Y todo rey busca su gesta.