El Mundial femenino de fútbol, que arrancará el próximo 20 de julio, será un punto de inflexión para Nueva Zelanda al poner el broche de oro a un ambicioso plan que busca disminuir la brecha de género y promover un "legado duradero para el fútbol y el deporte femenino", afirmó a EFE el ministro de Deporte y Recreación del país, Grant Robertson.
Tras acoger en los últimos años importantes eventos del circuito deportivo global, como la Copa Mundial Femenina de Críquet, el Mundial femenino de Rugby y la Conferencia Mundial del Grupo de Trabajo Internacional sobre la Mujer y el Deporte, Nueva Zelanda se perfila como el punto de encuentro de algunas de las principales citas del deporte femenino.
Ahora, el país confía en que la celebración también del Mundial de Fútbol 2023 será el "apogeo" de una serie de eventos que le permitirá dar visibilidad a un plan de políticas públicas, que combina acciones para la igualdad, impulso económico, desarrollo local y consolidación del deporte femenino.
"Ser coanfitrión de un evento de esta magnitud al lado de Australia generará enormes beneficios sociales y económicos para Nueva Zelanda y dejará un legado duradero para el fútbol y el deporte femenino en el país y en nuestras comunidades", dijo Robertson.
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Según los cálculos del ministerio, se espera que unos 30.000 visitantes aterricen entre julio y agosto en el país oceánico para el torneo, que aspira a convertirse en la Copa Mundial femenina más concurrida de la historia, con más de un millón de entradas vendidas a falta de poco más de un mes de su inicio.
PROGRAMAS PARALELOS
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De cara a la inauguración de una de las mayores fiestas deportivas del mundo, el Gobierno neozelandés ha puesto en marcha una serie de programas paralelos con el objetivo de reducir la brecha entre hombres y mujeres.
Entre ellos figura el GirlBoss, una iniciativa que se apoya en el deporte y en el Mundial como plataforma para que jóvenes mujeres puedan perseguir carreras en la psicología, ciencias del deporte, medicina avanzada y cirugía, entre otros campos.
Asimismo, el Mundial servirá como trampolín para fortalecer el Plan de Acción para Mujeres y Niñas, iniciado en 2018 bajo la gestión de la entonces primera ministra, Jacinda Ardern, y que prevé estimular la expansión femenina en cargos de responsabilidad, según destacó el titular de Deporte y Recreación.
A día de hoy, todos los socios financiados por la agencia gubernamental Sport NZ, vinculada al Ministerio, cuentan con al menos un 40 % de mujeres en sus juntas directivas, por lo que la competición de la FIFA tendrá "un papel clave" para seguir avanzando en materia de igualdad.
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"Un liderazgo fuerte, diverso y con equilibrio de género ofrece una amplitud de perspectiva, una mejor toma de decisiones y crea organizaciones más fuertes", matizó Robertson.
LA COYUNTURA IDEAL
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Más allá del campo deportivo, el Mundial de fútbol 2023 se presenta así como la coyuntura ideal para afianzar la presencia femenina también en otros sectores, como la Administración pública, donde la participación de mujeres en cargos de jefatura es actualmente la más alta que jamás ha existido.
Según los datos oficiales, las mujeres suponen el 53,1 % de los miembros de juntas directivas y comités públicos de las instituciones gubernamentales.
Asimismo, por primera vez en la historia del país oceánico el Ejecutivo de Nueva Zelanda ha alcanzado el pleno equilibrio de género, con las mujeres ocupando la mitad de los cargos en el gabinete.
"Al crear una plataforma a través de la cual alentar e inspirar a mujeres y niñas a involucrarse en el deporte, el torneo jugará un papel clave en el avance de cada uno de estos resultados en Nueva Zelanda", remarcó el ministro.
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