La estadounidense Lydia Jacoby, de 17 años, primera nadadora procedente de Alaska en clasificarse a unos Juegos Olímpicos, se proclamó campeona olímpica de 100 metros pecho.
Lydia Jacoby (1:04.95) superó a la sudafricana Tatjana Schoenmaker (1:05.22), plata, tras ir durante gran parte de la prueba en primer lugar, y a la estadounidense Lilly King (1:05.54), plusmarquista mundial y que tuvo que conformarse con el bronce.
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"Es una locura. Iba decididamente a nadar en busca de una medalla y sabía que podía conseguirlo", dijo Lydia Jacoby.
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"Aunque no esperaba realmente el oro por lo que cuando miré y vi el tablero de resultados no me lo creía", añadió Lydia Jacoby.
La joven de Alaska había sido una de las sorpresas de las selecciones estadounidenses pulverizando su récord en casi tres segundos.
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Lydia Jacoby forma parte de los once adolescentes, la mayoría mujeres (10), de la selección estadounidense de natación, a los que benefició el aplazamiento de los Juegos Olímpicos para ganar un año de entrenamiento y madurez.
Cuando ninguna campeona olímpica de 100 metros pecho había logrado conservar su título, Lilly King llegó con mucha confianza, según sus propias palabras, pero también creyendo en el equipo estadounidense.
En la meta, en la piscina, Lilly King abrazó calurosamente a su compatriota y levantó su brazo.
"Estoy sorprendentemente bien ahora. Estoy muy feliz con mi carrera y contenta por Lydia", dijo King.
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"Quiero decir que me encanta que se vea un futuro así para el estilo pecho de Estados Unidos", añadió.
Las series, como las semifinales, habían visto destacar a Tatjana Schoenmaker, plata en 200 m pecho en el Mundial de 2019 de Gwangju, y que estableció un nuevo récord olímpico (01:04.82).
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