En cada gran competición hay un "grupo de la muerte". El del Mundial de rugby, es probablemente el grupo B, con tres de los primeros cinco equipos del ranking mundial: Irlanda, Sudáfrica, vigente campeón del mundo, y Escocia como aguafiestas.
El equilibrio de fuerzas era muy diferente en el momento en el que se llevó a cabo el sorteo en diciembre de 2020, con mucha antelación, una característica del rugby.
Los Springboks, poco más de un año después de su título en Japón 2019, ocupaban todavía el N.1 de la clasificación World Rugby, mientras que Irlanda y Escocia ocupaban el 5º y el 9º puesto respectivamente.
En 2023, los tres equipos forman parte del Top 5 mundial, e inevitablemente uno de ellos se mantendrá en ese rango al final de la primera ronda.
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Como respuesta a las críticas, las instituciones dirigentes del rugby mundial han dado a entender que el sorteo para el Mundial 2027 en Australia sería un poco menos precoz.
Mientras, Irlanda, invicta e impresionante desde hace más de un año con un grueso de jugadores del Leinster (Dan Sheehan, Josh van der Flier, Jamison Gibson-Park, Johnny Sexton, James Lowe, Hugo Keenan) se presenta como favorita del grupo, quizás solo mermada por la baja de su experimentado pilar Cian Healy.
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Pero el XV del Trébol, que logró el Grand Slam en el último Torneo de Seis Naciones, mantiene una relación complicada con el Mundial, donde nunca ha pasado de cuartos de final.
Escocia
"no tiene miedo"
Sudáfrica mantiene una relación muy diferente con este torneo que ha ganado en tres ocasiones (1995, 2007 y 2019), récord compartido con Nueva Zelanda.
"Todo el mundo sabe que tenemos como objetivo conservar nuestro título, no podemos esconderlo", admite el seleccionador sudafricano Jacques Nienaber.
"Queremos convertirnos en el segundo equipo en conseguirlo (tras los All Blacks, campeones en 2011 y 2015), lo que haría de nosotros el primer equipo en ganar cuatro Copas del mundo", añade.
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Con el regreso de su emblemático capitán Siya Kolisi, recuperado justo a tiempo de una lesión de rodilla, y un grupo muy experimentado, en el que hay 21 campeones del mundo de 2019, los Springboks parecen sobre el papel los mejor colocados para acompañar a Irlanda en el camino a cuartos de final.
Sobre todo tras impresionar al mundo del rugby el viernes en Londres, infligiendo a los All Blacks la peor derrota de su historia (35-7).
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Escocia, actual nación número cinco del mundo, el punto más alto de su historia, se presenta como tapado, un estatus que encaja de maravilla a los compañeros de Jamie Ritchie y del imprevisible apertura Finn Russell.
"Podemos ganar a todo el mundo", afirma el centro escocés Huw Jones. "El grupo no nos da miedo. Tenemos ganas de estar, pero sabemos que hará falta jugar a nuestro mejor nivel para pasar".
Tonga, ¿podrá causar daños?
El XV del Cardo no es el único que espera ser el aguafiestas del "grupo de la muerte".
Tonga puede que no pase a cuartos, pero su juego tradicionalmente comprometido, con grandes portentos físicos en todas las líneas podría causar daños a sus rivales.
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La selección del Pacífico se apoyará en rostros conocidos del Top 14 francés, el pilar Pita Ahki (Toulouse), el pilar Ben Tameifuna (Burdeos) o el centro George Moala (Clermont), suspendido al inicio del torneo.
El quinto equipo del grupo, Rumanía, debería limitarse a evitar derrotas demasiado duras. Sus últimos partidos contra Estados Unidos (31-17), Georgia (56-6) e Italia (57-7) no invitan al optimismo.
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