¿Quién dijo que los sueños no se cumplen? Con trabajo, todo es posible, o sino pregúntenle a Luis Díaz, quien está a pocos minutos de hacer historia, de alcanzar un logro importante para su carrera y, de paso, dejar en alto el nombre del país, que este sábado 28 de mayo se paralizará.
Algunos podrán decir que es un poco exagerado y hasta de pronto tengan algo de razón, pero es que lo que 'Lucho' genera en nuestros corazones es único y especial. Su carisma, humildad y profesionalismo han hecho que millones de personas quieran que todo lo salga de maravilla.
Una popular frase reza que "a las personas buenas, les pasan cosas buenas y los demás siempre querrán que así sea", pues esto, en definitiva, resume a la perfección lo que sucede con el futbolista guajiro. Estamos ante un verdadero 'crack', quien está decidido a sentarse en la mesa de los grandes.
Lo que empezó en la Selección Colombia Indígena, pasó por el Barranquilla Fútbol Club, arribó al Junior de Barranquilla y saltó al Porto, está muy cerca de dar uno de los frutos mayores, vistiendo la camiseta de nada más y nada menos que del gigante del fútbol mundial: Liverpool.
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¿El lugar? París, Francia; ¿El estadio? Stade de France; ¿El rival? Real Madrid; todo está escrito, como si se tratara del libreto o guión de la mejor novela jamás redactada, para que Luis Díaz saque a relucir su magia, la 'rompa' y brille con luz propia, casualmente en la 'Ciudad de la Luz'.
Una persona hecha a pulso, con hambre de gloria, que supo reponerse a diversas adversidades, con una personalidad que invita a adportarlo y quererlo, alguien que está cerca de ganar la Champions League, pero que ya se ganó los corazones de millones, ese es Luis Díaz.
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Nadie querrá perderse ni un detalle de lo que pueda hacer, la mayoría estará frente a sus televisores viendo qué sucede, las familas se reunirán a presenciar el juego, tienen fiesta preparada en Barrancas, La Guajira, su lugar natal, en fin; va a ser el centro de atención. ¿Entienden por qué no es exagerado afirmar que el país se paralizará?
¡Vamos, 'Lucho'! A la distancia, en el estadio, cerca o lejos, lo único que queremos es verte con 'la Orejona' entre tus manos, una enorme sonrisa en el rostro, por qué no unas lágrimas de felicidad y, acto seguido, gritando campeón, como un gesto de desahogo y de "lo logré, valió la pena todo esto".