El antiguo patrón de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) Max Mosley, fallecido en 2021 a los 81 años de edad, se suicidó después de descubrir que, debido al cáncer que padecía, le quedaba poco tiempo de vida, declaró el martes la responsable de la investigación de su muerte.
Durante la audiencia delante de la justicia en Londres, la forense Fiona Wilcox, encargada de determinar las causas de la muerte, explicó haber concluido que se trataba de un suicidio por arma de fuego, que tuvo como factor contributivo el linfoma, un cáncer que ataca el sistema inmunitario y que Mosley padecía.
"Estoy completamente convencida de que el señor Mosley no habría cometido tal acto si no hubiera descubierto que padecía un linfoma terminal doloroso e incapacitante", declaró la forense.
Mosley fue diagnosticado en 2019 y había explorado "todas las posibilidades de tratamiento", pero ninguno tuvo los efectos deseados, si bien se encontraba en cuidados paliativos.
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El antiguo presidente de la FIA entre 1993 y 2009, dominó la escena del deporte automóvil mundial durante un cuarto de siglo.
Max Mosley era el hijo de Oswald Mosley, fundador durante los años 1930 del partido British Union of Fascist, y que se casó de nuevo en Alemania en presencia de Adolf Hitler y Joseph Goebbels, y que a partir de 1940 estuvo en la primera línea de los simpatizantes de Reino Unido con la Alemania nazi.
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Max desarrolló muy pronto un gusto por las carreras de automóviles que lo llevaron al seno de los equipos de Fórmula 2 de Barbham y Lotus, hasta su retirada como piloto en 1969.
Max Mosley cedió los mandos de la FIA a Jean Todt en 2009, después de haber estado en el centro de un escándalo por una "orgía nazi", después de la difusión de fotos y vídeos de una sesión sadomasoquista en la que aparecía en compañía de cinco jóvenes prostitutas hablando alemán. Algunas llevaban traje a rayas de prisionero y otras iban en uniforme, especialmente con el de la Luftwaffe.
En julio de 2008 obtuvo más de 76.000 euros (83.340 dólares) como indemnización por daños e intereses del ya desaparecido diario News of the World, medio que hizo la revelación, y que llevó a Mosley a hacer campaña por un reglamento más estricto de la prensa.
La justicia británica estimó que la escena de sexo sadomasoquista difundida por el diario en su web no presentaba un carácter "nazi" y que la grabación del vídeo no se justificaba por el derecho público a la información.