El Mundial de fútbol femenino arrancará el 20 de julio en Nueva Zelanda con el desafío de convertirse en la edición más igualitaria jamás vista. Pero a 40 días de su inicio, algunos tropiezos, como el fiasco de transmisión televisiva, aún amenazan pasos más contundentes hacia la completa equidad.
Por primera vez desde la primera edición oficial del campeonato, en 1991, 32 selecciones nacionales disputarán el Mundial femenino, el mismo número que acogió el Mundial masculino de Catar el pasado año.
La FIFA ha confirmado su decisión de igualar las condiciones y los premios en el Mundial femenino respecto al masculino y ha anunciado que cada jugadora que se proclame campeona recibirá 250.000 euros, mientras que la selección que alcance el oro obtendrá cuatro millones.
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Todas las jugadoras participantes en el torneo tendrán además remuneraciones garantizadas, una iniciativa con la que la FIFA "espera sentar un precedente en el sector, que abarque desde los medios hasta los gobiernos", según señala en un comunicado.
Todo indica que esta edición histórica camina para romper récords también en los céspedes.
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MÁS DE UN MILLÓN DE ENTRADAS
A poco más de un mes para el pitido inicial, el presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, anunció que más de un millón de entradas para asistir a los partidos ya han sido vendidas, lo que supera el total de ventas registradas en el Mundial de Francia 2019 y supone otro "hito histórico".
“Mientras escribo esto, se han vendido 1.032.884 entradas. Esto significa que faltando más de un mes para el inicio, hemos superado los números vendidos para Francia 2019, lo que significa que Australia y Nueva Zelanda 2023 está en camino de convertirse en la Copa Mundial Femenina de la FIFA más concurrida de la historia", dijo Infantino en un comunicado.
"El futuro son las mujeres", sentenció.
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SIN ACUERDO PARA LA RETRANSMISIÓN
Pero no todo en el campo son flores. A falta de tan solo algunas semanas para la mayor cita del fútbol femenino global, algunos países europeos, entre ellos Alemania, España y Reino Unido, todavía no han llegado a un acuerdo para la emisión de los partidos, lo que podría amenazar el alcance de las retransmisiones.
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Hace unos días, el director de relaciones con los medios de la FIFA, Bryan Swanson, denunció en su cuenta de Twitter que algunas cadenas televisivas europeas han ofrecido valores de tan solo entre el 1 % y 3 % por los derechos de transmisión respecto al Mundial de Catar 2022.
Por ello, hizo un llamamiento público a "la justicia y al respeto" y recordó que "más ingresos" se traducen en "más inversión en el fútbol femenino".
Este viernes, fuentes internas de la FIFA han confirmado a EFE que las negociaciones siguen en marcha y expresaron que los argumentos presentados por las cadenas televisivas para las bajas ofertas "no son muy consistentes".
Agregaron que la FIFA "está dando grandes pasos para el impulso del deporte", pero se necesita el "apoyo y compromiso de todos los sectores".
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El propio Infantino ha criticado en repetidas ocasiones las emisoras de cinco de los países más futbolísticos del mundo -Reino Unido, Francia, Alemania, España e Italia- por ofrecer "entre 10 y 100 veces menos" para retransmitir el Mundial femenino frente al torneo masculino.
El dirigente helvético incluso llegó a amenazar con un apagón televisivo en esos países en caso de que las emisoras europeas no ofrezcan "un acuerdo justo".
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PREOCUPACIÓN
La urgencia del asunto ha llevado a que los gobiernos de estos cinco países emitieran un comunicado conjunto en el que expresan su "preocupación" por el impasse y urgen a la FIFA y emisoras a "llegar rápidamente a un acuerdo" que garantice la transmisión.
"Estamos convencidos de que la cobertura mediática de la Copa Mundial Femenina será decisiva para mejorar la visibilidad global del deporte femenino en nuestros países europeos", subraya la nota.
"Consideramos que es nuestra responsabilidad movilizar plenamente a todas las partes interesadas para que lleguen rápidamente a un acuerdo", destaca.
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Y es que el impacto de la ausencia de una resolución clara sobre la posible retransmisión de los partidos ya se hace sentir entre los aficionados: hay pocos o nulos anuncios, referencias a la cobertura o llamadas especiales para los espectadores.
En cambio, el público potencial y los hinchas existentes en esos países se han quedado en un limbo en el que imperan las dudas. Al final, para millones de aficionados la televisión será la única oportunidad para acompañar uno de los mayores eventos deportivos globales que tendrá lugar en el otro lado del mundo.
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