Luis Díaz brilló este martes con luz propia y se echó a la selección de Colombia a sus espaldas en su visita a Quito para medirse a Ecuador, en un partido donde al extremo izquierdo del Liverpool solo le faltó el gol para redondear una actuación muy completa, y que pudo haber llegado de penalti.
Díaz desarboló a la defensa ecuatoriana, que en ningún momento supo cómo frenar sus carreras por la banda izquierda y su movilidad por la frontal del área, donde demostró una gran afinidad y entendimiento con James Rodríguez, quien mostró también una versión muy aproximada a la de sus mejores momentos.
El futbolista de los "Reds" fue un auténtico quebradero de cabeza para la selección ecuatoriana y por varias ocasiones rozó el gol.
En el primer tiempo, enmudeció por algunos minutos a los 40.000 aficionados que llenaban el estadio Rodrigo Paz Delgado, de Quito, pues pescó un pase filtrado de James y con la sutileza característica levantó el balón sobre el portero Moisés Ramírez para mandar el balón a la red.
Publicidad
Sin embargo, el juez de línea marcó un fuera de juego ajustado e invalidó el tanto, tras confirmar la posición adelantada en el VAR.
Ya en el segundo tiempo mareó con el balón en los pies a los defensores ecuatorianos y se inventó un pase filtrado al corazón del área para Jhon Arias, al que le cometieron penalti.
Publicidad
Pese a que parecía que James sería el ejecutor, Díaz pidió el balón en el último instante con las ganas de sacarse la espina del primer tiempo, pero su potente lanzamiento fue adivinado por Ramírez, que bloqueó el disparo ante la algarabía de la hincha local.
A pesar de haber sido eclipsado por Ramírez, que le atajó el penalti en el minuto 60, la producción futbolística de Díaz fue especial, de largo el mejor jugador del partido.
Pues sus acciones individuales serán recordadas por los defensas y centrocampistas locales, que no lograron frenarlo cuando se arrimó por el costado derecho, por el izquierdo o por el centro, para desesperación del combinado ecuatoriano.
El niño que se pudo quedar con los sueños truncados para llegar a sobresalir como muchos niños en la localidad colombiana de Barracas, sacó todo su repertorio y dio un recital sobre los 2.850 metros de altitud de la capital ecuatoriana.
Publicidad
El "Tiburón" o el "Furioso", como es también conocido el aparentemente frágil atacante colombiano, incidió de gran manera para que su selección se mantenga invicta en las eliminatorias y sacar un punto de una plaza donde en las anteriores eliminatorias había caído goleada por 6-1.
Publicidad