Fernando Santos por fin cruzó la línea roja y Cristiano Ronaldo se quedó en el banquillo. El resultado fue inapelable, 6-1 ante Suiza y un triplete de su sustituto Gonçalo Ramos. ¿Lo volverá a sentar en cuartos ante Marruecos? Evidentemente no respondió a la cuestión este viernes en rueda de prensa.
Ante periodistas de todo el mundo, el seleccionador quiso zanjar la polémica con una larga respuesta.
"Hubo una conversación, hubiera sido negativo no tenerla. Es el capitán, el representante del fútbol portugués. Tenía que hablarle. Le expliqué las razones por las que se quedaba en el banquillo", dijo Santos.
Recurso desde el banquillo
"Le dije que ante Suiza prefería guardarlo en el banquillo para la segunda parte porque sería un duelo durísimo. No estaba contento por la decisión, me lo dijo, pero fue una conversación normal", añadió.
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El seleccionador de 68 años pretendía con este ejercicio de transparencia, que incluyó detalles como "la conversación fue en mi despacho el día del partido después de comer", poner fin a la controversia.
Tras no jugar, el miércoles CR7 no entrenó en el campo, como sí hicieron el resto de suplentes, y el jueves la federación portuguesa y el propio jugador a través de Instagram negaron las informaciones de prensa sobre que hubiera amenazado con abandonar la concentración.
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Luego saltó al césped sonriente y se alineó con los suplentes en un partidillo.
"Nunca me dijo que quisiera irse, tenemos que terminar con las polémicas", añadió Santos este viernes, invitando a los periodistas a revisar las imágenes de su impecable actitud en el partido contra Suiza.
"Quiso calentar con el resto a pesar de ser suplente, celebró los goles e invitó a sus compañeros a que celebraran con los aficionados. ¡Hay que dejarle tranquilo!", añadió.
Sobre su titularidad el sábado ante Marruecos, no desveló sus planes: "Ganar y no cambiar nada no es obligatorio. Marruecos es muy diferente a Suiza. Será un partido diferente".
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Un nuevo mundo
Ante el equipo helvético, Ronaldo solo disputó los últimos 15 minutos. Saltó al campo cuando ya estaba todo el pescado vendido, con 5-1, cuando solo faltaba por marcar Rafael Leao, otro ilustre abocado al banquillo en este Mundial.
Ronaldo, con cinco Mundiales jugados y goleador en todas las ediciones -único jugador en la historia-, no iniciaba un partido de la gran competición desde que arrancara en el banquillo en la fase de grupos ante México en Alemania-2006.
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En la presente edición fue titular en los tres de la fase de grupos, incluida la derrota 2-1 ante Corea del Sur a pesar de que el equipo ya estaba clasificado. En ese duelo se quejó al ser sustituido, quizás la mecha que prendió su suplencia en octavos.
Consumado el 'sacrilegio' de dejar en el banco al hombre de los 195 partidos internacionales -si juega ante Marruecos será el futbolista con más partidos, igualando con el kuwaití Bader al-Mutawa - y los 118 goles -récord absoluto-, Portugal descubrió un nuevo mundo.
Con Ronaldo como bandera, Portugal conquistó sus primeros títulos internacionales, la Eurocopa 2016 y la Liga de Naciones 2019, pero la dependencia de un jugador que cumplirá 38 años en febrero parece haber ahogado a su equipo en los últimos tiempos.
A menudo criticado por sus planteamientos conservadores cuando dispone de una nómina de atacantes de primer nivel, Santos quitó un peso de encima a su grupo con la suplencia de la leyenda. Y sus futbolistas respondieron con el mejor partido que se les recuerda.
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Joao Felix, titular en el ataque portugués en Catar, precedió a Santos este viernes en rueda de prensa y mostró menos solemnidad que su técnico cuando le preguntaron por su capitán.
"Que esté o no en el campo no nos cambia la táctica. Tiene cualidades que otros jugadores no tienen y a la inversa. Tenemos nuestra identidad y nos concentramos en eso", despejó visiblemente cansado por el monotema de la selección lusa.
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