A sus 62 años, Luis Fernando Suárez consiguió el martes clasificar a Costa Rica a Qatar, el tercer Mundial que el experimentado estratega colombiano dirigirá como profeta en otras tierras en las que su trabajo ha dejado los mejores frutos de su larga carrera.
Tras llevar a Ecuador al Mundial de Alemania 2006, y a Honduras a Brasil 2014, el colombiano llevará a Costa Rica a Qatar 2022 tras vencer el martes por 1-0 a Nueva Zelanda en el último partido del repechaje jugado en Doha.
Esto lo convierte, además, en el segundo entrenador colombiano que dirigirá a tres selecciones diferentes en igual número de mundiales, como ya lo hizo Hernán Darío Gómez, que llevó a Colombia al de Francia 1998, a Ecuador al de Corea del Sur-Japón 2002 y Panamá a Rusia 2018.
Discípulo de Francisco Maturana
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Tras una corta carrera futbolística entre 1981 y 1989 en la que jugó en Deportivo Pereira y Atlético Nacional, Suárez colgó los botines y decidió hacerse técnico con un propósito: conseguir como entrenador, lo que por sus condiciones futbolísticas no pudo.
Dio sus primeros pasos como ayudante de Francisco Maturana, con quien jugó sus últimos partidos y quien ha sido una fuente de inspiración para su carrera. Durante una docena de años fue asistente técnico, a menudo de Maturana, a quien considera su padre futbolístico, y aprendió que sólo se puede progresar con humildad.
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"Francisco 'Pacho' Maturana es casi mi papá en la parte futbolística, siempre lo busco de alguna manera y lo llamo para que me dé la bendición", dijo Suárez en una entrevista en 2012 con 'Diez TV'.
Éxito en Atlético Nacional y Ecuador
Justamente fue en Atlético Nacional, el club de sus amores, en el que consiguió su primer título oficial: la liga colombiana de 1999, esto tras haber sido entrenador del Deportivo Pereira y de la Selección de Ecuador en 1997 como interino y por cuatro partidos nada más.
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Luego dirigió a Deportivo Cali, Deportes Tolima y Aucas hasta que apareció la oportunidad de dirigir a Ecuador en 2004 como reemplazo de 'Bolillo' Gómez, quien fue destituido por malos resultados.
El reto en la 'Tri' era grande, pues tomó las riendas de un equipo que dos años antes disputó el primer mundial de su historia y que soñaba con participar en la cita de Alemania 2006.
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Su equipo, impulsado por el gran desempeño en casa en donde ganó siete partidos y empató dos, consiguió clasificar como tercero de las Eliminatorias Suramericanas con 28 puntos por delante de Paraguay, Uruguay y Colombia.
En Alemania, el equipo también hizo un gran torneo en el que clasificó a octavos de final como segundo del Grupo A, en el que batió por 2-0 a Polonia y 3-0 a Costa Rica, pero cayó goleado por 0-3 con los anfitriones.
En la fase de eliminación directa, su rival fue Inglaterra, que apenas pudo ganar por 0-1 con un gol de David Beckham de tiro libre en el segundo tiempo.
Suárez continuó al frente de la selección ecuatoriana, pero renunció en la tercera jornada de las Eliminatorias tras perder los tres partidos frente a Venezuela, Brasil y Paraguay.
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El reto de Honduras
Luego de volver a dirigir sin mucho éxito a Deportivo Pereira, Atlético Nacional y Juan Áurich, el colombiano asumió en 2011 la dirección de la Selección de Honduras, a la que, a pesar de las dudas y dificultades, llevó al Mundial de Brasil como tercera clasificada de las Eliminatorias de la Concacaf.
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En la Copa del Mundo de Brasil, su equipo tuvo un rendimiento muy flojo y perdió los tres partidos de su grupo frente a Francia, Ecuador y Suiza. Después del último partido, el técnico renunció y fue contratado al año siguiente por Universitario de Deportes.
Sin lograr lugares de privilegio en el equipo peruano, su carrera continuó en Dorados de Sinaloa, La Equidad, donde estuvo cerca de llevar a los capitalinos a la final de la liga colombiana; Junior, con el que ganó la Superliga de 2019, y Atlético Bucaramanga, equipo al que renunció para entrenar a Costa Rica.
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Con la selección 'tica', el colombiano logró sacar al equipo del mal momento que vivía y lo llevó al repechaje, donde se impuso el martes a Nueva Zelanda y compartirá el Grupo E con España, Alemania y Japón.
"Este tercer mundial es una obsesión que quería cumplir. Esto es lindo y muy pocos técnicos lo han hecho y eso me llena de orgullo", declaró tras el partido el mundialista colombiano que es profeta en otras tierras.