La ofensiva de la Fórmula 1 por conquistar el mercado estadounidense entra en una fase crucial este fin de semana con su apuesta por brindar el mayor espectáculo de las carreras bajo las luces de neón de Las Vegas.
El Gran Premio de la noche del sábado en la capital del juego, que ya hospedó dos pruebas en 1981 y 1982 en el aparcamiento del emblemático casino Caesars Palace, será el tercero de la temporada en Estados Unidos tras los de Miami (Florida) y Austin (Texas).
Los tiempos en que la Fórmula 1 estaba confinada a una pequeña audiencia en el gigante norteamericano, donde los aficionados preferían las carreras de 'stock cars' de la NASCAR y los monoplazas de la IndyCar, parecen haber quedado atrás, gracias en gran parte al auge creado por la exitosa serie documental de Netflix "Drive to Survive".
Sin embargo, el gran show de la Fórmula 1 en Las Vegas ha vivido un estreno plagado de imprevistos.
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Con todos los focos sobre el flamante circuito construido en la célebre avenida de los casinos, la primera sesión de ensayos libres fue interrumpida abruptamente el jueves tras sólo nueve minutos por una tapa de alcantarilla suelta que causó daños a varios vehículos .
Para los aficionados fue el final de la primera noche ya que fueron evacuados antes del inicio de la segunda sesión de ensayos, que terminó a las cuatro de la madrugada.
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Aficionados de toda Norteamérica han peregrinado en masa a esta zona del desierto de Nevada para disfrutar de la penúltima parada del calendario de la Fórmula 1.
"Hemos estado aquí cientos de veces y nunca habíamos visto nada igual", afirmó entusiasmado Daniel Lewis, de Scottsdale (Arizona), mientras admiraba la pista, ahora rodeada de barreras de seguridad antes de la carrera.
- "No es un circuito emblemático" -
Un nutrido contingente de aficionados mexicanos cruzó la frontera para apoyar a su compatriota Sergio Pérez, de la escudería Red Bull, que aspira a asegurar la segunda posición general.
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"Ya no quedan gorras ni chaquetas de 'Checo' Pérez en las tiendas", asegura Emanuel Elizalde, que viajó desde Guadalajara. Pero a pesar de la considerable inversión realizada por Liberty Media, los propietarios estadounidenses de la competición, el Gran Premio de Las Vegas tiene muchos desafíos por delante para alcanzar el éxito deseado.
Por un lado, existen dudas sobre si el circuito de 6,2 kilómetros, con sus curvas cerradas y sus largas rectas, será capaz de ofrecer el tipo de carrera que los aficionados y los pilotos quieren ver.
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"Desde luego, no será un circuito emblemático en cuanto a trazado", lamentó George Russell, piloto británico de Mercedes.
El Gran Premio también tendrá un horario de comienzo inusual a la 1:00 a. m. (hora de Colombia), más pensado para llegar a los espectadores europeos que para el público local.
La cita tampoco tendrá la emoción de la batalla por el título, ya que Max Verstappen, de Red Bull,se aseguró su tricampeonato en Qatar a principios de octubre.
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El piloto neerlandés no contribuyó mucho a la expectación por el evento el miércoles cuando, pocos minutos después de una fastuosa ceremonia de apertura con música y un espectáculo de drones, lamentó que este Gran Premio fuera "99% espectáculo, 1% evento deportivo".
- Celebridades de Hollywood -
Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, sí salió al rescate de los organizadores.
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"El deporte sigue creciendo. Es un negocio y aquí siempre se verán buenas carreras. Es un país donde hay que cautivar al público", afirmó.
"Toda la gente que conozco en Hollywood vendrá y habrá mucha actividad este fin de semana", añadió el británico antes de la clasificación del viernes, a la que acudieron celebridades como el actor Brad Pitt.
La diferencia de opiniones entre las estrellas de la F1 refleja una tensión entre los puristas, que prefieren las carreras en circuitos tradicionales como Silverstone y Monza, y quienes se inclinan por atraer a nuevos aficionados introduciendo espectáculos en torno a la carrera.
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"Obviamente, creamos mucho entretenimiento alrededor de la carrera, porque creo que en los tiempos que corren, necesitamos eso. Porque la gente no va a un sitio sólo por una carrera, también quiere entretenimiento", dijo Guenther Steiner, jefe de la escudería estadounidense Haas, sobre la estrategia de los promotores.
Según Steiner, los eventos estadounidenses han logrado atraer a un tipo diferente de aficionado. "Vienen aquí por la Fórmula 1 pero ¿son aficionados acérrimos? No. ¿Y necesitamos sólo aficionados acérrimos? Tampoco", afirmó el italiano.
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