El nuevo entrenador del Paris Saint-Germain, Christophe Galtier, y la dirección deportiva del club parisino, han impuesto un modelo de disciplina mucho más exigente en el vestuario, con una ética de trabajo más marcada y la obligación de mejorar la convivencia.
Galtier y el director deportivo del club, el portugués Luis Campos, buscan crear un auténtico espíritu de equipo y huir del personalismo de algunas estrellas, según informan este jueves los medios franceses L'Equipe y Le Parisien.
La llegada a la ciudad deportiva de Camp des Loges está fijada para entre las 8.30 y las 8.45, hora de París, a fin de que la plantilla desayune junta. Quien llegue tarde sin un permiso previo o una justificación válida no podrá incorporarse al grupo y tendrá que volverse a casa.
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En los desayunos y los almuerzos estará prohibido el uso del teléfono móvil, a fin de que los jugadores hablen entre sí y favorecer el espíritu positivo.
Además, se intentará que los jugadores se mezclen entre sí, evitando los grupos más o menos cerrados que se han formado en los últimos años por su lengua o su cultura (los francófonos, los que hablan español, los italianos....).
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Finalmente, el documento ético que firman los jugadores al llegar al PSG, en el que se detallan sus deberes y obligaciones, es ahora más detallado y preciso.
El objetivo final de estas medidas es favorecer la mentalidad colectiva y evitar el individualismo, dicen los medios.
El diario L'Equipe señala que el brasileño Neymar, objeto "a veces de forma excesiva" de críticas por su indisciplina, sobre todo llegar tarde a los entrenamientos, ha mantenido en los primeros días de pretemporada (hasta que el PSG inició el fin de semana pasado su gira japonesa) un comportamiento "ejemplar".
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Por su parte, Le Parisien señala que los dirigentes parisinos están "muy contentos" de los resultados que la nueva disciplina ha generado en el ambiente del vestuario, aunque advierte de que "falta ver si durará toda la temporada".