La noche se presentaba como un todo o nada para las dos leyendas: Lionel Messi ganó (3-0) y jugará la final del Mundial,Luka Modric se despidió y parece improbable que en 2026, cuando tenga 41 años, siga capitaneando a Croacia . Aunque visto su rendimiento, nada es imposible.
'LM' contra 'LM', ambos número 10 y capitanes de sus equipos, el croata, finalista y Balón de Oro del Mundial de Rusia-2018, el argentino, mismo triste balance cuatro años antes en Brasil-2014.
Hace más de tres lustros, en marzo de 2006, las dos figuras habían chocado por primera vez a nivel internacional. Apenas dos juveniles se enfrentaron en un juego preparatorio en el que Messi marcó su primer gol como internacional y Modric debutó con la selección croata, que venció 3-2.
Abrazo de capitanes
Desde entonces, el argentino disputó cinco Mundiales y ganó siete Balones de Oro, cuatro y uno para el croata. Dos carreras legendarias que vivieron uno de sus últimos enfrentamientos este martes en Doha.
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El genio del Real Madrid hace las maletas, Messi regresará a Lusail en cinco días para buscar el título que falta en su palmarés de mito viviente. Jugará ante el ganador del duelo entre Francia y Marruecos del miércoles.
Viejos conocidos en mil batallas Barcelona-Real Madrid, Messi y Modric se dieron un abrazo en el sorteo de campo con el arbitro italiano Daniele Orsato.
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Media hora antes del comienzo del juego, por los altavoces suena 'La Mano de Dios' de Rodrigo y Argentina salta a calentar con Messi, estrenando corte de pelo, siempre a la cabeza.
En el césped ya estaba Modric y su tropa, cuya aparición fue menos espectacular. Unos pocos miles de hinchas croatas ocupaban un fondo en la marea 'albiceleste' que por cuarta vez en este torneo tiñó el monumental Lusail.
Dos años mayor -37 frente a 35-, parece milagroso que Modric siga mandando en la extensa llanura que existe entre las dos áreas. Desde presionar a los defensas argentinos hasta ayudar a los suyos.
El Messi maratoniano hace tiempo que quedo atrás. El genio dosifica al máximo sus esfuerzos para guardar la clarividencia a la hora de decidir. Y en el Mundial de Qatar hasta ahora le ha salido de maravilla.
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Saltan las alarmas
Mientras caminaba en el tramo inicial del partido, la 'Pulga' comenzó a tocarse la parte posterior del muslo izquierdo, perdiendo algunos balones que hicieron abrir los interrogantes sobre una posible lesión.
En esas andaba el partido, con Modric omnipresente y Messi a cuentagotas, cuando Enzo Fernández encontró al espacio a Julián Álvarez. El arquero Dominik Livakovic salió sin mucha delicadeza y llegó el penal que cambió el signo del duelo.
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Marcó Messi, cinco goles en cinco partidos del Mundial aunque tres de penal, y luego Álvarez fabricó el 2-0 con una cabalgada para la leyenda.
Con semejante montaña a remontar, al equipo croata solo le valía volcarse al ataque. Modric no le perdió la cara al partido y siguió remando.
El 10 de la Albiceleste protagonizaba la otra gran jugada del partido, al dejar sentado a Josko Gvardiol y ceder a Álvarez, que cerró con otro gol su gran noche (69).
En el 80 el seleccionador croata Zlatko Dalic tiró la toalla y sustituyó a Modric por Lovro Majer. Lusail le regaló una gran ovación y sus suplentes se pusieron de pie para recibir al genio.
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